¡ diez !

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Jisung y Minho estaban parados frente a la puerta de la farmacia observando a través del vidrio por si llegaban a ver señales de vida. Minho resoplaba y se quejaba bajito mientras el menor tocaba con insistencia el timbre. 

Pasado un rato, una pequeña ancianita encorvada apareció, sonriéndole con dulzura a Han.

—Buenas noches, preciosura. ¿Qué necesitás?

—Huh, ¿usted convirtió a este chico en un gato? —preguntó sintiéndose bastante estúpido, a la vez que tiraba del brazo de Minho para acercarlo a él.

Cuando la mujer divisó a Minho, su semblante amable cambió a uno completamente espantado y molesto. Lee tomaba con nerviosismo la manito de Jisung e intentaba esconderse detrás de su espalda, pero Han lo mantenía a su lado.

—No quiero estar cerca de este ladrón.

—¿Ladrón? —dijo Jisung con nerviosismo, mirando a Minho confundido.

—Sí, ladrón. Lo encontré a él y a su hermano robando medicamentos, seguramente para drogarse.

El pelinaranja bajó el rostro y miró sus pies, sintiéndose incapaz de sostenerle la mirada a Jisung por mucho más tiempo. Se sentía expuesto y ridiculizado, porque aunque sabía que lo que había hecho estaba mal, la forma en la que la mujer contó las cosas no era muy acertada.

—¿Minho? 

—¡No es verdad, Sunny! —exclamó indignado, abultando sus labios en un puchero.

Jisung suspiró pesadamente.

—Vamos a hablar de eso en casa, Minho —después de hablar, se dirigió a la mujer—. ¿Puede volver a... convertirlo en un humano completo?

La anciana negó.

—Todo sucede como está escrito que debe suceder, y además, él merece ser un gato. 

Jisung creyó que estaba volviéndose loco, que la vida le jugaba una mala pasada. Pero ahí estaba, frente a una viejita que decía incoherencias y un Minho bastante cohibido por las acusaciones que recibía. 

—Bien, nos vamos.

Tomó la mano de Minho con cuidado y se alejó a paso rápido de la farmacia hasta llegar a su auto, momento en el cual soltó al mayor y se subió sin decir nada. Minho abrió y cerró la puerta con cuidado, sumiendo al auto en un profundo e incómodo silencio. 

Durante un rato, ninguno de los dos dijo nada, ni siquiera sus respiraciones lograban oírse. Jisung pensaba en todo lo que había dicho la mujer, ¿realmente estaba conviviendo con un humano-gato ladrón? Sin embargo, la imagen de un Minho arrepentido y molesto por lo que la anciana había dicho se abrió paso en su rostro. 

—Sunny...

—¿Robás? ¿Por eso estás en mi casa?

Minho negó, jugando con sus manos sobre su regazo.

—Fue una sola vez... Estábamos en casa de papá y Felix se sentía muy mal y no había remedios en casa.

—¿Quién es Felix?

—Mi hermano, el otro gatito —luego de responder, Minho siguió con el relato de cómo había terminado convertido en una bolita de pelos anaranjada de cuatro patas cortitas—. Le pedí dinero para ir a comprar ibuprofeno, Felix tiene migrañas muy fuertes, pero él dijo que no, que si quería el dinero debía trabajar y comprarlo yo porque él ya no iba a hacer nada por nosotros. Nos fuimos con Felix y no tuvimos mejor idea que robar una cajita de pastillas para el dolor de Lixie, el resto ya lo sabés.

Jisung inhaló despacio.

—¿Tu hermano pudo tomar el ibuprofeno? —Minho negó— ¿Debería llamar a Chris para contarle esto y que le de algo para el dolor?

—No lo sé, no pude hablar con él desde que llegué a tu casa —durante unos segundos Lee no dijo nada, hasta que sintió su mentón temblar y sólo unas palabras salieron de sus labios—. Sunny, lo extraño mucho.

Miró con sus ojitos cristalizados a Jisung en busca de alguna solución, no sabía por qué, pero depositaba su confianza en Jisung como si lo conociera de toda la vida, cuando la realidad era completamente distinta y Han casi ni se acordaba de él.

—¿Querés visitarlo?

Los ojos de Minho se abrieron como dos platitos.

—¿Harías eso por mí? —Jisung asintió en respuesta— Me gustaría mucho verlo, Sunny. 

—Está bien, aprovechemos que estamos acá y vayamos a verlo, ¿te parece?

Minho se tiró sobre Jisung y lo abrazó con cariño, estrujando su cuerpo con fuerza y zarandeándolo hacia los costados en el poco espacio que había en el auto. Las mejillas de Han estaban enrojecidas y sus manitos apenas reaccionaron golpeando suavemente la espalda del mayor, quizás, Minho si era tan bueno como a duras penas lograba recordarlo. 

 

SCAREDY CAT ━ MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora