Capítulo 20 - "¿Qué se siente?"

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—¿Por qué trabajas en el club de tu padre, Calle?

A pesar de lo mucho que deseaba poder desperdiciar todos los segundos, minutos y horas de su valioso tiempo solo estando con Calle y besándola incansablemente como si fuera la razón principal de su existir, Poché se dio cuenta de que haberse saltado el almuerzo no había sido una de sus más inteligentes ideas, pero en el momento estaba tan sumergida en el mundo de sus pensamientos sobre la hermosa bailarina que su cerebro no tomaba las decisiones correctas. No tenía que volver al trabajo hasta más tarde, por lo que le propuso a Calle que la acompañara a almorzar, que la acompañara a un lugar en el cual realmente quería estar con la persona que ansiaba que le hiciera compañía.

Como el auto de Poché había quedado en el estacionamiento del hospital, y al parecer Calle estaba igual de hambrienta que ella, caminar hasta el restaurante de comida rápida más cercano parecía la mejor opción. La empresaria ya se había olvidado de lo deliciosa que una hamburguesa y unas papas fritas podrían llegar a ser, no sirven de esas en los banquetes de la empresa. Pero tal vez restringirse de ciertos gustos valían la pena después de todo, eso pensó cuando Calle, quien estaba sentada a su lado en la pequeña mesa que compartían en un rincón del local, comenzó a reír al escuchar el pequeño gemido que Poché dejo escapar luego de llevarse una papa a la boca y sentir su sabor. Se preguntó si risa sabría tan bien en su boca y entre besos como se escuchaba, era como la melodía más hermosa.

—Supongo que por la misma razón por la cual tu trabajas en la empresa de tu padre. —Tomo su refresco para poder tomar un sorbo. 

—¿Por qué trabajas en la empresa de tu padre, Poché?

—Porque honestamente es un trabajo que me gusta, y nunca tuve problemas en seguir con los deseos de mi familia y hacerme cargo del negocio familiar. Soy la única heredera después de todo. —Luego de escuchar sus propias palabras, Poché se sorprendió demasiado. Y decidió preguntar para matar todas sus dudas. —Tú... ¿A ti te gusta el trabajo que hace tu padre? —Calle dejo de jugar con el servilletero que estaba sobre la mesa, el cual había desviado su atención en un momento, para mirar a Poché. —¿Estarías dispuesta a hacerte cargo de ese tipo de negocio?

—Lo dices como si lo detestaras.

—No lo detesto, solo pienso que es... Un tanto denigrante. —Calle rio. —Y me parece que no es el lugar en donde las mujeres deberían estar trabajando, sobre todo tú, te mereces cosas mucho mejores que eso. Pero lo que no entiendo es que yo estudie ciencias económicas y administración de empresas porque estoy más que dispuesta a ponerme en el lugar de mi padre cuando sea el momento. —Comenzó a explicarle, y la bailarina pareció adoptar una postura más sería a medida que las palabras de Poché salían de su boca, como si ya estuviera entendiendo el punto de toda la conversación. —Tú estudiaste un profesorado de música, y trabajas en un club como una stripper. Tendrías que estar frente a un salón de clases encantando a todos con tu talento como hiciste con esos niños en el hospital, no en ese lugar tan nefasto. —Calle no dijo ni una palabra tan pronto como Poché termino de hablar. Por unos segundos el incómodo silencio las estaba matando a ambas, por lo menos para la empresaria era insoportable.

—Veo que nuestros motivos no son los mismos después de todo. —Calle parecía haber perdido el apetito y ahora estaba jugando con los restos de su comida sobre la bandeja.

—No entiendo. —Verdaderamente no lo entendía.

—Tú elegiste ser el 'robot' de tu padre. —Usualmente algo así la hubiese ofendido, pero estaba tan intrigada por escuchar las palabras de la joven que no le dio mucha importancia a ello. —A mí me obligaron a convertirme en uno. —Ahora todo era tan claro. Y todo cobraba sentido en la mente de Poché: La vez que Calle le contó que su padre no estaba orgulloso de ella, la vez que se puso nerviosa y salió de la casa en el medio de la cena cuando Juan Carlos le había preguntado porque trabajaba en un club de adultos en lugar de estar dando clases, la forma en que su cuerpo se tensó cuando Germán la miro a los ojos durante ese momento. No había sido una pregunta común y corriente que un padre le hacía a su hija, había sido una amenaza.

Culpable Tentación [Caché]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora