Era un día común como todos, una tarde común como todas, un vagón del metro común como todos. Que alguien me explique, cómo es posible que historias así sucedan cuando nadie se da cuenta. Que momentos tan mágicos, graciosos, románticos y sorpresivos sucedan cuando nadie ve.
En un día común saliendo del colegio, como un mal chiste, como una escena gastada de película contemporánea, como un escrito de cliché para la literatura, -pueden tomarlo como quieran- pero algo que puedo asegurar es que fue verdad, ese día conocí a una chica dentro de ese vagón. Quizá se escuche como que soy todo un acosador en potencia, pero vamos ¿Quién no intenta llamar la atención de alguien que le parece atractivo?
Ese día mientras subía al vagón miré de reojo a una chica, que claro que me parecía hermosa, y claro que necesitaba llamar su atención de alguna forma, fue sin pensarlo te lo puedo asegurar, fue una decisión rápida, sin titubear, me senté en el piso, y me puse a jugar un rato con ella, ya sabes eso a lo que todos juegan mientras de un extremo a otro se miran a los ojos, con pena, con ganas de hablarse, de volverse a encontrar, con ganas de preguntar ¿Cómo te llamas? Y pedirle una manera de contactarla después, en ese entonces era aún más pequeño, y ella ni que se diga...
Pasaron las estaciones una tras otra y cómo un Sádico acosador en potencia decidí pasar de la estación donde yo bajaba para seguir jugando a ese enredo que quizá no llegaría a nada. Me pasé por 7 estaciones, más o menos 20 minutos de donde tenía que bajar, para ver cómo ella se levantaba y se dirigía a la salida, en ese momento lo único que pasó por mi cabeza fue una frase que nunca se me va a olvidar "ya llegaste hasta aquí, no lo eches a perder" .
Me levanté del piso, y caminé casi junto a ella, tomé aire tres veces antes de acercarme a pedir su número, le toqué el hombro y ella se detuvo, el tiempo se paralizó al mismo tiempo que yo miraba como daba la vuelta, se quitaba los auriculares y yo decía: "disculpa, pero ¿podría ser posible que me dieras tu número de teléfono?" La chica me dijo que si, le presté mi teléfono para que apuntara su número, y yo la observaba, no había visto algo igual antes, ella era tan ella, indescriptible y divertida desde el primer contacto. Yo pensaba que ella iba en otro colegio y no era así, iba en el mismo que yo, -sorprendente ¿no?- y ella pensaba que yo estaba loco por hacer cosas así, te confieso que esa fué la primera y última vez que ocupe ese recurso, y agrego a mi confesión que no dudaría en volver a hacer lo mismo, no lo dudaría si fuera ella. Y ahora mírame contando nuestra historia con más poesía que letras, con más sentimientos que palabras, tengo aún más que quisiera contar sobre ti, sobre nosotros y sobre todo lo que hemos vivido hasta ahora, es un camino corto, pero con mucho estilo. Tengo aún muchas historias sobre ti, que si me permites quisiera experimentar contigo.
Tengo muchos recuerdos y fotos de nosotros.
Y todos cuentan una historia, como por ejemplo esta que he decidido llamar como:
"El fabuloso día que me enteré de tu existencia."
Y creeme que no lo cambiaría por nada.
Ese día que me enteré de tu existencia fue uno de los más "bonitos y graciosos al recordar cómo fue" si lo decimos con tus palabras.
Cómo siempre escribo cosas así esperando que las veas por ahí, esperando que lo tomes con el mejor entusiasmo, ese que siempre te ha caracterizado, y después sonrías, y vuelvas a sonreír cada que te acuerdes del día en que me enteré de tu existencia.
Ese día encontré lo que buscaba (sin buscar) en tus pupilas.
Debes saber que me sentaría mil veces en el piso si eres quien está al otro lado del vagón.
Y qué me quedaría sentado, acompañándote, y jugando contigo a vernos el resto del viaje. Mientras me pierdo en tus ojos intentando descubrir cómo eres.
Por último y como una manía que tengo de terminar con una frase, solo queda decir (por el momento) que está no podía ser una excepción.
Entonces:
Buscar al amor en cualquier sitio, siempre me llevará a ése momento, porque ése momento describe exactamente todo lo siento cada que te veo.
-Cristian Abad-
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De Poesía e historias sobre ti.
PoésieNo leas lo que he escrito sobre ti. Te conozco más de lo que piensas.