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10 - LA LLEGADA

Alex va tras Piper. Ambas entran a la habitación.

- Pipes, debes calmarte.
- Estoy calmada. Tienes razón, debemos irnos.
- Exacto. Eso es justo lo que haremos.- le dice Alex mientras le toma tiernamente la mano, y la mira fijamente a los ojos.

Hubo un silencio de unos segundos.

- Alex, solo quiero estar  en paz contigo. Realmente necesito eso.
- Y yo necesito que confíes en mí. Ya todo esto va a terminar.

Alex toma la cara de Piper con delicadeza, y la besa.

Piper la mira y le da una media sonrisa, luego se voltea y toma su bolso, y le pasa a Alex el de ella, y salen de la habitación.

Mientras que caminaban de vuelta al taller mecánico donde estaban colocando el auto en la grúa, Piper se detuvo de repente, y miró hacia Alex.

- ¿De verdad confías en ella?

Alex se tomó unos segundos para responder a la duda de Piper, que en parte, aunque no quisiera exteriorizarla, también era la de ella. ¿Debía confiar en Emily?

- Claro que sí, Pipes. Ella solo es una buena chica que me ayudó y ahora nos ayuda a ambas a salir de esto. No hay nada de que preocuparnos.
- No quiero que nada malo te pase. Fue suficiente.
- Nada malo nos pasará.

Alex le da una sonrisa a Piper, la toma de la mano y siguen caminando.

- ¿Ya está todo listo para comenzar el viaje? – preguntó Alex a Emmy al llegar al taller con Piper.
- Así es, ya podemos ir subiendo al auto.
Alex y Piper subieron al auto de Emmy, y comenzaron la trayectoria justo detrás de la grúa que conducía Charlye.

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Alex iba de copiloto, mientras que Piper iba atrás alerta.

- Puedo ayudarte a conducir cuando te sientas cansada. – le dijo Piper a Emmy.
- Genial, Piper. Gracias. – respondió mientras le sonreía por el retrovisor.

Piper también le mostró una sonrisa forzada, y seguidamente, comenzaron las preguntas.

- ¿Y? ¿Tú qué haces Emily? - preguntó Piper.

Alex volteó a verla y lanzó una mirada de advertencia sin disimulo alguno.

- ¿Qué? ¿Hice algo malo? Solo estoy haciendo plática.

Además, Emily está muy apurada por llegar a New York. Debe ser un trabajo fuerte.
Emmy comenzó a reírse.

- Así es, Piper. - respondió casi inmediatamente. - Soy abogada, y sí, es un trabajo… agotador.
- ¿Abogada? Vaya, que interesante.
- Sí, bonito, bien remunerado, pero sigue siendo agotador.
- Mis abogados fueron todos inútiles, ninguno hizo gran cosa por sacarme de prisión. - dijo Alex.
- Pues, todo depende de tu caso. Y sí, definitivamente depende de que tan bueno sea tu abogado para llevarlo. Los casos de narcotráfico son difíciles en la corte, no cualquiera está capacitado.
- Definitivamente, sí.
- Espera…ella…sabe…
- ¿Qué estuvieron en la cárcel por narcotráfico? Sí. No tengo problema con eso.
- Y aún así nos ayudas.
- Claro, ¿por qué no habría de hacerlo?
- Porque estuvimos en la cárcel, y las personas no siempre lo toman muy bien.
- Pues como abogada he conocido cualquier tipo de persona que puedas imaginarte, y créeme que sé distinguir entre un verdadero criminal, y alguien que simplemente desvió su camino, y pagó por ello.
- Yo amaba mi camino desviado.
- ¡Alex!
- Pero…ahora es parte de mi pasado.
- Eso espero. Una nueva vida es el propósito, ¿no?
- Aunque, ¡al carajo! Tengo una amiga abogada ahora.
- ¡Alex, basta!
- Pues soy costosa. Antes de meterte en problemas deberías consultar mis honorarios. Quizás lo reconsideres.

Alex se carcajeó, y echó un vistazo atrás. Piper estaba enojada por sus comentarios.

- Amor, relájate, solo estoy diciendo estupideces para pasar el tiempo.
- Hay muchos temas estúpidos de los cuales hablar, y ese no es uno de ellos.
- Está bien.
A ver, Emmy, cuéntanos, ¿cuál ha sido tu caso más difícil?

Emmy se puso algo incómoda tras la pregunta de Alex.

- La verdad, no puedo hablar mucho sobre mis casos. Si lo hago me puedo meter en problemas.
- Claro, por la confidencialidad de tu cliente y esas cosas.
- Exacto.
- ¿Podemos hablar de otra cosa que no sean cárcel y abogados?

Alex se rió.

- ¿Dónde van a vivir? - preguntó Emmy al descuido.
- Por ahora, en el mismo lugar. Ya buscaremos pronto algo más cómodo.
- ¿Y dónde es el mismo lugar?

Piper hizo silencio.

- Queens. - Respondió Alex. - No conozco el apartamento pero insisto que cualquier lugar está mejor que un compartimento.
- Es bueno que valores lo que tienes ahora.
¿Y cuáles son tus planes, Alex?
- Bueno, a corto plazo, debo encontrar un empleo. Ya sabes, es parte de mi libertad condicional, y bueno, creo que eso me tomará algo de tiempo.
- Y nos vamos a casar. Organizaremos nuestra boda. - dijo Piper.
- Eso también. - dijo con una sonrisa Alex.
- ¿Cómo? Pensé que ya estaban cansadas.
- Lo estamos. - respondió Alex mientras le mostraba su mano donde estaba su anillo de matrimonio. - Pero por ahora es algo simbólico. Queremos hacerlo real.
- Fue nuestro más grande deseo durante todo este tiempo separadas, y pronto lo haremos una realidad.
- Pues, felicidades. Sin duda se aman mucho.
- Mucho… y para siempre. - dijo Piper dejando claro su posición de futura esposa de Alex.

Las tres siguieron conversando de diversos temas para de alguna manera hacer el tiempo más ligero. Piper siempre dejaba claro que Alex era de “su pertenencia” y Alex reía al escucharla como protegía “lo suyo” sutilmente, pero dejando un mensaje claro.
Antes de la llegada Piper se ofreció para manejar pero Emmy le dijo que estaba bien y que ya faltaba menos de una hora de camino.
Siguieron hablando de cosas sin mucha importancia, hasta que por fin llegaron al lugar anhelado, a casa.
Alex estaba incrédula y feliz de estar en el lugar que a partir de ese momento se convertiría en su hogar al lado de la mujer que amaba.

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