Capitulo XII

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Capitulo XII

Por la mañana al abrir mis ojos, la cara de una chica pelirroja esta postrada justo encima de mí mirándome fijamente si detenerse un segundo, es Angie y hay algo de picardía en su mirada, me mira mientras me hace unas señas. Entiendo a qué se refiere pero no tardo mucho en reprocharle que no ha pasado nada, solamente lo abrace la noche anterior eso es todo y quizá me dormí sin darme cuenta como, pero nada más. Angie suelta una risa burlista y suelta una frase:

-Si claro, lo que tú digas – despega su mirada de mí y se levanta.

Me doy una vuelta para levantarme y noto que Carl ya está despierto; de hecho ya no está a mi lado, lo busco con mis ojos por los alrededores pero no lo veo, el viejo Ray parece notar lo que trato de encontrar y me dice:

-Está justo por allá, dijo que tenía algunas necesidades, ya sabes; el llamado de la naturaleza – no logro sostener la mirada ni un segundo y rápidamente me volteo hacia otro lado, por alguna razón sentí algo de pena. Solamente era mucha información, hay cosas que no hace falta saber.

Cuando regresa Carl levantamos nuestras cosas y devolvemos lo que habíamos utilizado de la mochila del viejo Ray a su sitio, una vez corroboramos que todo está listo y no hace falta nada continuamos nuestro camino. Durante el camino Carl bromea y nos cuenta algunas de sus graciosas experiencias en su anterior vida, como se sentía popular en su escuela y se ríe cuando digo que me gustaba mucho la clase de Filosofía, no me hace gracia y le dirijo una mirada que lo hace entender, en un momento se disculpa y me dice que no quiso ofenderme, solamente recordó que durante esa clase era su hora de la siesta luego del almuerzo. No hago lio y continuamos hablando durante el camino, los minutos y las horas pasan y cuando nos percatamos de ello ya estamos por llegar. El viejo Ray nos indica que hasta aquí llegaron las bromas, debemos guardar silencio y solo hablar si es necesario:

-Estoy seguro de que aquí, hasta una simple y sencilla rama nos delataría – nos indica mientras se seca el sudor de la frente con un pañuelo viejo y un poco rasgado por el tiempo.

-Muy bien, estamos listos, creo que hablo por todos – dice Carl mientras nos dirige una mirada a Angie y a mi rápidamente.

Luego de un momento de estar seguros de todo comenzamos a adentrarnos entre la maleza, por un instante dudo que verdaderamente haya algún edificio o alguna construcción entre tantos árboles y maleza, sin embargo el viejo Ray percibe mi inseguridad y me dice que no me preocupe, que este atenta con mis ojos bien abiertos y mis oídos alerta ante  cualquier eventual movimiento o sonido extraño. El viejo Ray pone su mano como barrera mientras nos indica que nos detengamos, todos paramos de caminar y guardamos silencio. Ray nos hace algunas señas dándonos a entender que hay personas adelante y que ya hemos llegado al edificio, las ganas de ver me abordan pero me contengo pues no quiero estropear nada y echarlo todo a perder por mera curiosidad. El viejo Ray nos señala con la mano diciéndonos que nos acerquemos hasta él y cuidadosamente lo hacemos, Angie se arrastra un poco agazapada y Carl simplemente camina de cuclillas al igual que yo. El viejo Ray voltea su cabeza una vez más hacia nosotros mientras nos dice:

-Lo mejor será que rodeemos esta zona, no quiero meterme en ningún lio, no ahora.

Hacemos lo que dice y comenzamos a caminar agachados y despacio rodeando el lugar, llegados a cierto punto Ray se detiene para decirnos nuevamente algo más:

-Pronto tendremos una oportunidad de entrar, en la parte trasera del edificio hay una salida que usaremos para entrar, he espiado durante muchas ocasiones y fue el lugar por el que vi menos personas salir o entrar.

-¿“Menos personas”? – Replica Carl – es decir, que corremos el mismo riesgo de que nos vean.

-No el mismo, hay una probabilidad menor, es lo que digo.

Gritos en la Oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora