Después de la guerra-«Draco Malfoy»

Él

—No me gusta mucho este lugar — Dijo Draco, mirando a todas las personas que pasaban por su lado. — el olor de las personas muggles se siente y no me gusta.

—No seas dramático, hoy es un buen día para salir y tú solo querías quedarte agrandado panza. —Dije.

—Primero mi amor, tú me querés así, con panza o sin panza, se que me vas amar,¿no?— asentí. —  no me mires así por qué me dan ganas de comerte a besos, yo no tengo problema de demostrar que te amo, pero no lo hago por qué se que no te gusta hacer eso en la calle.

—Quien diría que el duro, sin corazón y dispuesto arruinar a quien se cruze en su camino, ahora el mismo pareces un corderito, tierno, y no sabes cuánto amo tus facetas de chico malo tanto cómo el bueno.

—Esto va sonar raro, pero el amor cambia. —Dijo acercándose a mi haciendo un tipo de pucherito, sonreí y le di un pequeño beso. — ¿y eso por qué fue?

—Te lo mereces.

—Entonces te voy a dar un regalo. —agarro mi mano y empezamos a caminar.

Nunca pensé que me enamoraría de mi mejor amigo, tienen razón tú alma gemela puede estar enfrente tuyo y no darte cuenta, Draco con sus amigos era la peor persona pero si se trataba de mí o de su madre se veía la buena persona que hay muy enfondo de él.

Draco no era perfecto ni yo, nadie era perfecto pero para mis ojos Draco lo era, teníamos nuestras discusiones como cada pareja,pero no me arrepiento de conocerlo, pasamos por un local donde es un local para cosas de bebés, me imagino a Draco como papá diciendo al pequeño “Con la sangre sucia no debes juntarte ” y yo reprochando a Draco.

Seríamos una familia muy linda, tez blanca, con ojos verdes, quizás rubio o pelirrojo, como lo era mi mamá.

Me da algo de melancolía imaginar a mi mamá de abuela o a papá de abuelo, si ellos estuvieran yo no pediría nada más para ser feliz, tendríamos nuestra familia feliz y completa.

—Amor,¿estás aquí?.— dijo, y salí de mi pequeño transe.

—Si, perdón sabés que aveces me distraigo rápido.

—Lose — besó unos de mis cachetes y me mostró algo que tenía oculto. —Es un hurón de peluche, para que siempre me recuerdes. —quede mirando el pequeño peluche unos minutos — si no te gusta y piensas que esto es muy infantil es para niños...

—No, me encantó. —sonrei, abrazo a Draco  — Todo lo que venga de tí me encanta.

—Sos mi luz. —Agarro mi cachetes y me beso, lo seguí poniendo mis manos en su cabello platinado.

El beso se intensificó bajo sus manos hasta mis glúteos, mis cachetes de volvieron rojos.

Hasta que mi cabeza se golpeó con algo duró, la puerta de nuestra casa.

—Perdon, ¿estás bien? — paso sus manos en mi cabeza y empezó a besar mi cabello y mi cara — cuando estoy contigo no me doy cuenta que estamos en la calle o que hay cerca de nosotros.

Reí ante como se comportó, no me dolió el golpe.

Abrí la puerta y el entro atrás de mi cerré la puerta y agarre el cuello de su camisa y lo acerqué a mí.

—Gatita sabes que cuando yo empiezo no paro mas. —Dijo besando mi cuello empezando a sacar mi remera.

—¿Quien dijo que yo quiero que pares? — sonreí, el fue hacia mis glúteos de nuevo y colocó mis piernas en su caderas y caminamos hasta la mesa tirando todo lo que estaba ahí, lo mire enojada.

—Despues de compro el repuesto y más si querés. —me volvió a besar desesperadamente — No te das cuenta cuando te amo.

Ya se deben imaginar que pasó después.