Mi Oscuridad Tentadora

¿Quien era?

Después de un largo día de chicas con mi mejor amiga Hannah, nos despedimos de Rebecca, la muchacha que nos había atendido y una gran amiga, agradeciendo su maravilloso trabajo con nosotras y quedamos en hacer una salida un día de esos.

Cuando ya estábamos afuera sentía como si alguien me estuviera mirando, mire para todas partes, pero no había nada.

Iba escuchando a Hannah hablar de cómo la habíamos pasado hoy, y que debíamos hacerlo más seguido, pero ya hubo un momento que deje de escucharla, me concentre en la alguien me estaba observando, seguí buscando en todos lados.

-¡Tierra llamando a Iris!-grito chasqueando sus dedos frente mi cara.

-Lo siento, ¿que me decías? Me distraje.

-Te estaba diciendo que tenemos que ir a la fiesta de Poel, se que tienen algo ustedes aunque últimamente no los he visto juntos.

-¡Ay! No se hace rato, no me habló con él, y luego me dejaras sola por irte con su primo.

-Vamos no te dejare sola en serio solo la pasaremos bien y solo hablaremos con ellos. Vamos si porfis-suplico sacudiendo mi brazo-tambien es el último año hay que pasarla muy bien.

-Esta bien iremos, me convenciste con lo que es el último año, pero prométeme que lo me dejaras sola o sino no volveré a salir contigo.

-Lo prometo-dijo sacando su palma derechas al frente en forma de juramento.

Empezó a salir mucha gente por todos los locales, nos habíamos gastado todo el día en la peluquería, que habíamos salido en la hora pico y perdí a Hannah de mi vista no se que se había hecho, empecé a caminar por todos lados llamándola, no la encontraba.
Volví a sentir que me estaban observando, mire por todas las direcciones y cada segundo sentía que estaba más cerca lo que sea que mi estaba vigilando, me entró un miedo y salí corriendo de dónde estaba, llegué fatigada a una esquina, puse mis manos sobre mis rodillas, mientras tomaba aire y mirada el suelo, valla que necesito hacer ejercicio estoy muy mal de resistencia,parece como si fuese corrido un maratón.

Cuando ya estaba mejor, levanté mi miraba, di un brinco, había un apuesto muchacho, vestido de negro. No decía nada solo me miraba con sus negros ojos que se me hacían familiar como si ya los fuese visto en otra parte, pero no me recuerdo dónde los había visto, me seguia mirando y ciertamente ya me sentía incómoda, como si con su mirada me estuviera analizando.

-¿Es... esto ne... necesitas algo?-pregunte balbuceando.

-No-respondió secamente.

Me seguía viendo con cierta curiosidad, me estaba empezando a irritar, pero trate de no demostrarlo, di un paso hacia atrás, me pare firma, para poder tener una mejor vista de él. Era demasiado alto, podía ver sus ojos negros mejor, estaba simpático, aunque por la oscuridad no podía ver mayor cosa, me llamaban la atención sus ojos eran profundamente negros, me podía perder en ellos, si bajaba la guardia.

-Ah bueno, entonces me iré, porque me están esperando-dije y empece caminar.

-Espera Iris-me llamo cogiendo mi brazo con fuerza, me sorprendió que supiera mi nombre, lo enfrente preguntando cómo era que sabía mi nombre.

-Tienes cara de llamarte así-dijo con fingida inocencia

-Ja, Ja, que chistoso-dije exagerando una carcajada-No se quién eres, ni me importa, así que dime qué quieras y suéltame que me estás lastimando.-me soltó, ya me estaba empezando a molestar

-Estas hermosa, y diferente. El pelo te queda demasiado bien, pero sabe que es lo que más me gusta, son tus ojos-lo mire confundida.

Ciertamente mis ojos seguían siendo igual de color avellana, no tenían nada especial, eran normales o será que el también podía ver lo que veía yo. No no puede ser eso es que yo me lo imagino. Sacudí mi cabeza, para quitarme esos pensamientos.

-Si no te vas gritaré muy fuerte para que vengan-amenace.

-No te das cuenta que estábamos solos cariño-empece a mirar por todas partes y no había nadie, me había alejado mucho del centro y corrí hasta un parque donde me había encontrado este extraño sujeto.

-Bueno no importa me iré-dije intentando sonar tranquilamente, pero él solo tenía una cara de burlón que no entendía, me irritaba cada vez mas-a ver cuéntame el chiste ¿De que te burlas?

-De la batalla que tienes contigo misma en si salir corriendo o quedarte a averiguar qué pasará.

Lo que decía era verdad, pues tenía tal batalla, siempre me llamaba la atención lo misterioso y terrorífico, este chico tenía ambas cosas y más lo podía sentir en el aura que percibía de él, así yo creía en todas esas cosas, sobre la energía de las cosas desde chica siempre las percibí, es algo que me encanta, pero a veces me asusta, porque siempre atina a lo que pienso.

Duramos un tiempo mirándonos con curiosidad, yo porque sabía que esos hermosos ojos los había visto antes, y él solo seguía analizando a ver cuál sería mi siguiente movimiento, se estaba acercando a mi, eso me asustó.

Antes de que sus manos estuviera encima mío, yo ya estaba corriendo, cómo si mi vida dependiera de ello, y realmente si dependía. Cada segundo miraba atrás y veía que él estaba más lejos, seguía parado dónde lo había dejado, solo me miraba y eso me podía muy nerviosa, cuando ya no lo veía pude parar y descansar, llegué otra vez a la principal y volvió a ver mucha gente, saque mi celular del bolsillo y ví la hora ya era tarde y tenía cientos de llamadas de mi mejor amiga, cogí un taxi mientras la llamaba.

Estaba más cómoda en el carro, después de hablar con Hannah y contarme lo que la había ocurrido cuando ya nos separamos, yo solo le conté que me distraje en unas vitrinas, no le conté lo que me había pasado porque luego se volvería loca con el tema. Ya cuando llegue a mi casa y me baje del taxi las luces estaban apagadas y le agradecí al universo de que mis padres ya estaban durmiendo, porque no quería lidiar con lo que me dirían del pelo. Cuándo estaba fuera del taxi volví a sentir que me estaban mirando,¿Que tal sea ese chico otra vez? No no puede ser me estoy volviendo paranoica. Abrí lo más rápido que pude la puerta, para irme corriendo a mi habitación que estaba en el segundo piso.

Cerré la puerta detrás de mi-Genial. Ahora parezco una loca corriendo por todo-me reproche, mientas me deslizaba por la puerta hasta que mi trasero tocará el piso y coloqué mis manos en la cara.

Después de analizar todo lo que había pasado y preguntándome¿cómo ese chico sabia mi nombre?¿Quien era?¿Que quería? La verdad no llegue a ninguna conclusión no sabía de él, pero sentía que ya lo había visto antes, esos ojos negros como la noche se me hacían tan familiar, pero no sabía de dónde.

Cuando termine de darme una larga y reflexiva ducha, me coloqué mi pijama, me estaba peinando y como es de costumbre miraba por la ventana a ver quién pasaba por ahí, cuando enfoque mi vista a la calle, cquede congelada era ese chico mirándome, desde la calle, me estaba siguiendo, ahora que hago tengo un acosador fuera de mi casa. Yo no me movía y el solo movía su mano como una especie de saludo ¿O despedida?

Salí del shock en que estaba, cerré rápidamente la ventana y luego las cortinas, corrí a mi peinadora, para poder ver mi cara, volví a ver lo que me estaba atormentando durante estas últimas semanas. Mis ojos estaban cambiando de color. Me estaba mirando en el espejo y mis ojos no eran color avellana, se estaban volviendo rojos no era un color fuerte, pero eran rojos iban desde adentro hacia afuera. Los miraba de todas los ángulos, pero la realidad es que mis ojos se estaban volviendo rojos y no sabía porque y si esto tal vez es parte de mi imaginación. Solo me pasaba las manos por la cara, esperamos a que el color desapareciera tal como llego, seguian ahí atormentando me cómo todas las noches.

Analice cada momento en que mis ojos cambiaban de color, se ponían así cuando estaba molesta, o me sentía amenazada en este caso me sentía amenazada, era como una especie de modo alerta como cuando los animales si sienten amenazados y sus pelos se erizan.

¡Genial! Ahora me estaba comparando con animales, en definitiva me estaba volviendo loca.