27. Lo que el farmacéutico dice

2.1K 131 23
                                    


Mismo día a la tarde - Oficina de Irene

- Así como lo oyes Sunhee, así como lo oyes - le aseguró Wendy a través del el manos libres de su celular.

la canadiense había tenido varios asuntos que atender hasta el mediodía, pero ya de tarde, iba rumbo a la oficina con todas las intenciones de indagar a su socia acerca de los acontecimientos de la noche anterior - ¿Cómo que si estoy segura de lo que digo Sunhee? - Wendy estaba poniendo al tanto a la Señora Bae de la información que manejaba - ¿Tengo que repetírtelo? ¡Dios! Joy me hizo explicarle mis deducciones como tres veces esta mañana... Bien - se resignó - Abre bien tus viejas orejas... Evidencia número uno - Empezaba el recuento de la investigación realizada por Wendy - las últimas en dejar el edificio la noche anterior fuimos Chaerin y yo - aseguró - Y cuando nos fuimos la rarita... - Wendy giró los ojos ante el reproche de la madre de su mejor amiga - Bueno, bueno... Seulgi - destacó - la rarita - murmuró para ella, no había otra forma de reconocer a la morena para la canadiense que no sea esa - Seguía esperando a la testaruda de tu hija en el lobby, y estoy muy segura de que no se iba a mover de ahí hasta no verla - De hecho ella misma le había dado permiso para que se quedara siempre y cuando Wendy podía pasar a ver al Mercedes Brabus, pero esa extorsión no tenía por qué saberla nadie más que ella y la rarita - Si, si, ya sé que la culona de tu hija... -

Automáticamente Wendy frenó el auto para ver si no estaba Seulgi para corregirla - ¡Dios! La rari me ha vuelto una psicótica perseguida, ahora no puedo hacer mis bromas sobre el trasero de Irene sin pensar que en cualquier momento la rari me corta por partes y me mete en unos de sus freezers - Y dale con eso - Como sea... ya sé que la rubia culona de tu hija estaba enojada con ella, que se encerró en su oficina sin querer ver a nadie y que no hay nadie más cabeza dura en el mundo que Irene pero... - Y esto era muy importante - Sunhee... la rari es el virus que atraviesa absolutamente todas las paredes protectoras que tiene Irene en sus sistema - Wendy estaba actualizada - Y cuando digo todas, me refiero a absolutamente todas. ¡Por Dios Sunhee! Tu viste con tus propios ojos la cara de tonta enamorada que pone cada vez que la rarita está cerca... ¡Exacto! - Al parecer la señora Bae le había dado la razón - Y eso que ni siquiera la viste toda verde defendiendo su territorio el otro día - Por otro día se refería a aquella tarde en que ella e Irene fueron a ver los nuevos inquilinos de Seulgi y se encontraron con una pequeña sorpresita - La tendrías que haber visto toda celosa Sunhee, más que Hulk era "La increíble Irene". No paró hasta que todas las valijas de la morocha nueva estuvieran afuera del edificio, y la rari la miraba con su cara torcida y toda confundida... ¿El chico?- Sunhee, que al parecer estaba muy al tanto de la situación, preguntaba por el otro inquilino - Por favor... - Wendy soltó la carcajada justo mientras entraba a la cochera del edificio - Después de que vio como Ren echaba a patadas a la otra tipa salió espantado de allí - al parecer la morena se había quedado de nuevo sola en su departamento - En fin - La conversación se había desviado - Evidencia número dos, tu hija no volvió a dormir al departamento y... - Wendy giró los ojos

- ¿Puedes ser más negativa? ¿Cómo que se puede haber quedado llorando en la oficina? - Sunhee no quería ilusionarse - Primero que todavía no sabemos si tu hija es capaz de llorar y no derretirse y segundo que una de los principios supremos e inquebrantables de Irene es "Tu casa es mi casa, pero mi oficina no es tu casa" -

Era cierto, la rubia lo tenía como una política de trabajo para todos sus empleados.

Era muy útil a la hora de evitar que empleados emparejados entre ellos trajeran sus problemas personales al trabajo, o evitar que alguna mujer despechada apareciera a hacer lios en las oficinas, o para que ninguno de sus empleados abusara de los recursos de la empresa para uso personales - Y además tengo una tercera prueba que está aportada por nuestra testigo oficial, la secretaria de Irene. Chaerin me aseguró que Irene le ordenó suspender todas las reuniones del día - Parece que Chaerin no había soltado la lengua en cuanto a Seulgi se trataba - ¿Escuchaste eso Sunhee? Irene, la obsesionada por el trabajo, la señorita trabajo hasta los feriados, la mujer dinero, volvió a suspender reuniones importantes y de miles de millones. Yo no sé qué piensas tú Sunhee, pero a mí esto me huele a rarón por todas partes - dio su no tan desacertado opinión - Ja! - la canadiense soltó la carcajada - Tu porque no lo has visto en vivo y en directo, porque cuando tengas la suerte de hacerlo como yo, no vas a querer volver a ver el pequeño manicito de Jun. - Otra reprendida de la mujer mayor le hacía girar nuevamente los ojos - Como sea Sunhee, como sea... El asunto es que tengo razón y lo sabes, tu hija, está loquita por la rari y ahora mismo estoy por entrar al ascensor rumbo a averiguar la verdad de lo que aconteció en este edificio ayer a la noche. Y cuando lo sepa, tú y Joy me van a dar la razón, la ex pelinegra culona está loca por el rarón... Mira eso, me salió un trabalenguas - El ascensor abría sus puertas - Luego actualizo información, ahora me tengo que ir... - el último giro de ojos.

𝙄'𝙢 𝙣𝙤𝙩 𝙛𝙤𝙧 𝙮𝙤𝙪 - 𝙎𝙚𝙪𝙡𝙧𝙚𝙣𝙚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora