capítulo 15

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Enfrente de mí se encontraba aquel chico que fue golpeado esta tarde en el gimnasio de mi padre, los golpes que había recibido le habían dejado bastantes moratones y hasta el labio roto. Me quedé algo sorprendida al verle aquí y con mis cosas, pero la pregunta era ¿cómo sabía dónde vivía? Bueno, mi padre era su entrenador, normal que conocieran dónde vivía, pero aun así había algo que no me cuadraba.

Sus ojos ahora estaban de un color oscuro que me dio miedo.

''¿Por qué todos pensáis que él es el culpable de todo lo que pasa?''

''La gente cuenta historias, ha estado cerca de él en sucesos bastante terribles, siempre es él, dónde quiera que pase algo, él está ahí, ¿coincidencia? No lo creo, por eso necesitamos una prueba que lo demuestre y por fin acabar con él.'' Espera ¿qué? ¿y si era inocente? Vendría a por mí y me mataría, ahora cometiendo un delito de verdad.

''¿ Y si no lo hago?''

''Acabaré con la vida de tu padre.'' Mi cuerpo se congeló y mi respiración comenzó a ser irregular.

'Pero habías dicho...'' No me dejo terminar.

''Ya has dicho que sí, lo siento. Tú cumples con lo tuyo y no pasará nada, ¿entendido?'' Se acercó intimidante a mí.

'S...sí.'' Tartamudeé.

''Así me gusta.''

Se alejó y caminó hacia la puerta principal. ''Por cierto, más te vale no decir nada a nadie, aunque dudo que te crean.'' Soltó una carcajada y se fue. ¿En qué mierdas me había metido? ¿Qué hago ahora? No corría solo peligro mi vida, sino también la de mi padre. Tenía miedo, mucho, pero todo esto me pasaba por estúpida, no quería tener nada que ver con él, no quería estar cerca del peligro, pero lo peor es que ahora estoy dentro de ello.

....

''¡Aya! ¡Llevo más de veinte minutos llamándote, despiértate ya!'' Los gritos de mi madre se oían por toda la casa, agarré la almohada y me tape la cabeza con ella, no quería ir a clase y menos sabiendo que me iba a encontrar con él.

''¿Se puede saber qué demonios te pasa niña?'' Mi padre entró furioso a mi cuarto. Yo me levanté de golpe por el miedo.

''Lo...lo siento.'' Susurré con la cabeza agachada.

''¿Te pasa algo cariño?'' Los brillantes ojos azules de mi padre me miraban con preocupación. Yo tenía el mismo color de ojos que mi madre, marrón oscuro aunque a veces se ponían color miel.

''No papá, no te preocupes, es solo que no me encuentro bien.'' Fingí una cara triste.

''¿Te quieres quedar en casa?'' Acaricia mi pelo. Estaba a punto de responder pero mi teléfono emitió un sonidito. Era un mensaje, pero de un número desconocido.

*¿Dónde te has metido? El tiempo se te acaba nena.*Mi cara se tornó pálida en menos de un segundo, ¿cómo mierdas tenía mi número? Ahora sí que estaba cagada de miedo, esto empezaba

a ser raro, bastante raro.

''Mejor iré a clase, que me perderé la materia nueva que darán y me costará seguir el ritmo.'' Dije en un tono falso pero convincente.

FIREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora