Capitulo 1 Regalos inesperados

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-¡Auch!-me quejé-En serio, Caroline ¿Por qué me pellizcas tanto?

-No seas exagerada es la primera vez que te pellizco,-me dijo acariciando mi cabello-deja de moverte, iras al Monte Olimpo y no quiero que tengas cejas de asotador.-se burló

Suspiré, era imposible discutir con Caroline cuando se metía en todos esos rollos de belleza, que al ser hija de Afrodita se le daba bien.

Estábamos recostadas en el pasto de Central Park mientras Alex iba por algo de comer. Esta noche tenía audiencia con los dioses, iba a entregar el rayo maestro de Zeus (el cual, por cierto, me acusaron de robar, cuando no estuve ni cerca de ser yo). Ares, mi tío/primo/dios menos favorito, me hizo el fastidioso honor de ir a una misión con otros semidioses que el oraculo eligió (por mi estaba bien, amaba a estos chicos). A media noche era el solsticio de verano por lo que aun tenía tiempo para descansar, y según Caroline ponerme más guapa.

-¿Quieres ir de compras después de comer?-me ofreció Caroline a lo que asentí, era el primer día hermoso y soleado desde invierno, por lo que supuse que Zeus ya estaba enterado de todo.

-Bien, chicas ya llegue-dijo Alex sentándose y haciendo una mueca al ver a Caroline haciéndome la ceja-¿No te duele, Nina?

-Nop,-admití-en realidad es relajante. Después de comer, iremos de compras quieras o no.-añadí al ver que iba a protestar

-Si,-apoyo Caroline-mayoría gana.

Después de comer unas hamburguesas deliciosas, fuimos al centro comercial más cercano y mientras Alex y yo nos consolábamos el uno al otro mientras Caroline decía las nuevas modas. Mientras Caroline entraba a una tienda de ropa y Alex a una tienda deportes, yo entre a una librería.

Les contaré una cosa, normalmente cuando entro a una librería me tardo horas,  muchas horas viendo cada libro que se encuentra ahí, pero esta vez sólo tuve el placer de estar unos minutos y comprar un par de libros para Hermione y para mí cuando vi a Alex luchando contra unas mujeres serpiente que reconocí como dracaeneas, salí corriendo de la hermosa librería a ayudar a mi amigo, saqué mi labial y se convirtió en un tridente de bronce celestial (ahora se que era bronce celestial y no plata u oro) con toques que parecían del mismísimo mar, lo conseguí como arma para quidditch prohibido en Hogwarts (un colegio para magos y brujas.) Cuando llegué a él, un perro del infierno se acercaba peligrosamente a Alex y a todo el público que se había formado, corrí en su dirección con Caroline a mis pies y juntas hicimos polvo al perro y lo mandamos al Tártaro.

-Es hora de irnos.-dijo Alex  a lo que las dos asentimos, la policía no tardaría en llegar.

Salimos del centro comercial y nos dirigimos al Empire State. Donde Caroline y  Alex se fueron al  Campamento Mestizo y yo entré al gigante edificio frente a mi.

-A la planta 600-le dije al portero

El suspiró.

-Niña, no existe tal planta, vuelve con tus padres.

-Uff, si los ves por ahí me avisas-dije mientras le daba algunos dracmas y el abría el ascensor.

Entré y le di a la planta 600 mientras escuchaba una canción muy anticuada que me causaba migraña.

Cuando por fin llegué al Monte Olimpo, caminé por la vereda y pensé 《Hermano, si muera calsificada》 dije recordando lo que el señor D me dijo y haciendo una mueca 《dile a Fred que siento haberle robado y comido sus donas》a lo que el respondio 《5 minutos más...》Camine hasta el Olimpo esperando salir viva de esta.

Cuando entré al Olimpo, inmediatamente me arrodillé frente a mi padre.

-Padre.-dije asintiendo respetuosamente a él y miré Zeus-Señor, creo que tengo algo que le pertenece-saqué el rayo de mi mochila y se lo lancé.

Los Mellizos Potter: Misterios y Secretos (Segunda Temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora