Un sendero entre las hojas viejas del otoño. Crujientes que con una sola pisada se deshacen como mis recuerdos, día por día. Semana por semana. Año tras año.
Un pitido que sigue sonando dentro de mi cabeza sin cesar. No se detiene. No acaba nunca. Y...
NO VOLVÉS, pero tampoco TE VAS DEL TODO, ojalá, algún día SEPAS QUÉ MIERDA QUERÉS.
Desaparecí porque no soportaba que me mirara como si no me debiera explicaciones, El Chico De Los Lunares eternamente me debe explicaciones. De todo, no solo porque haya desaparecido por semanas, sino porque, se anima y no a la vez. Y yo, El Chico Con Ojos De Cristal, no quiero ajetreo ni juego en mi vida tan corta.
Mi vida tan corta, digo, ya que, me descubrieron un aire cerca del corazón que con cada día se va expandiendo hasta que lo cubra todo con su gran oscuridad. Hasta que, por alguna razón, desde que lo conocí a El Chico De Los Lunares estuve mucho mejor, pero eso, no quiere decir que me voy a curar ni que en ese aspecto he mejorado.
Descubrieron ese mal dentro de mí, hace un año, mientras cuidaba a mi madre en el hospital. Su codicia a la droga le afectó, y demasiado. Sin embargo, yo la protejo y la apoyo porque no tiene a nadie más. Solo por eso, y por nada más.
Estuve a punto de decirle, de contarle que me quiero ir lejos. Lejos de todo, pero con él. Con El Chico De Los Lunares. A su lado, en el volante y que cantemos juntos en todo el resto de la carretera. Sin embargo, no tuve el valor y el coraje de decirle todo lo que pienso y siento de él.
Desde aquella vez, aquella última vez no pude dejar de recordar sus labios y su lengua en mi cuerpo. Dejando de lado cada pista de imperfección en mi cuerpo. Así que, sí, tuve que ir a verlo, y desearlo aún más.
No recuerdo la última vez que desee con tanto valor, con tanta necesidad.
MIENTRAS MÁS ABRO LOS OJOS, más se me cierra el corazón.
Los días agasajaron sin pavor. Sin temer que el día en que se aparezca con una respuesta y no fuera capaz de escaparme. No es que pensara en escaparme, pero, así lo deseaba. Quería escaparme de la mentira diariamente, y dejarme llevar por el momento y ser espontáneo. Y serlo con él. Con El Chico De Los Lunares.
No recuerdo cuando fue la última vez que me hizo sentir de la misma manera, y es que, todos me veneran cómo si fuese un milagro. Y no, no lo soy. Bajo toda esta capa de chico increíble y maravilloso, se oculta un chico sensible e inseguro de sí mismo desde que comencé a sentirme atraído por los de mi mismo género.
Y fue tan revelador descubrirlo que después de eso, no pude dejar de ver a los de mi mismo género con otros ojos. Escucharlos con otros oídos y sentirme en otro cuerpo. Una sensación que no la cambiaría por nada. Y es una sensación de que algo está caminando debajo de mi piel por todo el cuerpo.
Sin embargo, eso cambió cuando El Chico De Los Lunares me besó aquella noche.
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Hola! Agradezco que hayan leído hasta aquí, ya que significa mucho para mí, porque amo escribir ésta historia corta, tanto que espero que ustedes también disfruten leerla. Bsos. ❤️
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