- Ah... Killua... - El moreno estaba cansado, habían estado así por horas...- Gon... - El ojiazul le miro a la cara ¿Como es posible que apenas descubría de su amor pasará esto?
- DEJA DE JODER KILLUA, YA TE DIJE QUE ESTOY MOLESTO.
Para las personitas que ya imaginaban escenas... No aptas, no, Killua llevaba un buen rato tratando de que Gon le perdonará por haberlo tirado de la cama y ser la razón del estrés que este llevaba hace ya unos días.
Gon no había logrado dormir y estaba cansado pero por más que este le gritara Killua seguía insistiendo, llegando al punto de llevarle todo tipo de cosas, la cama del más bajo estaba repleta de regalos ¿De donde sacaba el peliblanco el dinero para tantas cosas? Sabrá Satanás.
- Goooon~ Vamos, yo sé que no puedes estar enojado por tanto tiempo... ¿Acaso no me amas?
- ... - El moreno volteo a ver al contrario y una pizca de resentimiento se asomo por los ojos - La verdad... NO - Grito molesto para volver a lo que estaba haciendo ¿Tareas? No... Eso ya estaba muy recalcado, estaba tratando de pasar un juego que le había traído Killua en forma de disculpa.
- Auch... - Empezó a abrazar al moreno por la espalda, que bien se sentía... El aroma de ese chico pasar por todo su cuerpo lo hacía sentirse vivo y el tacto que tenía ante este lo tenía embobado, quizás no era la primera vez que se sentía así pero si la primera vez consciente de su sentimiento.
Era cálido y relajante, le hacia preguntarse como era posible sentirse así, así de bien.
— Ah... Vale — El moreno dejó de lado el juego y se levantó, el más alto le siguió abrazado a este por la espalda, Gon empezó a organizar su cama. — Acuestate.
Killua siguió la orden del chico y se acostó en la cama, estaba impregnada del olor de Gon, le daban ganas de revolcarse en ella. — ¿Por que... — Dejó su pregunta a medias cuando el pelinegro se acostó a su lado y lo abrazo.
— Eres un gusano pero eres caliente... — El moreno subió la cara y al ver el rubor del más alto le dedicó una sonrisa calida, esa era su señal de que esta era la forma en la que aceptaria la disculpa de Killua.
— Dormiré un poco Killua — Se acurruco en el pecho del contrario y empezó con su siesta.
Killua al ver que el chico entre su pecho se había dormido empezó a dar caricias en sus cabellos haciendo rulos entre sus dedos y de vez en cuando acariciando la piel del moreno.
Para pasar el rato en el que Gon estaba dormido decidió empezar a mirar su celular, lo extendió con su mano libre para que este no molestara tanto a Gon y con su mano libre siguió dando caricias al rostro y cabello del chico.
Después de una hora escucho el sonido de la puerta, su hermano estaba llegando al cuarto.
— Killua — Le llamó en forma de saludo para después entrar y empezar a esculcar sus propias cosas buscando lo que parecían ser papeles.