Complicado. Nadanway

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Después de aquella vez que se comieron la boca el mecánico y el superintendente dejaron de verse, por su parte Armando pretendía evitarlo por el hecho de que sabía que no debería meterse con aquel hombre porque es a quien pretendían eliminar, no estaba en sus planes quedar completamente encantado, solo suspiro mientras se recostada en su cómoda cama de nueva cuenta, cerró sus ojos y sólo pensaba en todo lo que ocurrió sólo habían llegado a los besos por el hecho de que cualquiera podría pasar y verlos, simplemente después de acabar aquello un silencio incómodo se había formado ya que ninguno sabía que decir hasta que después de un rato Armando preguntó que si no necesitaba algo más a lo que Jack dio por respuesta que no y que se podía retirar.

—¿Te encuentlas bien?

—Supongo, tu tranquilo

Yun apenas y duro unos días en prisión ya que se podía pagar la fianza y claramente la mafia no dejaría a su jefe dentro de la cárcel, estaba agotado por todo pero a pesar de eso debía hacer una cosa.

Por su parte el otro se encontraba en la misma situación de no poder sacar de su mente aquel recuerdo, se encontraba sentado en su silla de cuero observando la puerta de entrada de su despacho, no podía ver aquel lugar de la misma forma por lo que había sucedido, se sentía bastante terrible por el hecho de que había besado a Armando y comenzaba poco a poco a sentir emociones ya simplemente daba por muertas por aquella razón se sentía horrible no quería traicionar o bueno serle infiel a Julia la mujer que tanto había amado durante tantos años y que perdió juró que sólo ella sería el único amor de su vida, la única persona que amaría y adoraria, pero llegó Armando a dar un cambio a su vida, aún no estaba seguro que si de verdad lo amaba pero se estaba ganando su corazón.

—Conway tenemos un código tres en joyería —escucho por la radio la voz de su comisario—

—¡En camino!

Se encontraban en la joyería, el del sombrero negro y pasamontañas del mismo color estaba en un edificio frente a dicho lugar, cargaba con un francotirador, porque si lo que iba a hacer sería un atraco junto a sus demás compañeros siendo estos: chino, macaco, evo y diablo, sabía que podría ser bastante peligroso por el hecho de que a dicha hora estaba de servicio el superintendente y también estaban los comisarios,pero aún así quisieron llevar acabo el atraco.

—Almando, lesponde

—¿Que sucede?

—¿Puedes vel algo?, es lalo que aun no llegué el confleis

—Por aquí no veo nada, supongo que vendrán pronto así que traten de hacerlo lo mas rápido posible

El plan que tenían en mente era sencillo, atracar la joyería, escapar y listo, también habían pensado en que la policía podría llegar por lo cual también planearon todo si la policía llegaba.

—Ostia, ya llegaron —aviso Evo un tanto nervioso—

—¿Empezamos? —decía el de traje mientras se posaba frente a la entrada del lugar—

—Clalo que sí

—¿Cuántos rehenes tienen?

—Diez

—Joder, pónganse en posición

—Nueve

Sin mas comenzó un tiroteo, durante un largo rato estuvieron en aquello sin que nadie terminará herido, hasta que finalmente un tiro le dio al comisario Rodríguez, este lo dio Evo que era el que mejor puntería de todos tenía.

Finalmente los atracadores terminaron con los policías, entre Armando y Evo eran quienes mas habían abatido, que sólo eran heridas no muy graves, o al menos eso querían creer, por su parte diablo terminó con un tiro en el hombro el cual no fue tan grave pero si necesitaría ir al hospital según Macaco y el chino había terminado con una bala en la pierna, no podía caminar tan bien como quisiera por aquello recibió ayuda .