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–¡Hyung, salgamos!– Era un sábado, demasiado temprano para mi gusto, cuando la llamada de Lele me despertó.

–Hola, me alegro que estés tan emocionado, aunque yo quisiera dormir un poco más–

–Bien, entonces te veré a las doce en el parque en diversiones, no me dejes plantado –Cortó y no me quedó de otra más que aceptar su inusual invitación.

Tras unos minutos de asimilar que ya no estaba en mi cama, sino en la entrada del parque, encontré al chino mirando un cartél donde mostraban todas las atracciones –Entonces, ¿a cuál quieres subir?–

–Viniste... –Susurró y sus ojos se iluminaron– Quiero ese, he escuchado que es el mejor–

–Subiré solamente si luego entramos a la casa embrujada– Sus cejas se enarcaron y aquel tierno puchero volvió a aparecer –Lo tomaré como un sí ¡Vamos!–

Tras unos minutos ya estábamos dentro de aquel terrífico lugar. El cuerpo de Chenle temblaba levemente y su mano dudaba si acercarse a la mía, la tomé con delicadeza y sonreí al sentir como escondía su rostro en mi espalda hasta que logramos salir de allí.

CσɳϝυʂҽԃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora