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______'s POV:

Casi sin ganas subí el ascensor hacia mi departamento. No podía dejar de bostezar. Tenía tanto sueño que no podía mantenerme firme de pie, mis párpados me pesaban, mi boca estaba abierta a punto de babear y veía todo borroso. Casi que no pensaba ni en Billie, sólo quería dormirme. Estuve un rato largo intentando embocarle al picaporte de mi puerta con la llave hasta que lo logré. Empujé la puerta, tiré mi bolso para un costado sin ver nada, cerré la puerta, revoleé mis llaves a quién sabe dónde y caminé como zombie hasta mi habitación. Me quité mis zapatillas sin deshacerles los nudos y las tiré para un costado. Acosté mi cuerpo sobre mi cama y me sentí como en el cielo. Pero había algo extraño en todo esto, ¿dónde estaba Dookie? Usualmente él me pegaba saltitos cuándo llegaba a casa y luego se acostaba conmigo en la cama, pero no estaba conmigo.

–¡Dookie! – Grité con la oreja pegada a la almohada –Dookie, bebé, ¡ven! – Volví a gritar, pero no había caso –¡Vamos a pasear Dookie! – Grité una vez más. ¿Dónde estaba este perro?

Me levanté de la cama con los ojos entreabiertos. Estuve unos minutos de pie mirando hacia mi pared ya que me mareaba y todo se volvía borroso por unos segundos hasta que pude recomponerme y seguir caminando al estilo zombie. Caminé descalza por el pasillo hasta llegar al comedor, imaginaba que Dookie estaría escondido en algún lado o algo por él estilo. De pronto todo mi sueño desapareció. Mis ojos se abrieron como platos y mi boca en forma de "O". No podía creer que hace minutos pasé por este lugar y no vi como estaba todo. Destrozado. Mi sillón estaba dado vuelta, mi televisión ya no estaba, la mesita ratonera estaba partida en dos como si alguien le hubiera saltado encima, mis cuadros estaban rotos con vidrios al rededor, mis paredes arañadas y había cosas de mi living que faltaban. ¿Que había pasado aquí?


Esquivando vidrios caminé a la cocina para encontrar a Dookie, no me importaba el estado de mi departamento, sólo quería a mi fiel compañero que posiblemente este asustado en algún lugar, pero ya estaba preocupándome.

–¿Dookie? – Grité –Vamos amiguito, ¿dónde estás? – Gritaba mientras caminaba revisando cada estante de la cocina y agachándome en cada lugar para encontrar a mi compañero. –¡Toma Dookie! ¡Ven aquí! – Aún no me daba por vencida, aunque apenas podía mantenerme de pie y toda esta situación me confundía, debía encontrar a mi amigo –Vamos Dookie, ¡me preocupas! – Grité y grité pero no hubo respuesta.


Ya agotada me dejé caer sentada al suelo frío para tomar aire unos segundos. El sueño acumulado que poseía, más el dolor de cabeza, me estaban venciendo. Mi pecho subía y bajaba. Levanté la vista y pude ver a lo lejos, debajo de mi mesa ratonera rota, una pata de algo que parecía ser Dookie. Me levanté con todas mis fuerzas y corrí hasta ella. Me arrodillé en la alfombra que había en el suelo y corrí los restos de maderas rotas hasta visualizar a Dookie. Él tenía sus pequeños ojitos abiertos y sus cuatro patas estiradas. Estiré mi mano para acariciarlo, pero cuando apoyé mi piel sobre su pelaje, estaba totalmente frío. Me paralicé, mi corazón se partió en un millón de pedazos. Dejé caer mi cuerpo pobre Dookie sin aplastarlo mientras me rompía en lágrimas. Por haberme ido con Billie y dejarlo, él ahora estaba muerto. Mi fiel compañero de estos años ya no estaba conmigo. ¿Quien iba a alegrar mis mañanas? ¿Quién iba a estar para mí siempre? Ahora, nadie esperaría impaciente por mí en casa, nadie movería su trasero con una carita compradora para que le de comida, nadie iba a jugar conmigo. Dookie se había ido y todo era mi culpa.


Me levanté con mis ojos hinchados mientras sollozaba para buscar mi celular que estaba cargando en mi habitación.

–911, ¿cuál es su emergencia? – Respondió un hombre del otro lado del teléfono.

–Entraron a robar a mi casa – Dije murmurando. Mi garganta no daba para más.

–¿Me puede pasar su nombre completo por favor, señorita? – Mis ojos estaban congelados viendo a mi pobre Dookie tirado en el suelo –¿Señorita?

–Si – Dije volviendo a la realidad y acomodando mi celular – _____ Leister – Mi voz estaba ronca.

–¿Puede decirme hace cuanto fue el robo aproximadamente?

–No lo sé

–¿Que se llevaron? – El hombre estaba acabando con mi paciencia. Hoy no estaba de buenas

–Algunas cosas, pero nada importante – Observaba el lugar, todo estaba destrozado. Había ocupado todo mi tiempo libre para arreglar el departamento, todo para esto.

–¿Había algún presente en la casa?

–¿Puede tan sólo venir de una vez y dejar de hacer preguntas? – Grité –Lo único que quiero es que muevan sus traseros y vengan hasta mi departamento para ver si pueden descubrir quiénes fueron los hijos de puta que mataron a mi perro. – Colgué el teléfono y lo lancé con todas mis fuerzas al suelo. Mis ojos volvieron a ponerse cristalinos. Dookie era como mi hijo, amaba a ese pequeño cachorro, él me hacía sonreír cuando pasó lo de Billie, siempre me animaba a salir a caminar con él, y yo, lo dejé un día entero sólo, no me imagino cómo habrá sufrido y peleado contra quienes entraron a mi departamento. No me importaban las cosas materiales ya que se todas formas tenía un seguro en mi casa, pero me importaba Dookie, nadie iba a devolvérmelo ni a traérmelo de vuelta.


Me frustraba toda esta situación ya que cuando las cosas finalmente me salían bien, algo pasaba y arruinaba todo. El universo me odia o algo por el estilo. Mientras lloraba sin control estiré mi mano para agarrar mi celular al que había lanzado hace unos minutos. No podía quedarme en el lugar viendo el cuerpo de Dookie tirado y menos dormir en un departamento en el cual acababan de entrar a robar.

–¡Mi amor! – Respondió Billie alegre del otro lado. Podía escuchar unas voces atrás de él que gritaban mi nombre y se burlaban de Billie –Justo iba a llamarte, acabamos de aterrizar y estoy por subir al auto para ir a mi casa – La imagen de Dookie abajo de las maderas daba vueltas y vueltas por mi cabeza –¿Tú que haces enano?

–Billie – Escupí antes de romperme en llanto.

–¿____? – Dijo preocupado –____, ¿que pasa? – Sentí de nuevo las voces molestando a Billie –Cállense par de idiotas – Gritó –____, vas a hacer que me dé un ataque, por favor, responde – Sentía su respiración agitada desde el otro lado del teléfono.

–Llegue a mi departamento y... – Sorbí mis mocos –Estaba todo destrozado y faltaban cosas – Mi pecho subía y bajaba –Entraron a robar y destruyeron todo mi comedor

–Mi amor vas a hacer que me muera del susto – Suspiró –____, voy a hacer que un decorador valla a tu casa está semana y te recomponga todo, no te preocupes linda

–No es eso Billie – Volví a romperme en llanto – Mataron a Dookie – Mi voz se quebró –Esos hijos de puta lo mataron.

I love you [Billie Joe Armstrong y tú]Where stories live. Discover now