Precio a tu cabeza

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Ya ha pasado un mes desde la última vez que ví a los chicos en la puerta de mi casa. Al parecer después de  todo eso fue muy fácil, llame a Poel, me dijo que le habían borraron los recuerdos a las chicas y pues les dijimos a nuestros padres que no hicimos una gran fiesta, solo nosotros y ya, que Dakota se había caído, pero nada grave, aunque creo que sí fue muy grave en realidad. Poel también se perdió, después de la llamada que le hice ese día no volví a saber nada de él, o sea ellos se desaparecieron y yo me quedé con un montón de preguntas sin respuesta.

Quise averiguar por mi cuenta, ya que esos tres chicos no respondían mis llamadas, mis mensajes, nada. Empecé a buscar por internet, en la biblioteca. Pero siempre llegaba a un callejón sin salida. Era información muy vaga, sobre brujas y vampiros, seres sobrenaturales, que hace mucho se escuchaban, pero en la actualidad no, de vampiros casi no había nada, que bebían sangre, no les gustaba el sol, el agua bendita, ajó, estacas, o sea lo de siempre. En las brujas si encontré mas información, que eran super poderosas cuando tenían un aquelarre grande, porque entre ellas se ayudaban, pero entonces yo me preguntaba y Apolo ¿Por qué es tan poderoso? Si es solo él. Bueno y así encontraba historias.

Decidí profundizar más en el tema o más específico en los primos Larios. Busque por Internet noticias del pueblo donde eran ellos o donde los había conocido, su familia fundo el pueblo, eran muy importantes allá, pero hubo una gran masacre, a la cual solo sobrevivieron dos integrantes de esa gran familia Apolo un joven de 20 años y su primo menor Doménico de 18, los primos después de la gran tragedia decidieron abandonar el pueblo, luego no se supo nada de ellos y tampoco de los responsables de tal masacre.

—...Hasta ahora.

—Iris.

—¿Si?—dije saliendo de mis pensamientos.

—Estas loca—dijo Hannah sentandose frente mío.

—¿Por qué?—cuestione.

—Estabas hablando sola.

—¿Acaso tu no hablas sola?—le reproche.

—Pues si—me dió la razón y se hecho una papita a la boca.

—¿Verónica?—pregunte por mi amiga.

—Esta con lo del baile y eso. Dice que tiene que quedar de otro mundo.

—Entiendo.

—Oyeee—dijo pensativa—sabes hay algo que no me puedo sacar de la cabeza.

—¿Qué?

—Lo del viaje a la casa de Poel, o sea no me acuerdo de nada—yo me atore con un pedazo de tomate que tenía en la boca, empecé a toser cómo loca—¿Estás bien?

—Si—trate de recuperarme—mucho alcohol—le di una respuesta fácil y sencilla, pero por su cara no se las comió.

—No puede ser, o sea puede que me pase solo solo a mi, pero a Verónica También y a las otras chicas que fueron les pregunté y dijieron que no se acuerdan, ¿No te parece raro?.

—No. Yo si me acuerdo de todo lo que pasó, ¿Sabes por qué?—ella negó—porque yo no tomé, baje con Poel un rato después y usted ya habían tomado bastante.

—Hay algo raro.

—Solo estás paranoica y eso ya fue hace un mes.

—Es que...—dijo nerviosa, yo la anime para que siguiera hablando—tengo sueños raros.

—¿Sueños raros?—dije incrédula.

—Si. Vea personas con colmillos, que me persiguen, como si quisieran atacarme—me quedé congelada ante sus palabras, pero ella siguió hablando—y cuando ya me han alcanzado yo me despierto súper asustada.

 Mi Oscuridad TentadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora