—¿Qué está haciendo Mario aquí? —Preguntó Poché mientras, sin darse cuenta, estaba siendo guiada por Calle al Cuarto Pasión nuevamente.
—¿Quién?
—Mario es mi prometido. —Le explico a la bailarina. —Dijiste que sabías donde estaba.
—Ah... Bueno, dije que sabía dónde estaba, no que sabía cómo se llamaba. —Siguió con su mentira.
—¿Y bien? ¿A dónde está? —Calle sonrió al ver la puerta del tan esperado cuarto al final del pasillo.
—¿Ves esa puerta roja? —Se detuvo para señalarle dicho punto a la empresaria, la cual asintió rápidamente. —Estoy segura de que ya la conoces. —Dijo con una risita. —Solo ábrela y ya.
Usualmente Calle no era el tipo de persona que manipulaba a los demás, pero al parecer la habilidad para engañar y mentir era algo que comúnmente corría en la sangre de la familia Calle, eran por demás de inteligentes pero con malas intenciones. Era raro, estaba acostumbrada a decir pequeñas mentiras piadosas como fingir estar enferma para faltar al trabajo o a la escuela, o solía pedirle dinero a su madre para ponerlo en la caja registradora del club cuando había tenido una mala noche de ganancias para que su padre no le gritara al llegar a casa, y hasta una vez había pretendido haber olvidado el cumpleaños de Juliana para después sorprenderla con una fiesta sorpresa al llegar de la escuela. Pero esto era diferente y superaba todas sus expectativas como buena persona, Poché era una tipa seria y demasiado ingenua para su gusto, pero también era intrigante y totalmente atractiva, y evidentemente había puesto en alerta todos los sentidos de la bailarina el sábado pasado cuando tuvo la oportunidad de tenerla encerrada en un cuarto, toda para ella sola, aunque solo hayan sido unos minutos. La atracción que sentía por ella y la cordura que caracterizaba a la empresaria eran lo suficientemente fuertes como para romper por completo la honestidad de Calle. Una mentira no es algo mortal y un poco de problemas nunca hirieron a nadie.
Aún estaba a tiempo de detener a Poché y decirle la verdad, que en realidad no sabía en donde diablos estaba su futuro esposo y que la engaño para que entrara al cuarto y así poder estar con ella a solas y contra su voluntad, aún estaba a tiempo de volver al mundo real y darse cuenta de que lo que estaba haciendo estaba mal, pero el problema era que ella no quería hacerlo. Y menos ahora que la chica de ojos verdosos ya había abierto la puerta y rápidamente entro al cuarto indicado.
Jaque mate, Garzón.
—Hijo de perra. —Maldijo Poché en un susurro al darse cuenta de que el cuarto estaba vacío, pensando que Mario se había ido mucho antes de que ella entrada al lugar, pero sin pensar que la bailarina la estaba engañando. Después de echarle un último rápido vistazo al cuarto se dio la vuelta solo para encontrar la puerta cerrada y a Calle de pie justo en frente de esta.
—¿Qué paso?
—Nada, el maldito no está aquí.
—Oh... —Dijo al mismo que sin disimulo alguno, trababa la puerta del cuarto por dentro.
—¿Qué estás haciendo? —La acción no paso por alto en los ojos de la empresaria.
—Nada. —Dicho esto no tardo más de cinco segundos quitarse su sweater y con su torso al descubierto, su brasier cubriendo justo lo necesario pero al mismo tiempo dejando al descubierto la cantidad justa de piel como para comenzar a provocar y a poner nerviosa a Poché. —Hace calor aquí.
—No es verdad.
—Que lastima entonces. —Comenzó a desabotonar sus jeans y la ojiverde comenzó a entender sus intenciones.
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Culpable Tentación [Caché]
FanfictionIr a lo seguro era su mejor opción. Pero nadie le dijo que irse a lo prohibido podría ser la mejor decisión de su vida. Poché vivió toda su vida al pie de la letra y sin errores, siendo nada más que un orgullo para sus amorosos padres. Calle vivió t...