Sonia respiró el aroma de su casa, estaba de vuelta en ella del brazo de su esposo, el viaje había sido muy cansado, aunque lleno de expectativas, las cosas prometían cambiar y de seguro lo harían porque contrario a todo pronóstico, Marcus no la había dejado y se había ido a la oficina, ni se había dedicado a hablar por teléfono como lo hacía regularmente, tratando los pendientes que tenía y tampoco encendió su computadora para trabajar, solo se dedicó a ella, asegurándose de que estuviera bien, que descansara y buscando temas de conversación en los que sabía que ella se sentía cómoda. Luego antes de caer rendida y dormirse, lo había sentido a su lado.
*****
Marcus la miró dormida, parecía un ángel, tan hermosa y delicada, estaba preocupado por ella, la había notado algo desmejorada y ese cansancio que no desaparecía, tendría que hacer que la viera un médico, pero ya habría tiempo para ello.Por lo pronto estaba feliz y se sentía afortunado de tenerla de vuelta en casa.
Estaba seguro de que, de haber podido, ese barman del hotel, el tal Sergio le hubiese impedido traérsela, le conmovió la forma en que la defendió aun a costa de su empleo, recordó cómo después de que salieran al pasillo y de que él, medio aceptara que no pretendía lastimarla o aprovecharse de ella y de que le creyera que en verdad era su esposa, ambos se habían dirigido hacia el bar, en donde él le explicaría el porqué de su comentario anterior, sin embargo cuando llegaron, el trabajo se le había multiplicado y no le fue posible atenderlo, por lo que él se marchó con la promesa de verse después para hablar, algo que ya no se dio. Pero estaba seguro de que regresaría, aunque fuera solo para hablar con él, aunque lo haría cuando las cosas estuvieran mejor para ella.
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Era la segunda semana en que estaban juntos de nuevo, Sonia se sentía feliz, las cosas verdaderamente estaban cambiando, Marcus se desvivía por ella, pasaba menos tiempo en la oficina y regresaba más temprano a casa, hablaban y convivían como en los viejos tiempos, pero ninguno tocaba el tema de Loren y Cesar, era como si eso hubiese quedado en el pasado. Hasta esa tarde.Estaba en su recamara cuando escucho que llamaban a la puerta, pensó que se trataba de Marcus, quizás había olvidado la llave, no sería la primera vez.
Cuando abrió, no tuvo tiempo de nada, la elegante mujer entró como si fuera su casa.
_ Así que estás aquí de nuevo. - dijo mirándola despectivamente.
Sonia no atinaba a decir nada.
_ ¿Será que no tienes vergüenza? - continuo hablando Loren. ¿No te das cuenta de que él no te quiere? Esta contigo por conveniencia y quizás por un poco de lastima. - dijo en tono burlón.
_ Quiero que salgas de mi casa. - reaccionó ella.
_ ¿Tu casa? - la miró con burla. _¿Estás segura? ¿Sabes cuantas veces estuve yo aquí ahora que no estuviste? ¿Lo que nos divertimos juntos y los planes que hicimos? Esta casa ya no es tuya, ahora está a nombre de nuestro bebé, es un niño y se llamara como él, si no me crees pregúntaselo, no se atreverá a negarlo.
Ella hablaba tan segura que Sonia empezó a dudar.
_ ¿No te ha contado porque se empeña en tenerte a su lado? - la miró con desdén. _claro que no, al muy idiota se le ocurrió poner su empresa a tu nombre, ¿Sabes lo que eso significa si se divorcian? El se queda sin nada.
_ Eso es mentira. - dijo casi sin fuerzas.
_ Por eso no se atreve a dejarte, el me quiere a mi, y no desea otra cosa que formar un hogar conmigo y con su hijo, así que si tienes un poco de dignidad déjalo en paz y aléjate de él. Déjalo ser feliz.
Sonia no tenía fuerzas, se estaba sintiendo mal, quería correrla, echarla de ahí, pero se contuvo, miró como sacaba de su enorme bolso una carpeta y se la extendía.
_ Mira. - dijo. _si no me crees aquí está todo, la empresa a tu nombre, todo está en orden.
Ella tomó la carpeta y revisó unos cuantos papeles al azar, era verdad su nombre aparecía en todos y cada uno de ellos, esa mujer tenía razón, no mentía en cuanto a ese tema, pero ¿en lo demás? Lo que habían vivido esas dos semanas no podía ser mentira, el no podía estar fingiendo, esa pasión, esa, entrega, ese amor, el fuego que había renacido entre ellos, no podía tratarse solo de cenizas, esa llama que había sido encendida de nuevo y que ninguna intriga podría apagar ya, al menos no en ella.
_ Si aún te queda decencia. - la miró con frialdad. _déjalo ser feliz y lárgate, vete a donde quiera que hayas estado y no regreses más. -gritó dirigiéndose hacia la salida. _él no te quiere. _salió dando un portazo.
Sonia se quedó estática, no se sentía bien, con dificultad alcanzo a llegar a la sala y se dejo caer en uno de los sillones, no supo cuánto tiempo pasó, solo supo que el había llegado, escuchó su voz alarmada, preguntando que le sucedía, ella no fue capaz de contestar, no podía, sintió como él la tomaba entre sus brazos y la subía al auto, lo siguiente que recordaba era ser ingresada al área de urgencias del hospital. Agradeció que él se negara a separarse de ella.
Cuando fue totalmente consciente, se encontraba en una cama y una enfermera tomaba algunas muestras de sangre para su análisis. El seguía a su lado tomándola de la mano.
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CENIZAS
RomanceMarcus es un hombre muy atractivo, la envidia de cualquier hombre, maneja con habilidad sus empresas, goza de prestigio, tiene fortuna y las mujeres lo acosan, pero a él solo lo mueve una cosa... Sonia se siente afortunada tiene un esposo maravillo...