𝟖.- 𝘝𝘪𝘢𝘫𝘦 𝘫𝘶𝘯𝘵𝘰𝘴.

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Solo le importaba la complexión y el actuar del resto, mientras estuviera vivo solo se encargaría de alejar a las personas, las sonrisas y su amabilidad, eran cosas que él mismo había desterrado de su vida aquel día en el que los ruidos exteriores parecían alejarse cada vez más de sus oídos como si todo fuese una fantasía en la cual no le quedaba otra que cambiar su papel en la obra, y de una vez por todas terminar con el chiste malo que era su vida.

—¿Que hacemos en la escuela en vacaciones Dazai?.—Hablo el más bajo algo molesto, no comprendía el porque lo había arrastrado hasta allá cuando él solo le había invitado a salir un rato.

—Nada en especial, solo ven.— Obviamente el pelirrojo se había dado cuenta de lo que llevaba en sus manos, y de cierto modo sabia que ocurriría, o bueno, una parte de ello, aun no tenia idea el que tenia que ver él en eso.

Al estar fuera de cierto lugar, el castaño abrió la puerta y paso algo emocionado, o en realidad más que nada ansioso, claro inconscientemente.

—¿Me dirás ya que hacemos acá?.— Paso y tomo asiento en una de las mesas de la sala, apoyando sus brazos tras él y jugando un poco con sus pies, los cuales no llegaban a alcanzar el suelo.

—Claro que sí.— saco el obvio instrumento de su estuche, junto con su arco y mientras lo ajustaba apretándolo un poco, mantenía su conversación con su compañero.— Tu criticaste la forma en la que toco, ahora quiero que me corrijas.—Lo observo con el violín en su mano izquierda y el arco en la derecha, esperando la respuesta que obviamente seria una aprobación.

—Pero...no se nada de esto, el único instrumento que tal vez podría tocarte seria...no se el triangulo.— no comprendía el porque alguien que era tan talentoso como el joven frente a sus ojos era capaz de pedirle ayuda a él, quien obviamente no tenia nada bueno o destacable en esa área. 

—¡Exacto!, por eso necesito tu ayuda, no tienes idea de nada de esto y aún así sabes criticarlo.— En realidad, jamás le hubiese pedido ayuda, pero de cierto modo ya estaba desesperado, aquel instrumento era lo único que le quedaba para aferrarse y no podía dejarlo ir tan fácil, ya que hacer eso seria alejar toda su personalidad de su ser, y realmente tenia ganas de recuperarse a si mismo.

—Al menos lo hubieses negado...—Suspiro sin ser capaz de negarse, viendo como su compañero se acomodaba el violín sobre el hombro.—¿Bien, y que quieres que haga?.—

—Ya te dije, aconsejarme idiota.—

—Cállate y toca algo o me arrepentiré y me iré de aquí.— rodó los ojos con evidente molestia ante su comentario, dejándola caer en el nuevamente, viendo como pensaba algo para presentar.

Apenas había puesto un dedo en la cuerda y ya le estaba cuestionando, pero no podía quejarse, después de todo eso era lo que quería.

—¿Que hiciste?.—

—Toque la cuerda.—

—No usaste eso.— Apunto el arco en la mano contraria del joven, el cual se mantenía afirmado entremedio de su dedo pulgar e indice, usando el ultimo nombrado para tocar la cuerda que venía con la canción escogida.

—Sí es...se llama pizzicato, es una técnica, y sale indicada en la partitura que debo hacerlo.— Cuando observo a su alrededor recién noto que no había ninguna partitura, incluso se llego a confundir, ya que la tenia pegada en la retina, o tal vez como si le hubiesen puesto cinta y la hubiesen adherido a su frente.

—Ah, sigue entonces.— Se acomodo para oírle mejor, comprendió la técnica, pero no bien el donde estaba la partitura de la que hablaba.

—No interrumpas.— Sacudió su cabeza un poco, empezando por imaginarse el ruido del piano que seguramente le acompañaría si estuviera en algún concierto, como aquel al que fue con Ango y...

𝗪𝗶𝗻𝘁𝗲𝗿 𝖼𝗈𝗇𝖼𝖾𝗋𝗍. || 𝘚𝘰𝘶𝘬𝘰𝘬𝘶.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora