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Llegamos a lo que parecía ser una granja abandonada rodeada de grandes árboles, estaba aislada de la ciudad y el ambiente se sentía pesado. Todas las camionetas que venían haciendo convoy tomaron rumbos diferentes pero con el mismo destino. Nos posicionamos aún sin desprender de la camioneta en un pequeño puente rocoso que quedaba a pocos kilómetros de una casa de pura madera desgastada, afuera de esta habían 2 camionetas más de la marca Ram color blanco y vidrios levemente polarizados.
Las frecuencias de los radios comenzaron a alterarse, o al menos a si lo escuchaba yo. Un hombre se escuchó decir "Tenemos al 3578" desde aquel radio,en cuanto eso sucedido Iván se tensó por completo y frunció su ceño.
-Tenemos que interceptar ahora, si no lo van a matar.—Dijo Iván sin mostrar calma en sus palabras mientras negaba una y otra ves.—
-Esperemos un poco más Iván, tenemos que estar seguros de que estén aquí.—Hablo el que venia conduciendo observándolo por el retrovisor.—
-¿Que otra puta prueba quieren? ¿Escuchar cuando den el comunicado por el radio que ya lo mataron?.—Dijo Iván entre dientes.—Tenemos todo un arsenal no podemos bajar bandera, yo mando aquí, yo pongo el orden. Y quiero interceptar ya.—Dijo Firme.—
-Solo hazlo ya y denle el aviso a los demás y infórmenle a el Panu.—Hablo esta ves Alfredo mientras cargaba su AK-47.—
-Michelle en cuanto lleguemos hasta allá y empiecen los disparos quiero que corras a esconderte, observa bien a tus alrededores y nunca dejes las armas que llevas ¿okay? .—
-Si.—Respondí con firmeza ante la orden de Iván, este solo me sonrió sin brillo en sus ojos y era entendible por la situación, se acercó lentamente a mi y me abrazo.—
-¡Te amo!.—Susurro en mi oído dejando un rápido beso en mi cuello.—
Sentimos como la camioneta en la que veníamos avanzó a una alta velocidad quemando llanta y dejando toda una ola de polvo detrás. Sentí como la velocidad pasaba por mis venas causándome un tipo de adrenalina mezclada con miedo al ver como hombres armados y encapuchados apuntaron a la camioneta, cuando una bala impactó el vidrio pude apreciar como las demás camionetas que venían con nosotros llegaron hasta el punto.
Ivan abrió la puerta al igual que Alfredo desprendiendo de la camioneta rápidamente junto a todas su gente y abriendo fuego contra fuego con los contrarios. Ovidio uso de escudo la puerta y comenzó a disparar al igual que sus hermanos, estaba indecisa si arriesgarme a bajar de la camioneta o arriesgarme a quedarme ahí y recibir una bala. Opte por la primera opción y con el R-15 en mano di un salto a fuera de aquella Sierra y corrí sin mirar atrás.
Llegue hasta la parte trasera de aquella casa echa de pura madera y me agache escondiéndome entre unas llantas y bicicletas abandonadas. Mis cabeza me comenzaba a doler y los disparos que no cesaban no ayudaban en nada. Hubo una pausa de un microsegundo y en ese microsegundo escuché un grito desgarrador proveniente de la parte interior de la pequeña casa. Un escalofrío recorrió mi cuerpo seguido de otro al sentir como una mano helada me tomo bruscamente de el hombro. Aterrorizada me giré encontrándome con un hombre, el cual me causó a un más temor de el que ya tenía.