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Y el mecánico después de un rato termino saliendo de comisaría, Conway se harto de el o al menos eso era lo que el mecánico pensaba ya que duro tres horas sin soltar palabra, ni siquiera le hacía caso al hombre, había aprendido bastante bien a ignorar a la gente que tendía a ser tan pesada.

—Armando, antes de que te vayas...

—¿Que mas necesita?, yo tengo un dia por delante, pero lo escucho

—¿Quisieras salir a cenar conmigo?

—Vale, ¿tiene mi número?

El superintendente ya se encontraba en su oficina, se encontraba sentado en su cómoda silla, se encontraba observando fijamente a la puerta de la entrada, por su mente pasaba la imagen de aquel mecánico, simplemente no se lo podía sacar de la cabeza y se odiaba por aquello, porque le fallaba a su esposa, a aquella mujer que juro amar para siempre, hasta la eternidad, aunque la muerte los separara juro que la amaría y no amaría a nadie más, pero en cuanto comenzó a hablar mas y mas con ese mecánico se sintió "flechado", le gustaba aquella forma que tenía de ser tan tranquilo, sus mejillas tomaron un color rosado por pensar en lo bien que le quedaba aquel mono, que estaba cayendo en el encanto de aquel hombre aunque no quería.

—Conway

—¿Sucede algo Volkov?

—¿Que trae con el mecánico?

—¿De qué mierda me hablas? —se cruzó de brazos ante la intensa mirada de su comisario—

Por su parte el mecánico iba llegando a su taller, no le sorprendió observar a sus trabajadores haciendo el tonto, aunque le sorprendió un poco ver tan juntitos a Tonet y el chino, pero no les dijo nada.

—Hasta que llegas, peldon pol metelte en ploblemas con el confleis

—Eres un idiota

—Peldona enselio, pelo lo bueno es que te dejo lible

—Claro que me dejaría libre, no tiene pruebas u algo mas solo que tu me dijeras Nadando no significa que lo sea, aunque ahora me tendrá en la mira

Iban a seguir con aquella charla, pero se vieron interrumpidos por que un celular comenzó a sonar, el jefe saco su celular y una especie de sonrisa se formo en su rostro al ver quien le llamaba, rápidamente se alejo en busca de privacidad y tomo la llamada.

—¿Ya me extrañas? —dijo en un tono un tanto burlón, le gustaba hasta cierto punto bromear con aquel policía, hasta cierto punto le agradaba—

—No a anormal, solo quería concretar nuestra cita

—¿Asi que es una cita?

—Si es una cita, pero de trabajo

—Bueno, bueno y dime ¿a que hora te veo?

—Yo pasaré por ti

Y sin mas el mecánico colgó la llamada, prosiguió con su trabajo, la noche llegó y Armando sin más se dirigió a los vestidores donde se cambió a su ropa que normalmente ocupaba su camisa morada a cuadros, su pantalón y un sombrero muy curioso de color negro. Por su parte Jack iba entrando al mecánico y rápidamente su mirada se topo con la del otro.

—¿Ya nos vamos?

Complicado. NadanwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora