Me sorprendo al ver entrar no solo a Wes con Sebastián, sino a Erick quien es el padre Ethan y a el resto de la familia Lee, incluso Alina que se supone está de viaje.
—¿Corazón? —pregunto, pero es más un llamado a Ethan quien levanta la vista justo donde vienen entrando todos.
Es imposible no notarlos, son seis personas entrando en grupo al hospital. Son algo ruidosos, una enfermera pasa a su lado mandandolos a callar.
Una sonrisa triste se dibuja en los labios de Ethan, su mano hace presión con la mía, transmitiendo calidez.
Puedo sentir el apoyo desde aquí, mi familia es de esas que dejan de lado las diferencias para unirse. Quizás no saben que pasó entre nosotros pero me dan mi tiempo aún cuando sea demasiado y aceptan mis decisiones dejando que me equivoque pero saben separarlo de cuando realmente necesitas a alguien.
—No sabía... que vendrían —me dice, sus ojos aún se mantienen rojos y cansados.
Llevamos una hora aquí, entiendo que se niega siquiera a cerrar los ojos. Teme que al despertar todo cambie.
—Ni yo... ¿quieres que les pida irse? — agrego, niega levemente. —Estoy segura de que si así lo quieres lo entenderán.
—No, está bien.
Wes sonríe señalando a todo el grupo de personas y toma asiento al lado de su amigo, dandole un par de palmadas.
—Giselle me mandó por su hermano pero ya sabes como son los Lee —menciona encogiéndose de hombros —, cuando tienes a uno de tu lado siempre tendrás a todos contigo.
Tras decir eso y causar una sonrisa en Ethan, le avienta una bolsa que él atrapa con agilidad.
Ese par nunca fueron los que iban a los deportes más famosos, más bien se divertían jugando lanzándose cosas.
Era una época donde ninguno se preocupaba demasiado por la vida.
Papá me da una mirada y se aleja, doy un vistazo antes de seguir. Doblamos la esquina y es entonces, cuando se detiene.
—¿Cómo está Lana?
Ethan me había preguntado eso hace unos minutos atrás, no había sido capaz de decirle tal cual por lo que le mentí pero ahora, sé que ni Ethan ni mi papá me creen o creerán cuando diga que está bien.
—No se estaba cuidando, digo... Ethan sabía que tenía que cuidarse pero no sabíamos a qué grado —respondo dando ocasionales pausas y sin verlo a los ojos. —Ese día que fue a la casa, creo que no se los dije... llevaba una carta.
》Bueno, dos, no lo sé, el caso es que era lo de sus tías... y una carta de su doctor, diciendo que tenía que ir para llevar un seguimiento. Jamás pensé que llegaría a este grado, ¿cuándo fue la última vez? ¿Tres o cuatro años?
Papá niega y se mantiene en silencio,lo dejo estar hasta que me detengo porque me estoy dando cuenta de algo... recuerdo perfectamente que esta es la segunda ocasión.
—Cariño...
—Papá, dime que tu no...
Aprieta sus labios, trata de tomar mis manos pero doy un paso atrás.
—Tu estabas lejos.
—Hubiera vuelto de ser así —le reprocho, reprimo mis ganas de irme porque antes quiero saber. —¿Cuándo?
—Durante tu estadía en Geneevie.
El aire se escapa de mis pulmones, así es como lo siento cuando me lo termina de confirmar.
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El modelo perfecto del amor.
Roman pour AdolescentsEthan y Giselle tienen un pasado público y una vida hecha por separado. Giselle sigue con su ajetreada vida sin lugar para alguien más y Ethan aparece en las portadas de cada revista con una chica nueva, ya nada los une. Y sin embargo sus caminos t...