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Compañeros

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El apellido Agreste y el Bourgeois, por orden alfabético, eran los primeros en ser nombrados en la lista de alumnos del aula.

Como primeros apellidos, les corresponde el primer día de limpieza en el salón. El trabajo era fácil, solo colocar en su lugar algunas cosas antes de que los demás alumnos hicieran su aparición y asegurarse que todo esté en orden para el día.

Claro que a la hija del alcalde de París no le agradaba para nada esta situación; contaba con que Sabrina (aunque no era su día de limpieza) llegaba a la primera hora para realizar el trabajo que debería hacer la rubia.

Pero ese día había llegando sola al lugar. Adrien ya se encontraba en su labor y al verla pasar por su lado con una mirada caída lo extraño, por lo general Chloe siempre muestra una máscara de superioridad, hoy no podría decir lo mismo.

——Buenos días, Chloe... —mencionó Adrien dándole una mirada amistosa.

—... —se adentró más al salón, dejando su bolso de último modelo su asiento asignado.

—... —deja su labor con cerca de los ventanales de la habitación.

Ese semblante en la cara de su amiga de la infancia le era conocido.

El Hotel Le Grand París se encontraba rebosante de vitalidad, no hacía mucho que había sido inaugurado y todo estaba viento en popa para la familia Bourgeois.

Los Agreste y los Bourgeois son familias cercanas, así que aveces los hijos de las dos parejas se reúnen mientras sus padres hablan.

Cuando Adrien de tan solo cinco años cruzó la habitación donde se encontraba su amiga, la encontró aferrada a un oso de felpa amarilla y no puedo evitar escuchar algunos sollozos provenientes de la niña.

—¿Chloe? ¿Qué te sucede? —se acerca apresurado, se sienta a su lado y coloca una de sus manos en el hombro Chloe.

—E..Ella se fue. —susurro entre pequeños hipos provocados por su llanto— ¡Mamá s..se fue de n..nuevo¡ —aleja su rostro del peluche esposado a sus brazos.

Eso le confirmo a Adrien porque la mamá de Chloe no se encontraba en la sala cuando había llegado con sus padres hace unos momentos atrás.

No entendia mucho del tema, solo sabía que la señora Bourgeois viajaba cada vez más y más.

—¡Regresará! —le dió ánimos sonriendo— Es un viaje... ¡Y ella siempre regresa!.

—¡No sabes nada! —lo alejó de una manera un poco brusca— Está vez la escuché decir que no volverá en mucho tiempo... —sus ojos azules se volvieron a cubrir de lágrimas.

Adrien la miró con tristeza, en ese momento no sabía que decir.

—...Tengo miedo de que no vuelva... —bajo su mirada.

—Chloe... —susurro, pero luego su rostro mostró una expresión, recordando algo que miró por la televisión— No tengas miedo, ¡Todo estará bien! —busco la pequeña mano de la niña y unió su meñique con el de él— Está es una promesa, seremos compañeros sin importar qué. Y te ayudaré en lo que pueda... —dijo con una voz firme— ¿Hecho?.

—Compañeros... —por un momento, las lágrimas de sus ojos dejaron de caer. Para luego sonreír débilmente hacían el niño frente a ella— Hecho.

Ese momento fue crucial para la amistad entre los dos rubios y al pasar de los años, ese recuerdo aún permanecía con ellos de manera tan clara como si hubiese sido un día anterior.

Frente a Adrien, Chloe no evitó contarle todo lo sucedido; él era al único que podría contarle algo así.

—Somos compañeros, Chloe. ¿Lo recuerdas? —su mirada verde se conectó con la azul de su amiga de la infancia— Todo estará bien. —sonríe.

—Lo sé... —le devolvió la sonrisa.

Aunque teniendo en mente todo lo ocurrido con Miracle Queen, Adrien cree que Chloe solo necesita un apoyo.

Quería creer que ella no realizó todo lo anterior.

Una parte de él, quería creer que Chloe aún seguía siendo esa compañera con quién jugaba de niño.

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—🎐) 648 palabras.

Día 9

¡Completado!

━━ᴘʀιɴᴄιᴘᴇ ᴇsᴍᴇʀᴀʟᴅᴀ჻ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora