Sonia dudo una vez más, no sabía que tan sincero era él, decía que solo había sido una noche y que no había nada entre ellos, pero... ¿Y todas esas imágenes que le eran enviadas continuamente a su celular contando otra historia? Sin embargo ¿Que de ella, quizás el tampoco le creyera que lo de ella con Cesar también solo había sido una noche y que ella en su sano juicio jamás lo hubiera hecho y aún quedaba la duda de que tan culpable era, ¿quién la había obligado a beber hasta perder la conciencia? Ella sola se había expuesto y los resultados saltaban a la vista, tampoco ella tenía perdón.
Lo que la llevaba a su pregunta de siempre, merecía él una segunda oportunidad? ¿La merecía ella?
Incapaz de soportar más no pudo contener el llanto.
El la rodeo con sus brazos, nunca había soportado verla sufrir, no concebía que alguien le provocará dolor sin embargo, ahora era él quien se lo provocaba.
Recordó como fue capaz de olvidar el rencor que sentía contra su propio padre, por haberlos abandonado a él y a su madre y haber formado otra familia y había acudido a él para pedirle un préstamo para sepultar a la madre de ella y como había sido capaz de perdonarlo tan solo porque ella se lo pidió, sin saber que su odio hacia él siempre había sido infundado y había sido su madre quien había mentido y manipulado la información.
Antes de morir le había confesado que había sido ella quien no quiso seguirlo fuera del país cuando lo trasladaron ofreciéndole mejor empleo, mejor sueldo y mejores prestaciones, que fue ella quien no aceptó su ayuda para mantenerlo a él y a ella misma y que fue ella quien siempre se lo negó cuando él nunca dejó de buscarlo. Sin embargo, no podía culparla cien por ciento, porque ella se desvivió toda la vida por él y le dio lo mejor que pudo hasta su muerte, que fue cuando empezó a tener dificultades económicas y fue cuando Su esposa le propuso aquel trato que el aceptó porque no había otra forma de salir pronto de la miseria y poder darle a ella todo lo que merecía y que el quería darle. No supo cuando fue que se perdió en el proceso y ella salió tan lastimada y menos, cuando o como fue que las cosas fueron a terminar de forma tan desastrosa para ambos.
_ Démonos otra oportunidad. - pidió él sin soltar su abrazo. Te prometo que no te fallaré, jamás te reclamaré, ni siquiera mencionaré lo que sucedió aquí.
Ella levantó su mirada llorosa, la duda se reflejaba en sus hermosos ojos.
_ Lamento no poder ofrecerte desligarme de ese bebe que viene en camino. - dijo con pesar. _ no puedo deshacer lo que hice y él es la consecuencia, pero es un ser humano y no puedo desentenderme de él, lo que sí puedo prometerte es que jamás, jamás me acercaré a su madre con otra intención que no sea nuestro hijo, ni se lo permitiré a ella, tu no tendrás que verla ni tratar con ella, ni siquiera con mi hijo si tu no lo quieres.
Ella lo miro incrédula, seguía sollozando, él le prometía mucho y la conmovía la forma en que él trataba por todos los medios de que ella lo aceptara de nuevo y no ser lastimada otra vez, como en los viejos tiempos, cuando el solo veía por ella, cuando su meta principal era que ella fuera feliz.
Correspondió a su abrazo y enterró su rostro en su pecho, sentía el palpitar de su corazón, sentía su calor, la ternura de su abrazo, la promesa de que todo había terminado y de que podían empezar de nuevo y sintió que podía. Podía darle esa oportunidad que pedía y ella podía recibir esa oportunidad que él le daba.
El levantó su rostro con delicadeza y beso sus labios, con ternura, con devoción, con amor.
El la levantó entre sus brazos y la condujo hacia la recamara, con cuidado la depósito en la cama y se recostó junto a ella. La abrazo. Ella entendió y acepto todas las promesas que ese abrazo tierno y amoroso prometían.
_ Te juro. - susurro a su oído. _ que de aquí en adelante las cosas van a cambiar. Te lo prometo. - sello sus palabras con un beso cargado de amor.
Permanecieron durante varios minutos solo abrazados, disfrutando uno del otro, hasta que el sintió como ella se rendía al cansancio, su respiración se torno acompasada y el supo que se había dormido.
No quería moverse para no despertarla, pero escucho el llamado a su puerta, le extrañó porque no había pedido servicio a la habitación, pero aún así se levantó con cuidado y se dirigió a abrir.
_ Señor Thompson trabajo en el hotel y solo quiero saber si todo esta bien. - dijo el hombre parado frente a su puerta, lo reconoció de inmediato era uno de los barman del bar del hotel, algo raro porque ese no era su trabajo, además mientras preguntaba trataba de ver hacia el interior.
_ ¿Porque no debería de estarlo? - se puso a la defensiva.
_ Me informaron que hace unos minutos participó usted en un altercado en el restaurante y subió con usted una señorita.
_ Eso es algo que a usted no le importa. - dijo con evidente molestia.
_ Me importa porque es una de nuestras huéspedes y si está en peligro la ayudaremos.
_ ¿Sabes que puedo hacer que te despidan? - lo amenazó. _por tu impertinencia.
_ Si ella está en riesgo y puedo evitarle algún daño, no me importa que me despidan. - lo encaro.
_ ¿Que tienes con ella? - lo empujó hacia el exterior del cuarto. Ambos salieron al pasillo.
_ Solo me interesa, que este bien. - dijo sin inmutarse.
Marcus lo observo y le pareció sincero, pero aún desconfiaba.
_ No tienes que temer. - dijo conciliador. Es mi esposa y ahora duerme.
El dudo, parecía no creerle.
_ ¿Dudas de mi palabra? - lo miró retador.
_ No es mi intención , pero si, dudo. - dijo con sinceridad. _ no sería la primera vez que esta en peligro, es muy bella y especial, no es como las demás y eso la hace presa fácil de gente con malas intenciones. - se justificó.
Eso llamo enormemente la atención de Marcus.
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CENIZAS
RomanceMarcus es un hombre muy atractivo, la envidia de cualquier hombre, maneja con habilidad sus empresas, goza de prestigio, tiene fortuna y las mujeres lo acosan, pero a él solo lo mueve una cosa... Sonia se siente afortunada tiene un esposo maravillo...