Decidí ir a Italia en un vuelo comercial. Les dije a mis padres que me encontraría con Chisca y estaríamos una semana en la costa Amalfitana, mi padre se encargó de comprar el ticket de primera clase para mí.
Al llegar al aeropuerto, fui directamente a un stand de Alitalia.
-Buenos días. Desearía cambiar el destino de mis ticketes, por favor. -Sonreí.
-Pero señorita, su vuelo sale en una hora. -La señorita me miró con los ojos como platos.
-Y a la misma hora sale uno con destino a Palermo no?. Quiero ese.La pobre tragó saliva y suspiró, luego tomó el teléfono y solicitó el cambio de destino.
Luego de unos minutos tenía mis nuevos ticketes.
-Bien, los ticketes desde Tenerife hacia Amalfi fueron cambiados hacia Sicilia. Buen viaje. -Ella me dedicó una sonrisa que demostraba su eficiencia. Yo le agradecí y salí de allí.
En los altavoces del aeropuerto anunciaban que debíamos abordar.
Entregue mi equipaje y me dispuse a abordar.
Luego de unas horas, aterricé en el aeropuerto de Palermo.-¿Me quieres explicar como demonios terminaste aquí en Palermo?. -Chisca tomó mi brazo apenas cruzamos la salida de aduana, era mediodía y hacía un infierno afuera.
-Fue el primer vuelo que encontré. -Me encogí de hombros.Ella negó con la cabeza y nos subimos a las camionetas de los Torricelli.
-Mis padres no tienen ni la más remota idea de que estás aquí. -Dijo alarmada.
La miré incrédula, puse los ojos en blanco y suspiré pesadamente.
Resignada a mi destino, terminamos en un complejo de hangares donde nos esperaba un helicóptero que nos llevaría hasta Taormina.
El helicóptero aterrizó directamente en la Residencia, a sus pies, me esperaba Alessandro, quién me abrió la puerta y tomó mi mano para que baje.
Me estampó un beso y me recostó tomándome en sus brazos cual teatro, Chisca aplaudió y saltó como niña pequeña.
-Ciao bella... -Susurró sobre mis labios.
Sentía que volvía al paraíso, mi propio paraíso personal... Sus brazos.
-Paquete entregado. -Chisca sonrió.
-Gracias Chis. -Alessandro besó a su prima.Puso mi mano al rededor del pliegue de su codo y me llevó por los jardines inmensos en un mediodía soleado.
Chisca tomó el carrito de golf que supuse utilizaban para trasladarse aquí dentro, antes de irse nos dijo que iba a Taormina a comprar unas cosas
-La vamos a pasar muy bien, vas a ver. -Alessandro acariciaba mi mano.
-Si, no lo dudo... Aunque me preocupan mis padres, y la Tía Olga. -Le dije consternada.
-Por Olga no te preocupes, ella si lo sabe. -Soltó.Yo me paré en seco.
-¿Y?
-¿Y que?
-¿Qué dijo? -Lo apuré agitando las manos.
-No te preocupes por ella, no te delatará si eso es lo que piensas.Yo suspiré y volví a tomar su brazo y caminamos, a lo lejos se veía el castillo.
Llegamos y la mucama nos sirvió un brunch en una de las mesas junto a la piscina.
-Hola tonta. -Saludé a la perrita de Chisca que vino hacia mí ni bien me vió.
-¡Pero miren quién está aqui! ¿Este es el fin del mundo?. -Luca vino y me abrazó dándome una vuelta por el aire.
-También me alegro de verte. -Reí.
-Oh, ya estoy haciendo mil planes mentalmente. -Sonrió.
-Eh, Luca, ella está conmigo. Los planes los hago yo. -Alessandro se cruzó de brazos.
-Ya cállate Torricelli. -Dijo pegándole en el hombro suavemente.
-Tu deja de meter a mi novia en tus planes Torricelli. -Retrucó.
-Jet Ski, fiesta en el yate y muucha champaña, mañana en la noche. -Luca me apuntó con su dedo índice mientras caminaba en reversa hacia una Ducati 848 negra que lo esperaba.
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Tenías que ser tú.
RomanceALERTA SPOILER: SI NO HAN LEÍDO LOS LIBROS, ABSTENERSE DE LEER LA HISTORIA. ¿Qué pasaría si la vida vuelve a juntar a Laura y Massimo?. No por decisión propia... Sino la de sus hijos. Un amor prohibido, por ambas familias. Él, hijo del jefe más po...