SCAREDY CAT ━ MINSUNG

¡ cuatro !

Jisung llegó a un enorme local que se dedicaba a la venta de cualquier cosa necesaria para el cuidado de mascotas. Se sintió bastante perdido e inundado cuando vio miles de estantes llenos de bolsas, cajas, accesorios y almohadones. Se dirigió a la sección de gatos, y se asombró al ver que había tantos tipos de comida, ¿no podían todos los gatos del mundo comer los mismos granos genéricos y facilitarle el trabajo? Con una mueca de disgusto —porque sí, Jisung odiaba estar en ese lugar con aroma a animales— se encaminó a la caja registradora, buscando ayuda.

—Estoy buscando alimento para gatos —dijo, mirando fijamente a la muchacha que sostenía con desinterés un celular entre sus manos. 

—Hay en el anteúltimo pasillo de la izquierda.

—Ya estuve ahí.

—Tenés que elegir la que mejor se adapte a tu gato —la mujer apenas despegaba los ojos de la pantalla del móvil, y Jisung comenzaba a impacientarse.

—No sé cuál come.

La chica bufó y se levantó del asiento, saliendo de detrás del mostrador y caminando hacia donde el alimento se encontraba, siendo seguida por un muy enojado Jisung que apenas podía esconder su rostro de malhumor. 

—¿Cuántos años tiene?

—Veintitrés.

—El gato —aclaró.

—Ah —las mejillas de Jisung se colorearon apenas—. No sé. Mi amigo lo rescató ayer de la calle. Pero es chiquito, por si eso te sirve de ayuda.

—No debe tener un año —tomó una bolsa mediana de la estantería y se la tendió a Jisung—, seguro esta sirva. 

Han asintió y aclaró su garganta antes de volver a hablar.

—¿Tengo que sacarlo a pasear con correa para que haga sus necesidades?

La mujer rió con un ligero tono de burla.

—Usa una caja y arena, lo ponés en un lugar tranquilo de tu casa y listo.

Jisung la miró con una mueca de asco, ¿realmente ese bicho iba a hacer sus necesidades en el medio de su hogar? El chico suspiró pesadamente y colocó las manos sobre sus caderas.

—Bien, quiero de esas cosas también.

La chica asintió y tomó las cosas necesarias bajo la estricta mirada de Jisung, seleccionando una cajita blanca por el pedido de Han. 

—¿Querés un almohadón? Es mejor que los gatos tengan su propio lugar para dormir.

Jisung aceptó con un rodado de ojos que la muchacha no pasó por desapercibido, así que soltando una risita, tomó el almohadón también blanco.

—Podrías llevar un suéter por si en las noches le da frío, por los cambios de temperatura puede enfermarse y los tratamientos son muy costosos.

Jisung pensó que no era estrictamente necesario que el bicho tuviese un abriguito, pero cuando habló sobre las posibilidades de enfermarse y los tratamientos costosos, su cerebro inmediatamente decidió que también se llevaría el abrigo. Seguramente, Chris estaría muy orgulloso de él cuando viese todo lo que le había conseguido al gato.

—¿Querés un juguete?

—No, no. No creo que sea necesario.

—Si trabajas mucho el gatito puede aburrirse y caer en depresión.

Una mueca de miedo y caos se instaló en el rostro de Jisung, y sin cambiar el semblante de su cara, eligió dos juguetes medianos para el bicho. 

Jisung salió del negocio con tres bolsas en sus brazos y varios billetes menos en su billetera, habiendo gastado muchísimo dinero más del que suponía que iba a gastar en el felino. La muchacha de la tienda también le dijo que debía llevarlo a la veterinaria, por lo que le dio números de doctores conocidos que, aunque fuesen bastante costosos, atenderían bien a su mascota. 

Antes de volver a su hogar, decidió parar a comer en un restorán del centro comercial cercano a su hogar, diciéndose mentalmente que, luego de tanto trabajo por el bicho, se merecía una recompensa.  

Sin embargo, cuando volvió a su departamento, Jisung se arrepintió por no haber llegado antes.