Culpable Tentación [Caché]

Capítulo 47 - "No soy muy buena pidiendo perdón"

—Calle...

No era sorpresa que la joven se distrajera con facilidad durante el trabajo, cualquier cosa sin sentido era necesaria para captar su atención y desviarla de sus tareas importantes. Lo que si era sorpresa, era que esta vez pareciera que la chica no solo estaba distraída, sino que ni siquiera pareciera que estuviera dentro del cuarto. Juan Carlos lo pudo notar.

—Calle. ¿Estás bien?

—¿Eh? —Volvió a prestarle atención a Juan Carlos tan pronto como salió de su trance. —¿Qué?

—Pregunte si te encontrabas bien... —Puso su mano sobre la de Calle y la acaricio con suavidad, pero ella claro, aun no acostumbrada a la relación padre e hija que el hombre tanto ansiaba entre los dos, aparto su mano con rapidez.

—Si. Solo... Solo pensaba.

Poché le había advertido a el que luego de la sesión con Camila esa mañana la joven había tenido un cambio rotundo de humor, y también de actitud, por primera vez desde que comenzó su trabajo en la empresa había tratado a Poché de buena manera, y sorprendentemente la mañana transcurrió sin que ninguna de las dos comenzara a gritar por la ira que sentían con respecto a toda la situación de su distanciamiento, así que Juan Carlos se preparó para lidiar con eso, aunque no se esperaba que su hija estuviese tan distraída, y se preguntaba si la sesión de terapia tenía algo que ver con eso.

—¿En qué pensabas? —Pregunto con curiosidad.

—Solo... —Pensó por unos momentos mientras recorría la oficina de su padre con la mirada, su vista se detuvo justo en una foto que colgaba en una de las paredes: Una foto familiar, en la que él y Martha le sonreían con alegría a la cámara mientras que Poché, siendo pequeña y un poco traviesa, solo hacía caras raras para la fotografía. Ahí fue cuanto todos los pensamientos de Calle se resumieron en uno solo. —¿Quiénes son los verdaderos padres de Poché?

—Esperaba ese tipo de preguntas de parte de Poché, no de ti. —Dijo sorprendido ante la repentina curiosidad de la joven por saber esa información.

—Está bien si no quieres responder...

—No es que no quiera responder. —Aclaro, mientras se acercaba a la joven que estaba sentada en su silla de escritorio. —Es que honestamente, no sé qué responder. No sé si que les paso; si están vivos o están muertos. Ni siquiera se sus nombres Daniela.

—Supongo que no eres el único con esa duda. —Comento con ironía.

—Me encantaría saber quiénes son sus padres, si es lo que quieres saber. —Se sentó en su escritorio, ya que Calle estaba ocupando su silla. No era que le molestase, estaba acostumbrado ya que Poché lo hacía —y lo sigue haciendo? todo el tiempo. —Me encantaría que Poché tenga relación con ellos, creo que se merece una explicación de porqué fue dada en adopción, y porque sus padres salieron de su vida así como así. Yo creí que, al esconder su historia todo sería más fácil no solo para mí y para Martha, ya que nos ahorraríamos la explicación, pero si no que para ella también. Supuse que para una niña no debía ser fácil saber que las personas que te criaron no son tus padres biológicos, pero creo que la edad no hizo ninguna diferencia, sino que el tiempo lo hizo peor, porque la forma en que Poché reacciono cuando se enteró que había sido adoptada... Fue... No se tu pero yo jamás la había visto perder los estribos de esa forma.

—La he visto un poco enojada algunas veces. —Dijo. —No fue nada grave de todos modos. —Juan Carlos rio unos segundos antes de continuar.

—Te estaría mintiendo si te digo que Martha y yo jamás intentamos contactar a sus padres. —Confesó. —Pero todos nuestros intentos solo fracasaron. Nadie supo decirnos nada sobre ellos, fue como si se hubiesen esfumado de la tierra. Suena surrealista pero así se siente. —Suspiró. —Y los intentos de Poché para encontrarlos dieron menos resultados que los nuestros.