Era agradable ver por la ventana en clases. Le causaba una sensación de tranquilidad, era como si el cielo le dijiera que las cosas estarían bien, como si lo mantuviera bajo él solo asegurándose de su sanidad.
Estaba ensimismado en lo que sus ojos color ámbar observaban por la ventana, notaba gente en el patio del lugar, tal vez en horas de educación física, aparentemente jugaban quemados.Se distrajo luego de que alguien interrumpió su vista hacia afuera, no era nada más ni nada menos que su maestro, llamándole la atención con una complicada pregunta de álgebra.
Supuestamente él no sabría la respuesta, después de todo se la pasaba dedicándole su atención a otras cosas fuera de la clase, pero le tomó solo unos segundos el revisar con su vista toda la pizarra y poder elaborar una respuesta.-Es ciento cincuenta.- Aquel hombre enfrente reviso así mismo el problema con la mirada, desviandolesela al castaño y solo diciendo "Correcto" para luego continuar con su clase.
El pelirrojo lo observaba atento, lo examinaba completamente, Dazai era alguien extraño, no prestaba atención para nada pero conocía lo que pasaban, al parecer almacenaba la información sin necesidad de verla directamente.
Pero él no era así, por eso mismo no podía desviar su mirada del castaño, ¿qué pasaba por su mente en ese momento?, atentamente miraba el cielo, o miraba a la gente jugando en el patio.
¿Que sentía?, a lo mejor era soledad.
¿O no?, a lo mejor...no sentía nada.En todo caso Dazai no sabía que sentía al observar hacia afuera, solo intentaba distraerse de su vida diaria, pensaba que si hacía la misma rutina a diario su cabeza explotaría, y es que a pesar de eso así ocurría.
No sentía nada, veía por la ventana con la esperanza de que algo cambiara su vida en un parpadeo, no daba más, esa era la verdad.Sonó la campana, alejando al más bajo de esos profundos pensamientos, observando como el castaño salía del salón junto con sus cosas.
Antes de preguntarse el porqué, recordo que era la última hora del día, aparentemente había pasado algo rápido.
Tomo todas sus cosas y lo siguió, no era jueves pero aún así iba en dirección a aquella sala, ¿se le habría quedado algo?.Osamu caminaba casi de instinto, toda su cabeza estaba enredada, se sentía mareado, tenía un nudo en la garganta sin razón alguna y podía sentir sus manos sudar frío.
Al parecer su mente le estaba haciendo una mala jugada, una mala jugada que esperaba terminara de una sola forma.
Se desvió hacia una escalera y subió rápido, su cabello sedoso rebotaba un poco por los pequeños saltos que daba en cada escalón, y el más bajo del dúo lo observaba mientras a su distancia lo seguía, con la duda, si no era al salón que usaba siempre, ¿hacía donde se dirigía?.Llego al techo, más bien a la terraza, no podía observar a Dazai en ningún lado, no sabía donde se había metido. A lo mejor se atrasó un poco y perdió su rastro.
Estaba dispuesto a irse, cuándo escucho un bolso caer al suelo, girandose al lado del supuesto ruido.Pudo suponerlo, por algo el joven llevaba tantas vendas encima, aparentemente no eran solo heridas de golpes de alguien, si no que el mismo se provocaba algunas.
Y pudo comprobar sus hábitos, pudo pensar eso solo porqué, sus zafiros se habían quedado estupefactos mirando como el castaño estaba parado en un borde del edificio.
Su bolso en el suelo, él al otro lado de las barandillas.
No salía su voz, a pesar de no estar mirándose en un espejo, sentía sus pupilas temblar como él no podía.
En silencio se acercó, no sabía que más hacer, no tenía idea de como reaccionar ni el porqué lo hacía de ese modo, así que solo prosiguió.El castaño soltó un suspiro, esto no fallaría, al fin podría irse esperando que de forma no dolorosa.
O eso pensaba hasta que, alguien tiró de su camisa haciéndolo caer al lado contrario de la barandilla de espaldas. Eso si había dolido y le había molestado un poco.
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𝗪𝗶𝗻𝘁𝗲𝗿 𝖼𝗈𝗇𝖼𝖾𝗋𝗍. || 𝘚𝘰𝘶𝘬𝘰𝘬𝘶.
Fanfiction❝ Sospecho qué, yo muerto debo estar. El vacío de mi pecho me veo incapaz de llenar. Si, todos desde que existimos tenemos claro, que tarde o temprano nos debemos morir, No importa lo que hagas nadie te rescatará. Con suerte tengo aún deseos de resp...