Título: La cena
Protagonistas: Yuliana x Ben
Espero que te guste
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- Pruébate estos 9 vestidos para ver cual te queda mejor — dijo mi madre
- Mamá, vamos a recibir a adolescentes de mi edad, no a la reina de Inglaterra — rodó los ojos — Solo me pondré un vestido negro y ya
- Yuliana. Debes estar presentable, no son solo adolescentes de tu edad, son héroes y tu deber como hija del embajador de Inglaterra es estar presentable — lanzó tres vestidos más — Esos también
- No soy un objeto de exhibición
- Te los pruebas y punto — salió de mi cuarto — Te quiero lista en una hora
- Genial... — agarré otro vestido de mi armario, este era más sencillo — Sorry mamá, pero esos vestidos los odio
Volví a poner todo en mi armario y me quedé sentada esperando a que me dijeran que bajara para la cena con los chicos de la Academia Umbrella.
- Señorita Yuliana — dijo Alfred desde el otro lado de la puerta — Los invitados ya llegaron
- Ahora bajo, gracias — me arreglé un poco los pendientes que llevaba puesto y bajé al primer piso para recibir a los héroes
Mi madre al verme no disimuló ni un poco su cara de indignación por lo que llevaba puesto, yo solo le sonreí inocente.
- Señor Hargreeves, gracias por aceptar la invitación — empezó a hablar mi padre
- Gracias a usted por la invitación — dijo el señor — Mucho gusto, ellos son mis hijos — dejó ver a seis niños de mi edad
- Por favor, pasen al comedor, la cena ya está casi preparada — no pude evitar ver a todos los presentes, todos se veían muy guapos con esos trajes
- Te dije que usaras uno de los vestidos que te di a elegir — me regañó mi mamá
- Ah ¿enserio? No te escuché
- Eres un caso perdido niña
Nos dirigimos al comedor y me senté frente a The Horror, se veía muy lindo en traje elegante, siempre se los ve con esos uniformes. La cena pasó silenciosa y tranquila, ninguno de ellos hablaba, como si tuvieran prohibido decir algo.
- Mientras los adultos conversan, ¿qué les parece si los niños van a jugar? Tenemos un piso de juegos...
- Claro, estaría bien — dijo el señor Hargreeves
- Yuliana — llamó mi padre — Ve a mostrarles el lugar
Nos levantamos de la mesa y nos dirigimos al sótano, donde estaba el famoso piso de jugos.
- Bueno aquí es — dije — ¿Una partida de balón cesto? — saqué una pelota
- Me apunto — dijeron y los chicos se sacaron los sacos, las dos chicas se sentaron en otro lado a conversar, estaban en vestido y pues, no se juega en vestido. Pero había uno que no se fue a jugar, era Horror
- ¿No juegas? — le pregunté
- No, yo prefiero leer, esto de los deportes no me va muy bien
- ¿Enserio? Yo igual — me senté a su lado
- ¿Y por qué hay este piso de juegos?
- Pues mis hermanos jugaban aquí, antes de irse a la universidad, ahora paso más tiempo en la biblioteca, ¿quieres ir? — dudó un poco pero luego asintió — Genial... — tomé su mano y en silencio fuimos a la biblioteca que estaba en el tercer piso — Por cierto, me llamo Yuliana
- Ben — se presentó, abrí la puerta y entramos a mi lugar favorito de toda esta casa — Woow — admiró todos los estantes — ¿Has leído todos?
- Me falta la mitad. Elige uno
- ¿De verdad?
- Pues si, duuh — rió, se acercó a un estante a buscar algún libro
- Son demasiados, no sé qué elegir...
- Te recomiendo uno — fuimos a uno de los pasillos de atrás — Cien años de Soledad — se lo entregué
- Gra-gracias, pero no podré terminarlo en una noche
- Tranquilo, puedes llevártelo y volver para entregarlo, de paso me visitas — dije sin pensar — Digo, me refiero a... ya sabes — reí nerviosa y maldecía por dentro por mi torpeza
- Si te entiendo — me sonrió, nos sentamos en el piso y Ben iba leyendo la primera parte
La puerta se abrió y escuché pasos que se acercaban, era The Séance, al vernos sonrió pícaro.
- Aquí están — gritó y todos, literal, todos llegaron. Mi madre, mi papá, el Sr Hargreeves y los demás chicos
- ¿Qué hacen pequeños? — preguntó mi padre, no se veía molesto, tenía una sonrisa en el rostro, mi madre tenía cara de indignada pero no me sorprende, así la tiene todos los días. El señor Hargreeves estaba inexpresivo y los hermanos de Ben aguantaban la risa
- Leer...
- Es momento de irnos número Seis — habló el señor Reginald
- Si, padre...
Nos fuimos a la puerta principal para despedir a las visitas, mi madre no dejaba de mirarme con indignación.
- Gracias por venir, espero vuelvan — dijo mi padre
- Eso espero... con permiso... — cruzó la puerta
- Vendré a devolverte el libro, en unos días — me dijo Ben — Gracias — se rascó la nuca, perdí la vergüenza y le di un beso en la mejilla, noté que se sonrojó — A-adiós
- Estás en graves problemas jovencita — me señaló mi mamá una vez que los Hargreeves se fueron
- Ay Janet, déjala vivir — me defendió mi padre — Además no es un mal partido...
- No puedo creer que la apoyes — se fue a su habitación — La mandaré al convento...
- Ah bueno... — alzó los hombros — Entonces... El pequeño Hargreeves, ¿eh?
- Es lindo