0 2 3 ⛅

1.9K 221 30
                                    

Conway simplemente no sabía que debería pensar, tenía a aquel mecánico que tanto le llamaba la atención comiendo de la palma de su mano, intentaba pensar pero aquellos besos que viajaban por su cuello y las manos del mecánico tocando su cuerpo lo excitaban demasiado como para seguir pensando. Por su parte Armando no sabía como es que disfrutaría tanto aquello. Después de un rato terminaron de besarse, se quedaron viendo por un rato, Conway estaba demasiado concentrado en sus pensamientos, no se sacaba de la mente a su mujer, sólo sentía que al estarse enamorando de alguien más ya que le había jurado solo amarla a ella, se separó del mecánico e iba a tomar las bolsas de comida que descansaban en el suelo.

—Anda deja que yo te ayude hombre

—Que no es necesario

—Es que tu eres necio a más no poder

—Pero que ya me siento mejor, así que si puedo llevar ésto —decía mientras tomaba las bolsas y a pasó lento caminaba con dirección hacía su cocina, donde sobre la mesa dejaría aquellas bolsas—

Armando solo observaba con detenimiento a aquel hombre, no sabia como ni porque este había cambiado tanto, que si aún conservaba el pasársela enojado con todo y todos, pero veía que ya no tanto, aquello le sorprendía pero lo hacía sentir feliz.

—¿Ya te vas? —pregunta el pelinegro mientras comienza a sacar las cosas—

—Si ya quieres que me vaya, adelante

—¿Gustas quedarte a cenar? —preguntó un tanto avergonzado—

—Por supuesto que si hombre, sería todo un placer

Quizá y sólo quizá los problemas y complicaciones se irían ¿no?

Complicado. NadanwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora