Eres ese capítulo de caricatura,
Dónde todo pasa y al mismo tiempo nada.
Eres la realidad descontinuada de un filósofo
Despierto con el silencio de la madrugada. Un susto, una sustracción de amor.
El miedo recorriendo cada centímetro de tu cuerpo, el sentimiento, el rencor, el odio, la perdición.
Eres mi tótem, mi recuerdo, un amor escandaloso.Una perdida, una partida, un súbito, el humo de este cigarro desvanecidose con el aire.
Una crisis existencial, un fuego ardiendo.
Yo me quemo, me deshago, me desahogo,
Me planto frente tuyo y te digo que la verdad el amor me ha vuelto violento conmigo mismo.Que todas las noches despierto desesperado por la agonía, por está herida, y estás palabras que no pueden ser hermosas, aunque todas las palabras lo sean aún siendo malas.
Me desconcentro por un ruido y despierto nuevamente, después de soñar contigo a mi lado, después de implorar a las manos de Morfeo que me lleve, que me desaparezca dentro de la oniria y me derrito, pido a gritos que la inalcanzable estrella sea un delirio o solo eso, una estrella, vuelvo a fumar del mismo humo que dejaste en aquel rincón de la habitación, y me intoxico.
Qué tóxico me he vuelto.
Qué tóxicos fuimos.
O somos.
Yo de negro y denigro cada comentario de amor escandaloso, de miel desparramada, de miradas de iris vueltas en llamas de sensualidad ardiente, tengo los dientes casi amarillos, tengo la culpa, tengo las ramas, las hojas, los boletos de tren que decidí no gastar por ser la última vez que te vería, tengo un regalo de tu parte, una carta, un dibujo, tengo los recuerdos más valiosos que los segundos invertidos en ellos.
Pero no te tengo, ni te tendré nuevamente, no lo sé.
Que amor tan venenoso...
Que hace que muera con solo recordar el olor de su perfume, la última canción dedicada a mis antojos, y tus ojos rojos llenos de lágrimas.
Eres veneno, pero porque yo te he vuelto así, eres eso... nada más. Puro veneno. Puro.
Eres cianuro, la semilla de la manzana, la azúcar sin moderación, la sal, una sobredosis, un viaje sin retorno, nicotina, alquitrán, tabaco, LSd, ácido, apuestas con pérdidas desagradables, adicción.
Yo dije alguna vez que fumaría hasta que tú amor me matara, pero ya no sé si puedo. ¿Has visto a un adicto? ¿Lo has visto pedir piedad? ¿Has visto como deja de meterse esa droga por las orejas? ¿Cómo vuelve a hacerlo dos minutos después de decir que ya no lo volvería a hacer?
Pues ese soy.
Así como tú.
-Cristian Abad-
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De Poesía e historias sobre ti.
PuisiNo leas lo que he escrito sobre ti. Te conozco más de lo que piensas.