—¡Sí, sí y sí! —chillé fuertemente lanzándome a los brazos de ahora, mi novio.
—¡Soy el hombre más afortunado de todo el puto mundo! —chilló igual de manera aferrándo su agarre en mi cintura.
—Te quiero mucho. —susurré contra su cuello.
—Yo... también, cariño. —susurró igualmente. Nos mantuvimos unos segundos así, creo que fueron minutos, no lo sé. Hasta que decidimos separarnos del abrazo.
Otra personas se hubieran besado, o algo por el estilo, pero nosotros no. Sólo nos abrazamos.
—Ahora, vamos a comer. —me guiñó un ojo. —Ven, sígueme. —tomó mi mano y llevó detrás de unos enormes árboles de aquel lugar.
—¿A comer, Max? —pregunté alzando las cejas, tratándo de ocultar mi sonrisa.
—Sí, nena. Traje unos sándwish muy deliciosos. Cómo a ti te gustan.
—¿Cómo sabes cuales son los que me gustan? —pregunté tomándo asiento una gran manta que había encima del césped.
—Creo que tuve un poco de la ayuda de tu madre y...
—¿Y quién, Max?
—Uh, de tu... padre. —respondió.
—¿Mi papá te ha ayudado a preparar esto? —pregunté sorprendida. —¿Es encerio, Max? ¿Estás seguro de que era mi padre?
—Estoy seguro, de que estoy seguro. —me sonrió robándome un pequeño beso.
—¡Max...! —chillé golpeando su hombro. —Quería dejar lo mejor para el final.
—Lo siento, pero no pude contenerme. —se enogió de hombros y me pasába un sándwish. —Toma, cómelo.
Scott Horan.
—¿Cómo has estado, Fiorella? —le preguntó mi madre mientras tomaba un sorbo de su vaso lleno de leche.
—Muy bien. —le contestó mi novia con una sonrisa en su rostro. Era tan hermosa...
—¡Me alegro tanto! —chilló mi padre entrándo a la sala de estar, ya que se encontraba en el baño, haciéndo quien sabe qué.
—Yo también... me alegro de que esté bien. —soltó una risa y comía de su panecillo. Mi padre recorrió al rededor de la mesa y se sentó al lado de mi madre.
—¿Dónde está Max? —pregunté haciéndo una mueca.
Me encantaba estar con mi gemelo.
—En estos momentos, debe estar proponiéndole a Delilah que sea su novia. —mi madre se encongió de hombros. —Espero que le haya dicho que sí.
—Es obvio que le dirá que si. —mi padre rodó los ojos. —Ella está tan loco por él, como él por ella.
—¿Recuerdas cuando me pediste que fuera tu novia? —rió Fiorella. —Te pusiste nervioso y te salió todo mal. Pero aún así me encantó.
—Sí. —gruñí. —Pero lo más importante es que hayas dicho que si.
—¿Me podrían...?
—Absolutamente, no. —interrumpí a mi padre.
—¿Cómo se conocieron ustedes? —les preguntó Fiorella mirándo a ambos.
—Uh... fue hace tanto que ni me acuerdo bien. —mi papá hizo una mueca.
—Si serás idiota, Horan. —mi madre lo fulminó con la mirada. —¿No recuerdas que yo llegué a casa de ustedes para visitar a _____?
—Oh, si ya recuerdo. —dijo. —¿Podrías contar tu toda la historia, por favor? —rió nervioso.
—Por supuesto. —mi madre rodó los ojos. —Supongo que ya saben la parte en la que llegué a la casa de donde vivía One Direction y ____, ¿no?
Ambos asentimos con una sonrisa. Mi madre un día nos había contado esa parte de la historia.
—Ya, un día fuimos a dar una vuelta con Harry y ____, decidímos jugar verdad o reto, y perdí o Niall, no recuerdo, pero tuvimos que besarnos. —suspiró.
—¿Osea que su primer beso se lo dieron en un juego? —preguntó la castaña a mi lado.
—Exactamente. —dijo mi papá.
—Sí. —asintió mi madre. —Y así fue como poco a poco comenzamos a enamorarnos, hasta que fuimos una ves a un parque, y allí Niall me pidió que fuera su novia.
—¡Que tierno! —chillé con voz de mujer, burlándome.
—No te burles, de tus padres, al menos... él fue tierno. —se burló mi novia.
—¿Cuál es tu problema? —hice un puchero. —Era la primera ves que hacía algo formal.
—Sí, muy formal. —rió besándo mi mejilla.
No les contaré como mierda le dije que fuera mi novia, ya que se reirán. Por lo menos, aún no lo haré, si no que más adelante...
—Bien, creo que es hora de irnos a dormir, cualquier cosa, me avisas, Scott, por si necesitas... tu sabes. —mi padre me guiñó un ojo.
—¡Niall! —lo regañó mi madre, miré a mi novia y ella estaba sonrojada.
—¡Andrea! —la imitó y luego soltó una larga carcajada, contagiándonos a todos menos a mi mamá. —mejor me iré a dormir, antes de que ella me golpee. —apuntó a mi madre y luego salió de la cocina.
—¿Qué haré con tu padre? —resopló mi madre rodándo los ojos. Luego besó la cabeza de Fiorella y la mía para después irse por donde mi padre había desaparecido segundos antes.
—Estamos solos, nena. —la abrazé por los hombros. —¿qué quieres hacer?
—Lo que tu quieras hacer. —me guiñó un ojo.
—¿Estás segura? Porque no sabes lo que tengo en mente.
—Uigh, cochino. Eso no. —frunció el ceño.
—¿Quién dijo que yo estaba pensando en sexo? —alzé las cejas divertido.
Vamos, obviamente que lo estaba pensando, pero ella se merece algo mucho mejor que el sexo.
—Tu mirada lo demuestra, cariño.
—Uh... yo estaba pensando en ponérnos a ver una película. —sonreí inocentemente.
—¡Divergente! —chilló mientras se paraba de inmediato de aquella silla.
—¿Otra ves? —rodé los ojos. —No la quiero ver, ¡hace menos de una semana la vimos!
—Oye, debes reconocer que los actrices están buenos. —frunció el ceño. —Mucho más Four y Caleb. Cuyos nombres son Theo y Ansel.
—No soy homosexual. —fruncí igualmente el ceño. —Pero si debo aceptar que la actriz esta que arde.
—¡Scott! —chilló dándome un golpe en el brazo. —Entonces... ¿eso es un "sí veremos Divergente"?
—¿Sabes que Darcy también me tiene aburrido con esa película?
—Lo sé. —sonrió.
—De acuerdo, vamos a verla.
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La hermana de mi ídolo 2: Midnight Memories. CANCELADA.
RomanceTodos con una personalidad distinta. Han pasado trece años. Todos ya están adolescentes. Todos crecieron. Harry, Liam, Niall, Louis y Zayn, ya construyeron sus propias familias. Ahora sus hijos crecieron y están en la adolescencia. Están en la eta...