Capítulo 19.

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—¿Qué película quieres ver? —me preguntó Ryan mientras me abrazaba por la cintura atrayéndome más a él. 

—¡The maze runner! —chillé apuntándo a la portada de la película. Me habían contado de que esa película era realmente buenísima. Además de que Dylan O'brian esta guapísimo.

—Entonces esa será. —me sonrió. —Me han dicho de que en esa película salía Kaya Scodelario. Esa actriz está que arde. 

—Pues, Dylan está mucho más guapo. —lo fulminé con la mirada. 

—¿Te digo un secreto? —susurró contra mi oído mientras que nos llevába hacia donde se encontrába la boletería. 

Asentí presionándo ambos labios, pero con cuidado de que el brillo labial no se arruinara. 

—Tú estás mucho más buena. —mordisqueó el lóbulo de mi oreja y sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo.

—¡Ryan! —chillé haciéndo que él soltára una sonora carcajada. 

—Querémos dos boletos para ver The maze runner. —le dijo el castaño a la chica que estaba al otro lado del ventanál.  

—Disfruten la película. —me sonrió la chica. Asentí y también le regalé una sonrisa. 

...

—Malditos bichos. —susurré mientras que soltába un suspiro, llevándo unas palomitas a mi boca.

—Se llaman Penitentes, querida. —se burló Ryan. 

—De cualquier forma en cómo se llamen, son malditos. —gruñí, pero al parecer demasiado fuerte ya que una vieja me mandó a callar. —Vieja tonta. —susurré solamente para mi y Ryan.

—¿Te he dicho de que tu carácter me encanta? —preguntó enterrándo su rostro en mi cuello. Amaba cuando hacía eso. 

—No, no me lo has dicho... mierda, Thomas, corre. —abrí mis ojos y le di un golpe a Ryan para que se apartara de mi cuello. Adoraba eso, pero ahora estaba centrada en la película.

—¿Qué sucedió? —preguntó fijándo su mirada en la película. 

—Oh, vamos —gruñó la misma vieja—, ¿pueden cerrar sus malditas bocas? 

—De acuerdo. —rodé los ojos alzándo mis manos en forma de inocencia. 

—Pero que vieja más pesada. —susurró Ryan. Reí muy bajito, pero esta ves me quedé completamente callada. 

—Pero que mujer más linda. —susurró cuando apareció Kaya Scodelario. 

—Ryan, sé que es linda. —bufé hablando bajo para que nadie más nos mandara a callar, debido a que otras dos personas más nos habían dicho que cerráramos la boca. —Pero por favor, para de recordármelo. 

—¿Y cómo tú hablas todo el momento de Dylan? —alzó una ceja mientras pasába su brazo izquierdo por encima de mis hombros y entrelazaba sus dedos con los míos. 

—Porque... ah, cállate, ¿sí? —reí. 

—De acuerdo. —alzó ambas manos en forma de rendimiento. 

Cuando salímos de la película, froté mis brazos debido a que el frío invadió mi cuerpo. Más encima, tendríamos que ir en la motocicleta de Ryan, donde el golpearía mi rostro. 

—¿Tienes frío, nena? —preguntó posándose detrás de mi y rodeando mi cintura con sus maravillosos brazos. 

—Sólo... un poco. —hice una mueca. 

—¿Qué tal si vamos a comer algún lado? —preguntó mientras se sacába su chaqueta de cuero negra. —Toma, póntela. 

—Pero te dará frío a ti, Ryan. —hice una mueca. —Y respecto a tu pregunta anterior, me encantaría ir. 

—Te puedo asegurar de que menos tengo es frío. —me guiñó un ojo coquetamente. Rodé los ojos y me puse su chaqueta, al instante su perfume entró por mis fosas nasales. Sinceramente delicioso. —Vamos. 

Tiró de mi mano y me llevó hacia donde se encontraba su motocicleta. Este chico me sorprende. Realmente me sorprende. Tiene una motocicleta y aparte, tiene un Rover Ranger. 

No sé de donde mierda sacába tanto dinero, puesto que sólo le hacía trabajos a Zayn cuando él se lo pedía —que tampoco eran cosas grandes, si no, que ir en busca de cosas a talleres o esas cosas por el estilo—. Pero sus padres (Perrie y Zayn) tenían una muy buena cituación económica, debido a que habían sido parte de los grupos más famosos del momento.  

Y yo tampoco puedo hablar de eso. Ya que mi padre era el gran Harry Styles, cantante y compositor de One Direction, al igual que Zayn, Louis, Liam y Niall. Y también porque mi madre era hermana de Louis Tomlinson. 

Y de todo esto, de nada me podía quejar. Porque mi vida estaba completamente de color de rosa. Hasta el momento. Si es que en el futuro no sucedía nada malo. 

—¿En qué piensas? —preguntó mientras que ponía el casco negro en mi cabeza. 

—En... nada y todo a la ves. —me encogí de hombros mientras subía a la parte trasera de la motocicleta negra de Ryan. Al parecer, para este chico, todas las cosas debían ser negras. Pero en él se veía tan bien. 

—Tu respuesta me deja más confundido aún. —bufó mientras se subía adelante de mi. Pasé mis brazos por su cintura apretándolo bien. Realmente me daba miedo subirme a esta cosa. Pero nunca lo había demostrado.

—No debes porqué. —me incliné un poco hacia adelante y besé la mandíbula del chico, al cual se le formó rápidamente una sonrisa. 

—¿Te cuento algo? —preguntó encendiéndo la motocicleta.

—Lo que tu quieras. —sonreí recostándo mi cabeza en su espalda. Este chico me encantaba. Jamás pensé que sería así de tierno. 

—Nunca pensé que estuviéramos de esta forma, debido a que tu antes me odiabas. —dijo mientras salíamos del estacionamiento. 

—Yo jamás te odié. —fruncí el ceño apartándo mi cabeza de su espalda. —Solamente no me... gustaba como eras. Ósea, sí, pero no, ¿me entiendes? 

—No. —negó con la cabeza. —No entiendo para nada a lo que te refieres. 

—No me gustaba como eras porque... —hice una mueca con tan solo recordarlo. —Cada semana estabas con una chica diferente, y eso era lo que no me gustaba de ti. 

—Lo hacía para olvidarme de ti. 

—Pero esa no fue exactamente la mejor solución para hacerlo. Sinceramente en esos tiempos pensaba que eras un completo idiota. 

—Te recuerdo que siempre me lo decías. —soltó una carcajada. —De alguna u otra manera hacías que lo recordara. 

—Sí... tienes razón. —también reí. 

—Pero no es momento de hablar sobre el pasado. —dijo, mientras que dirigía su motocicleta hacia la derecha. Teníamos suerte ya que ningún semáforo rojo nos había detenido. 

La hermana de mi ídolo 2: Midnight Memories. CANCELADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora