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¿Cómo es qué las cosas cambiaron tanto?
¿Porqué se tenía que enamorar?
¿Cómo es que nunca sospecho?
Esas y más incógnitas estaban en su mente, tenía miedo, por el simple hecho de que había abierto su corazón después de tanto y fue un terrible error.

—Así que el jefe de los mecánicos trabaja en esa organización —decía tratando de sonar lo más firme que podía—

—Si neno, lo escuché por el chino que le llamó Nadando

—Vale, vale todo el puto taller de seguro esta en la mafia, ¡joder!

Sin más se sentó de nueva cuenta en la silla de su escritorio, sacó un cigarrillo y lo comenzó a fumar, su cabeza no dejaba de dar vueltas, estaba realmente confundido, el amor lo había cegado y había complicado su investigación.

Después de su último encuentro habían pasado algunas semanas sólo se mandaban algún mensaje, aquello extrañó a Conway pero decidió respetarlo, ahora Freddy le llevaba eso... Todo poco a poco comenzaba a tener sentido. Cuando su informante salió del despacho sólo apagó su cigarro para comenzar a reír mientras algunas lágrimas bajaban por sus ojos.

—Bien jugado Armandito —decía al aire mientras se quitaba sus anteojos—

Por su parte el mecánico estaba un tanto nervioso por aquel acontecimiento.

—¡Pero como se te sale eso, chaval!

—Peldona, peldona —decía Kalahari bastante nervioso y se encontraba de aquella forma porque nunca había visto a su compañero tan enojado. —P-puedo aleglalo

—Ya hiciste suficiente —soltó para subirse a su automóvil, dentro de este le marco a su amigo—

Después de un rato finalmente se encontró con Freddy, en un lugar bastante alejado de la ciudad, en la tranquilidad de una montaña.

—Neno, deberíamos irnos de una vez

—No puedo...

—Pero ¿porque? De una nos vamos juntos, me oíste chorbo, no te dejaré en esta ciudad de mierda

—Pero no puedo dejarlos y tampoco a él

—¿A él? —cuestionó bastante sorprendido por aquello—

Sin más comenzó a contarle lo que había sucedido, le tenía bastante confianza como para hacerlo y quería que este confiara más porque simplemente no quería matarlo, es algo que le sería técnicamente imposible, tenían una amistad de tantos años.

—Y ¿no seria difícil tener algo con él?, teniendo en cuenta que el es el superintendente y tu bueno, un mafioso —decía mientras se cruzaba de brazos—

—Que ya lo se... Pero aún así

Siguieron hablando por un largo rato más, todo se resumió en Freddy tratando de hacer que se fueran de la ciudad y Armando respondiendo con un rotundo no.

—Si aceptas sólo dímelo, ¿de acuerdo neno?

—Claro —aclaro su voz para continuar. —No aceptaré la mafia es mi familia y Conway... también

Sin más Armando observó como su amigo se iba, ante aquello sólo suspiro, se sentía realmente extraño, su celular comenzó a sonar y sin más lo tomó, le sorprendió y le emocionó un poco al ver que era Conway.

—Hola... ¿Sucede algo?

—¿Podemos vernos? —se le escuchaba triste o al menos eso notó y le preocupo bastante—

—Claro, ¿pero qué tienes?

—Te mando ubicación

Después de aquello colgó, cosa que hizo sentir a Armando extraño y que se preocupara mucho más, pasaron unos minutos cuando le mando la ubicación, le sorprendió ver donde era ya que el lugar era la playa, tardaría un rato por lo lejos que estaba, pero iba lo más rápido que podía, la música sonaba pero realmente no la escuchaba. Pasado un rato finalmente llegó al lugar citado, bajo de su automóvil y con la mirada lo busco, comenzó a caminar hacia la arena y finalmente lo visualizo, se encontraba sentado así que sin más se acercó y se sentó a su lado.

—Conway ¿qué ocurre? Te... —carraspeo para continuar. —te noto mal

—¿Porqué crees que estoy mal? Armandito

Aquella noche quizá sería la última.

Complicado. NadanwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora