Un sendero entre las hojas viejas del otoño. Crujientes que con una sola pisada se deshacen como mis recuerdos, día por día. Semana por semana. Año tras año.
Un pitido que sigue sonando dentro de mi cabeza sin cesar. No se detiene. No acaba nunca. Y...
Un atardecer infinito, dónde la tierra se levanta, revolotea, baila y luego cae en otro lugar con otra posición. Me gusta porque en el cielo se nota como los azules oscuros se van aclarando haciendo que se vuelva violeta y rosado al final hasta donde toca la luz del sol, y es allí, donde se vuelve amarillo, naranja y luego por fin con su manera tan natural, se forma un rojo casual.
Mi mejor amigo, El Chico Comedia, y así es, como indica su nombre. Me invita a una fiesta en la que todos, incluyendo a El Chico De Los Lunares debe ir. Dudé durante unos días si ir o no, ya que, no quería cruzarme con El Chico Con Ojos De Cristal ni con ninguno de sus amigos. No obstante, fui porque no debía de temer ante su presencia, y no me importaba si me encandilaba con su forma tan natural de andar o con su belleza. Solo, en lo profundo de mi ser, necesitaba verlo. Había ya pasado semanas. Varias en las que no veía ni su sombra.
Varias semanas en las que no había visto ni una sola noticia desde aquel último día, en que me miró con aquella mirada que me hizo sentir culpable de todas las maneras posibles. Me habían dicho que estaba invitado, solo que no había respondido.
Las horas pasaban en conjunto con los minutos y los segundos, mis manos al igual que mis piernas vacilaban de una manera indescriptible y estaba ausente ante mis pensamientos o recuerdos. No sabía ni que ponerme o si debía ser yo mismo, después de todo lo que ha ocurrido. Sin embargo, El Chico De Los Lunares se decidió, y escogió por salir tan personal y meticuloso que nadie había despegado sus ojos al salir de su departamento. Todos ojos paraban y se detenían en el cuerpo detallado a mano que tenía El Chico De Los Lunares, o sea, yo.
ME ENAMORÉ DE TI, y no por lo que ví, SINO POR LO QUE SENTÍ.
Llevaba una camisa con los primeros botones desprendidos, y un vaquero que hacía que el resto de mi cuerpo se luciera de igual manera. Iba caminando de una forma petulante, y no porque quisiera llamar la atención, sino porque cualquiera que me viera fuera de la fiesta, quería que me viera de manera casual y no con un propósito, como si quisiera encontrarme con alguien. Y aunque así fuera el caso, no me importaría.
Al entrar, me sorprendí a mi sentir cuando ví aquellas luces de colores por todo el lugar. En el centro de todo aquello que me hacía deslumbrar, allí se encontraba con su inusual forma de bailar, danzaba de una forma tan bien que me sorprendió verlo bailar a la plena soledad. Me acerqué observando tan disimulado como pude, pero así como la vida misma me trae buenas cosas y malas cosas, nuestras miradas se cruzaron.
Y entre toda la juventud que bailaba al ritmo de la música, lo divisé a El Chico Con Ojos De Cristal al detenerse y quedarse mirando a mi dirección.
••• Hola!! Hoy es un buen día para viajar y no dejar que nada pase. Espero que les haya gustado tanto como a mí. Voten, y comenten qué tal les pareció. Los quiero tanto! ❤️
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
