EPÍLOGO

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Sonia sentía como el dolor se incrementaba, a veces era insoportable, deseaba con toda su alma que Marcus estuviese a su lado, pero no estaba y no sabía porqué, estaba angustiada, sabía que nada lo detendría, había marcado desde el aeropuerto, venía llegando de un viaje de negocios, era el último porque había cancelado todas sus actividades por dos semanas para poder estar con ella, cuando tuviera a su bebé, sin embargo él parto se había, adelantado una semana y el no llegaba.

Una hora después cansada y desesperada, tenía en sus brazos a su preciosa hija, pero él seguía sin aparecer.

Había estado atenta a la puerta de entrada, pero lo único que había visto era pasar a otra mujer que en esos momentos estaba dando a luz también, lo que llamó su atención fue que era escoltada por dos policías armados.

_ Que sucede? - preguntó al escuchar gritos y ruido de cosas que caían.

Una enfermera entró.

_ Es una mujer que viene de la cárcel. - dijo. _pero esta muy agresiva, pide ver a su esposo, un tal Marcus.

_ ¿Y nosotros que culpa tenemos? - dijo un enfermero y todos rieron.

Sonia se quedó helada, no podía ser Loren, según sus cálculos a ella le faltarían unos tres meses aún.

De nuevo la misma enfermera entró.

_ Ya nació el bebé. - dijo pero no sobrevivió, esa mujer es una adicta, no se cuidó. - dijo con desprecio.

_ ¿Puedo ver al bebé? - pidió Sonia consternada.

_ No creo que sea posible señora. - dijo el médico.

_ Por favor. - suplicó quizás yo conozca a la mujer.

_ No lo creo. - dijo el medico

_ Si su nombre es Loren entonces ese bebé es hijo de mi esposo. - dijo como último recurso.

Todos se miraron atónitos, la enfermera salió y momentos después y ante la sorpresa de todos regresó, el pediatra con el bebé en sus brazos venía con ella.

Se lo entregó a Sonia, ella con cuidado lo colocó sobre su pecho junto a su pequeña.

_¿Sabes? - dijo con lágrimas en los ojos. _te amo y mi esposo también, ambos te estábamos preparando un lugar en nuestro hogar... Y en nuestros corazones. - su voz se quebró.

Todos en la sala estaban en silencio, mirando conmovidos la escena, más cuando aquél hombre llegó y escuchando las palabras de su esposa, se colocó a su lado y tomando su mano acarició el cuerpecito inerte del bebé, lágrimas rodaban por su rostro.

_Te amamos. - dijo. _y lo haremos siempre al igual que a ti pequeña acarició a su hija, luego abrazó a su esposa.

_ Lo siento. - dijo a su oído. _ de verdad lo siento, hubo un accidente y me fue imposible salir de ahí.

Ella lo miró, no había palabras, el supo que no lo culpaba y estaba, aliviada de que por fin estuviera, ahí, a su lado.

El médico se, acerco a tomar al bebé en sus brazos era hora de llevárselo.

Ella hubiera querido gritar que no, pero sabía que tenían que hacerlo.

Se lo llevaron.

Luego explicaron a los presentes que él no era el padre, pero que tenían planeado adoptarlo. Después de eso el personal lo miró con otros ojos, no concebían que tuviera a dos mujeres dando a luz al mismo tiempo, en el mismo lugar y que el fuera el padre de ambos bebes.

DOS AÑOS DESPUÉS.

Marcus respiraba agitado, el aire parecía no llegarle a los pulmones, su esposa sonriente le tendió un vaso con agua, el lo tomó con agradecimiento, luego se paró junto a ella. Ambos estaban junto a la puerta trasera del patio, observando a aquellos dos remolinos de dos años corriendo aún por el jardín, sin mostrar señales de cansancio, cuando él pedía un lugar donde dejarse caer.

_ Son hermosos. - dijo ella.

El sonrió, eran hermosos, ¿quien diría que eran de la misma edad y sobre todo que él era prematuro?

Ella era pequeña y exquisita, sin duda como su madre, en cambio el era grande y fuerte, no conocían a su padre, así que no podían saber si había salido a él.

Marcus recordó aquel día hacia dos años, cuando aquel cuerpecito inerte que el médico tomó del regazo de su esposa empezó a reaccionar, de inmediato lo sacaron de ahí y se lo llevaron, luego les informaron que el bebé estaba respondiendo, que había sido puesto en una incubadora y que todo parecía ir bien para él, no sucedió lo mismo con su madre, quien se negó siquiera a verlo, nunca preguntó por él y lo dejó a su suerte.

El bebé respondió bien, los médicos hablaban de un milagro, era imposible que un bebé en sus condiciones estuviera tan bien, en primer lugar había nacido de seis meses, su madre nunca se cuidó, bebía y aún llegó a usar drogas durante el embarazo, sin embargo él sólo había permanecido un mes en el hospital, se veía como un bebé normal, nunca nadie creería lo que en verdad pasó.

Tres meses después del parto Loren murió en prisión, nunca se recuperó y ella no se cuidó adecuadamente, así que se complico su salud.

Fue triste, pero Marcus logró registrar al bebé como suyo y de Loren, al morir ella, el se hizo cargo de él y tiempo después fue adoptado por Sonia, así que legalmente ahora a dos años de distancia, ambos eran sus padres, y no se arrepentían, era un niño tierno y adorable, desde ya, se veía lo protector que era con su hermanita, ambos se adoraban y no podían estar uno sin el otro.

Marcus miró como dejaban su juego, los miraban y corrían hacia ellos, ambos se prepararon para recibirlos.

Momentos después los cuatro corrían de nuevo por el jardín envueltos en risas.

_Te amo, los amo a todos. - dijo Marcus que yacía tirado en el césped al lado de su esposa tomados de la mano y exhaustos.

_ Yo también. - dijo ella apretando su agarre.

_ Creo que necesitamos una niñera. - dijo él. - ambos rieron. Estaban felices.

                             FIN


Una vez más llegamos al final de otra historia, espero haya sido de su agrado.

Gracias a todos aquellos que me acompañaron durante el proceso, y sobre todo a quienes votaron  y comentaron, muchísimas gracias.

Seguimos con  la de Justin y Gloria. Gracias.

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