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SOLO TE CUENTO
que estoy tratando de ya no perderme
NUNCA MÁS.

A veces me la pasaba soñando, anhelando y suspirando en las noches de invierno como El Chico Con Ojos De Cristal me abrazaba, y lamía cada parte de mi cuerpo como una naranja y me mordía de forma tan cariñosa como a un durazno.

No podía dejar de susurrarme en los sueños como lo abrazaba y besaba de una manera tan especial, esencial y superficial. Sobre su piel tan bien bronceada, viendo aquellos ojos verdes, tan verdes que podías meterte en ellos y encontrarte de repente en el Amazonas con la vegetación más verde y extraña del planeta.

Y con el más mínimo cariño me dejaba llevar por las nubes. Volar entre las aves de alto vuelo y sentir que floto.

De repente, me despierto, con sus cabellos en mi rostro y mis manos entrelazadas con las de El Chico Con Ojos De Cristal. Con sus pestañas tan al borde del precipicio, largas e incontrolables.

Su rostro perfilado, y las sábanas cubriendo algunas partes de nuestros cuerpos después de una noche de puro amor, lujuria y deseo. Aún recuerdo su mirar cuando pasaba su lengua por sobre mi estómago y dejaba besos húmedos en mi cuello.

Cuando me rozaba la punta de su dedo índice por todos lados y me hacía desear varios intentos de pecado. Deseando que lo haga de una vez, y luego juguemos a lo que él se le antojara.

Acerqué a penas mis labios a su cabeza y le dejé un tierno beso. Un beso que deseaba dárselo desde la segunda vez que lo ví y desde aquella noche de lujuria con aquella lluvia.

La luz se filtraba por las cortinas sin permiso, alumbrando todo el lugar con su gran resplandor y creando un momento de pensar, sentir y descubrir. Miré el techo por un largo período de tiempo, dejando que mis pensamientos fluyan dentro de mi como un volcán en erupción.

TODO LO QUE DECIMOS,
pensamos y hacemos
TIENE SUS CONSECUENCIAS,
y sus manifestaciones.

De repente tenía ese sentimiento de querer quedarme así para siempre. Abrazado y entrelazado en sus piernas y sábanas de una manera tan vaga y banal, que no me importaría si me moría de hambre, pero que sería a su lado, lo sería sin dudar y vacilar.

Luego escuché unos pasos estremecedores en el pasillo, se abre la puerta haciendo que se golpeara contra la pared y creando un ambiente total y completamente tenso.

Mi rostro y el resto de mis músculos se quedaron estáticos, petrificados ante el rostro que se encontraba delante mío con el rostro impertinente e insistente. A mi lado se movió de manera tan brutal y repentina que solo giré mis ojos para lograr ver que se estaba vistiendo con una velocidad atroz.

El chico que se encontraba parado en el umbral de la puerta lo mirada fijo con una forma tan fría y abismal que no podía creer o entender que estaba sucediendo.

•••
In-cre-í-ble.
Mas claro que el agua, no?

Mas claro que el agua, no?

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El Chico De Los Lunares © ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora