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QUE DIFÍCIL ES DORMIR
cuando la mente no se calla.

Desde aquel mediodía de nubarrones, dejé de pensar porque me dañaba, dejé de sentir porque dolía, y dejé de soñar porque ardía.

El Chico Con Ojos De Cristal me había dejado en la plena soledad, mientras discutía con el extraño que había entrado como si nada. También se fue como si nada, al igual que yo porque no quería esperar. No quería esperar a que me quisiera, a que me deseara tanto como yo lo deseo. O eso quizás hacía.

Aún recuerdo, después de tantos días, semanas y meses, recuerdo aquel recuerdo susurrante, palpitante y desbordante en mi más profundo sueño mental. Cuando nuestros pechos nos pertenecían, y le prometimos a la luna eterno amor, besos y abrazos tan calientes que pasaríamos el invierno sin ningún abrigo.

Cuando su cuerpo de pura lujuria y excitación me acariciaba con una delicadeza, tal que me hacía estremecer desde la punta de mis pies hasta los cabellos de mi nuca.

Cuando la luna iluminaba sus pecas como si fueran estrellas que a penas brillaban, a penas eran notables, cuando sus ojos me miraban de manera tierna y me hacía suspirar.

Noches alegres, mañanas tristes.

No tienes ni la idea de lo que causa tu sonrisa de metal en mi mente de cristal, tus ojos de luna llena en mi mar pacífico, y la manera en que me afecta tu verdadero El Chico Con Ojos De Cristal en mi, al Chico De Los Lunares.

¿Te acuerdas cuando miré tus ojos? ¿Cuándo fingía no saber nada? ¿Te acuerdas cuando me susurrabas al oído? ¿Cuándo tus brazos me rodeaban? ¿Te acuerdas cuando todo estaba bien, cuándo solo éramos tu y yo, y nadie más? ¿Cuándo nada más importaba? Pues, yo sí lo recuerdo.

DE TODAS LAS HERIDAS QUE TUVE
fuiste la más hermosa.

Con el pasar de las horas, carcomiendo mis sesos con esos pensamientos. Haciendo creer que yo estaba equivocado, cuando los dos lo estábamos. Y es ahí cuando tuve que dejar todo atrás porque mi corazon pedía estar a su lado por toda la vida sin importar nada.

Salté en la cama, lancé la ropa al suelo, puse música porque los pensamientos dañan pero te hacen ver la verdad. Así que tomé mis zapatillas y sin atarme los cordones salí a buscar su ser tan maravilloso.

Con la brisa chocando contra mi rostro haciendo volar mi cabello ya crecido y que mis pies se cruzaran entre sí. Al llegar y ver que no había nadie, sino que se encontraba su apartamento tan vacío y sin vida, cuando no sabía que hacer ni a dónde ir, recibí un mensaje.

Aquel mensaje que hizo que la vida entrara a mi cuerpo, que el corazón diera otro latido, que mis venas sigan funcionando y que los músculos de mi cuerpo supieran la verdad. Que mi mente supiera a dónde vamos y de dónde venimos.

Corrí porque no había nada más que hacer, cuando llegué lo ví allí, con ese estilo suyo que se trae y ese brillo único. Nos besamos porque los dos lo necesitábamos y porque nos lo merecíamos.

Con la tormenta en nuestras mentes y el corazón lleno de espinas nos abrazamos para no despegarnos, y minutos después de que su lengua danzara por toda mi boca y dejara su regocijo de dulzura. El Chico Con Ojos De Cristal cayó sobre mis brazos como bolsa de residuo, sin vida y sin brillo.

No volví a ser el mismo después de aquel día. Ya lo superé aunque no tanto, y aún así dejé que él saliera de mi corazón de una vez por todas.

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Holaaa!
Espero que les haya gustado el final, a pesar de ser tan triste y sin originalidad.
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El Chico De Los Lunares © ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora