Enamórandote [Raura] #2

Capítulo Diez

—Estoy dispuesto a hacer lo que sea por estar contigo toda la eternidad, me da igual que tengas una hermana, tú eres mía, y yo puedo ser tuyo siempre, te amo con locura, no sabes cuánto deseé que tu carita volviera a mi mente, a mi visión... —tomé su mentón con mi mano izquierda.

—Ross, te...te quiero... —ella se aferró a mí con todas sus fuerzas. La agarré de sus caderas y no dejé que se alejara, eso era lo último que quisiera que hiciera. —llévame a casa...

—Lo haré si tú así lo quieres... —le susurro en el oído y me quedo ahí escuchando su respiración más alterada que la mía. Ella esconde su rostro en mi cuello para que no pueda verla, ni una lágrima, ningunos ojos, no puedo verla, me siento frustrado el haberla tenido tan poco tiempo y el ahora tenerla aquí y no poder besarla a cada momento que se me ocurra.

—Vámonos... —me pidió y no tenía para qué seguir hablando, sabía que quería irse de aquí tanto como yo. Me levanté con ella en mis brazos, la dejé en el suelo un momento, tomé su pequeño bolso, le puse mi chaqueta y entonces me la llevé tomándola en brazos. Ella puso su mano derecha en mi pecho para ver mi pulso.

La saqué de la habitación mientras que ella llevaba su pequeño bolso encima, pasé por el pasillo, bajamos las escaleras y chicos se quedaron mirando, pero no me importó ni una mierda, sólo seguir caminando y llevármela a casa. Rydel y Bella estaban casi al final y nos quedaron mirando. El chico que estuvo hace poco con Laura me quedó observando, pero no hizo nada para detenerme, y tampoco dejaría que nadie me detuviera.

Llegamos hasta la acera, tomé mi teléfono dejando a Laura delicadamente en el suelo, pero sin despegarla de mí, y marqué a Erick, él me contestó enseguida.

—¿Erick?, ya voy en camino, la fiesta apesta, sólo quiero irme, ¿podrías volver?

— Señor, estoy a un par de calles...

—No me importa, quiero que vengas, es completamente importante... —le contesté y corté.

Miré a un lado y a otro, Laura seguía pegada a mí y su rostro en mi pecho me parecía muy cómodo y algo tierno. Erick tardó en llegar unos minutos, en cuanto nos vió a ambos se le quedó mirando a Laura, le pregunté por qué he de mirarla así, pero él se quedó callado, se metió al auto otra vez y yo hice lo mismo, esta vez acomodando a Laura encima de mi cuerpo.

Su rostro de nuevo se quedó oculto en mi cuello y no pude ni ver sus ojos, quería llegar a casa, pero no sabría qué haría en cuanto lo hiciese, así que me puse a planearlo todo.

***
Al llegar al apartamento, la volví a cargar, la verdad es que Laura pesaba demasiado poco como para una chica de su edad y eso me estaba volviendo frenético, tan sólo tiene 17 años...llegamos a la puerta de su habitación, pensé un momento, pero al final lo hice, como había planeado en el auto.

La metí a la cama con sumo cuidado .Luego la tapé y dejé el espacio para mí, necesitaba estrujarla contra mí de nuevo y lo que más quería en ese momento era dosis de besos Laura, pero sabía que no lo conseguiría estando Laura tan cansada, necesita descansar y yo necesito estar junto a ella.

Arreglé nuestra almohada y la pegué a mi despacio, mi mano se quedó en su estómago y comencé a mover mi mano, no podía dejar de decirme "Está aquí", no podía creerlo, y pareciera que todo pasó demasiado rápido, seguí tocando su cuerpo, su cintura, pero sin sobrepasarme, sólo quería saber si ella en serio estaba ahí, que ella era real y no un sueño, que esto no sería una más de mis pesadillas en la que Laura se levantaba de la cama, se subía a un taxi y me dejaba, no puedo más con ello.

Me levanté un poco y me incliné hasta su rostro, deposité un beso en su sien y en su mejilla y dejé un cabello rebelde detrás de su oreja, me tenía la espalda, pero me gustaba sentir su calor, me gustaba sentirla, eso. Mi chaqueta que ella había tenido en sus hombros antes ahora estaba a los pies de la cama, ella estaba completamente calentita.