Título: Miss You
Protagonistas: Gwen x Dante
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Querida Gwen ¿cómo estás? Espero que bien, donde sea que estés. Hoy tuve una cita con el psicólogo, mamá dice que es buena idea el hablar con alguien. Este psicoloco, así le digo, me recomendó escribirte una carta, una carta de despedida.
Últimamente ya no puedo dormir, cada que cierro los ojos, el recuerdo de ese día viene a mi mente, recuerdo esa mirada asustada que tenías antes de caer a ese lago. Me dijiste "Todo estará bien". Esa frase siempre retumba por mi cabeza, una y otra vez.
Encerrado en mi habitación suelo llorar, hasta me aprendí los distintos caminos que toman mis lágrimas por mis mejillas antes de caer al suelo, sintiendo los ojos hinchados y cansados, mis manos frías, como si me estuviera congelando.
Lamento si todo esto te suena muy estúpido o lo típico en de una serie de adolescentes, pero hago mi mayor esfuerzo por hacer al menos una carta decente para ti.
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- Dante, ¿me escuchas? ¿estás ahí?
- Si, perdona
- A mi también me aburre esto pero debemos terminar el ensayo, luego salimos a tomar algo ¿te parece? — me sonrió
- Quiero ir a patinar, ¿te gustaría? el lago está completamente congelado
- Suena perfecto, pero primero — señaló el libro y toda la pila de papeles de información
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Algunas veces, cuando me siento un poco más tranquilo y me pongo a caminar sin rumbo alguno, mirando las calles que antes solíamos recorrer tomados de la mano, admirando cada calle, cada casa. Llego al lugar en donde te perdí, ahora por el verano está descongelado y las aguas están relucientes y bailoteando por el viento. En las noches me siento cerca a la ventana donde el aire frío sopla, pensando en ti mientras miro el cielo lejano lleno de estrellas.
Voy rememorando todas las cosas que pasamos juntos alguna vez, como la vez que te conocí, llevabas ese bonito vestido que te hacía ver como un ángel, con esa manera de ser que le daba alegría a todas esas clases aburridas de matemáticas.
Mi familia me insiste en que es momento de dejarte ir, de seguir adelante, pero no encuentro manera alguna de hacerlo por más de que lo intente. Aún no dejo de culparme por lo que pasó, si tan solo no se me hubiera ocurrido la idea de ir a patinar, todo sería distinto.
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- Gwen, no te muevas — dije, el miedo empezaba a invadir mi cuerpo
- Tengo miedo — su voz sonaba entrecortada. El hielo comenzaba a agrietarse con cada mínimo movimiento de músculo — Dante... vete, caerás conmigo
- No te pienso dejar — con cuidado buscaba mi teléfono en mis bolsillos pero recordé que lo dejé junto a mi chaleco en la orilla
- Dante.... — respiró hondo — Todo estará bien
- No... por favor — dio un paso y luego otro, a la tercera el hielo se rompió por completo y cayó al agua helada — ¡Gwen! ¡Gwen! ¡Auxilio! Por favor...
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Gwen, han pasado dos meses o tal vez más desde que te fuiste y aún sigo extrañándote como no tienes idea.
Puedo verte, estás siempre conmigo. Riéndote conmigo y a veces de mi, de mis rulos alocados o mis tonterías de todos los días. Te escucho diciéndome "Dantechito", que me amas, que me extrañas, que no haga eso o lo otro.
Cierro los ojos y te veo frente a mi, con esa hermosa sonrisa mientras paseábamos por la feria, te veo riéndote de los niños haciendo berrinche en los parques, te veo extendiéndome la mano para invitarme a bailar en la fiestas. Y, entonces, abro los ojos y vuelvo a mi dolorosa realidad. Le sonrío a la nada y trato de relajarme, haciéndome la idea de que nunca podré estar en paz porque te necesito mucho. Así que una cosa más, si alguna vez llegas a leer esto solo quiero que sepas que siempre te recordaré y te extrañaré con todo mi corazón.
Te ama...
Dante
🕳🕳🕳
Esto es lo mejor que pude hacer amikas, espero les guste