capítulo 31

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"Ven aquí." Dijo Zac que se encontraba tumbado en la cama. Caminé hacia el con paso lento y me senté en el borde de esta. "¿Estás cansada?" Se colocó detrás de mí y me abrazo.

"Un poco, pero no te preocupes." Forcé una pequeña sonrisa.

"Yo conozco una buena forma de quitarte ese cansancio." Susurró con los labios pegados a mi cuello.

Empezó a recorrer la curva de mi cuello dejando besos en él, cosa que me puso la piel de gallina y a la vez me excitó. Me dio la vuelta y me puso a horcajadas encima de él, para luego devorar mis labios como si no hubiera mañana, yo simplemente me dejé llevar, apenas era consciente de lo que estaba ocurriendo, estaba demasiado cansada.

Sus labios viajaron otra vez a mi cuello el cual fue mordido y provocó que soltara un pequeño gemido, a lo que él respondió con una ronca risa. Sus manos que minutos atrás sujetaban mis muslos ahora se encontraban acariciándome por debajo de la camiseta que segundos después me quitó sin mi consentimiento. Dándome la vuelta, me tumbó con cuidado en la cama y se apartó un momento para quitarse su camiseta dejando al descubierto su perfecto y definido torso, después de ello volvió a mí y comenzó a dejar besos húmedos desde mi cuello hasta mi vientre y viceversa.

En ese momento mi cuerpo estaba lleno de sensaciones y emociones que jamás había experimentado, algunas tan fuertes que me volvían loca. Cada caricia suya y cada delicado beso me hacían temblar por

completo.

Sus gruesas manos se colocaron ahora en el cierre de mis pantalones los cuales fueron arrancados con fuerza y luego hizo lo mismo con los suyos, quedando los dos sólo en ropa interior y con los cuerpos sudados y esto era sólo el principio.

Separó un poco mis piernas y se acomodó entre ellas, volvió a unir nuestros labios y le rodeé el cuello pagándolo más a mí para intensificar el beso, él aprovechó y bajó su mano hasta mi fina ropa interior y acarició mi parte íntima haciéndome gemir en el beso a lo que él sonrió satisfecho. Volvió a repetir la acción y esta vez arqueé la espalda lo que le facilitó quitarme el sujetador dejando a su vista mis pequeños pechos, levanté mi vista y vi como se mordía el labio inferior con fuerza. No dudo ni un segundo en pensárselo y fue directo a mis pechos, mientras lamía y chupaba uno, se dedicaba a masajear el otro, de mi boca sólo se emitían gemidos de placer cada vez más fuertes, estaba completamente inundada en aquello.

No me había dado cuenta de que la temperatura de la habitación ahora era mucho más mayor, pero no era por el fuego que emitía la chimenea, entonces caí en ello al darme cuenta de que no podía rozar a Zac porque estaba ardiendo por completo.

Me estaba asfixiando por la gran cantidad de calor que hacía en ese momento, pero era incapaz de hablar para detenerle, no me quedaban apenas fuerzas, en cambio él seguía con lo suyo, ahora su rostro se encontraba frente a mi ropa interior y delicadamente sopló una pequeña brisa frente a mi entrada cosa que me puso la piel de gallina y me hizo debilitarme más.

Colocó sus manos en el elástico de la ropa interior y tiro de ella hacia abajo con cuidado, empezó a depositar pequeños besos en mi vientre para seguir el recorrido hasta mi entrada. Mi cuerpo cada vez estaba más caliente y llegó a tal punto que me quemaba. Al sentir sus labios contra mi feminidad no puedo evitar soltar un pequeño grito ahogado.

Sus labios se movían con fuerza ahí abajo, cada acción suya era perfecta, tan perfecta que quemaba. Todo lo que era mi parte íntima se encontraba palpitando, no había cosa que no hubiera hecho,mi clítoris había recibido el mayor placer del mundo, sin embargo no pude visualizar ninguna de sus acciones ya que mis ojos estaban fuertemente cerrados y mi labio inferior sujeto con fuerza entre mis dientes.

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