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–Ya llegamos, Hyung– Me dijo cuando reconocí la canción que a penas comenzaba. Abrí mis ojos y primero lo ví a él, tenía una sonrisa dulce adornando su rostro. Luego miré por la ventana, estabamos en Chuam.

Abrí la puerta del auto y bajé sin poder asimilarlo bien, no tenía palabras para describir las emociones que me abordaban.

Chenle tomó mi mano y me guió hasta la orilla del mar.

–Jamás había estado aquí con alguien más, de hecho, no venía desde años atrás. Me alegro que esa persona seas tú– Lo miré dismuladamente y noté su leve sonrojo.

–Éste lugar es hermoso, sólo lo había visto en fotos. Me alegro de conocerlo estando a tu lado– Nuestras sonrisas se ampliaron.

Jugamos en la playa hasta que se hizo demasiado tarde y fue hora de volver.

–Realmente me siento como en un sueño, extrañaba esta tranquilidad y sonreír sólo porque sí– Porque estás aquí.

–Eso es estúpendo, Makku, pero pronto se convertirá en una pesadilla, el auto no quiere partir. Renjun me matará, sin embargo, valdrá la pena si sigues sonriendo así– Las palabras no eran necesarias, la expresión en mi rostro decía todo.

Reaccioné y revisé una vez más el motor del auto, pero todo parecía bien –Lo lamento, Hyung, arruiné la sorpresa– Un pequeño puchero triste se hizo presente.

–Tranquilo, es sólo un detalle, el día a tu lado ha sido increíblr ¿Cuándo podrá venir la grúa a buscar a Bao?–

–Llamé y no funcionará hasta mañana. Pero soy demasiado persistente para rendirme, busquemos un lugar dónde quedarnos– Su sonrisa habitual regresó.

El aire se estancó en mis pulmones cuando su atención se enfocó en mí –Se ve muy lindo el ocaso reflejado en su mirada, Hyung-nim–