PRÓLOGO

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Sin darte cuenta, la vida puede darte duro golpes. La amistad entre humanos es uno de los afectos más comunes y cuando se ve afectado no siempre existe vuelta atrás.

- Estoy embaraza - dijo de pronto.

- Es hora de hablar con ellos, de todas formas lo van a saber. Patricia, es imposible ocultar un embarazo – aconsejó Leonardo.

El temor pareció apoderarse de ella, pero estaba consciente de que era lo correcto. La amistad entre la familia Vélez y Pimentel sin duda alguna se vería afectada y eso era un dolor que no se curaría tan prontamente.

Patricia ahogada por el nerviosismo y el miedo a lo que pasaría, decidió tomar las fuerzas necesarias para hablar, sabía que perder el tiempo o aumentar la espera complicaría la situación.

- Esteban, que bueno que ya llegaste.

- ¿Qué pasa? Te ves preocupada cariño – analizó.

- Estoy embarazada.

Una risa confusa salió de aquel hombre que no entendía aquella frase, al ver los ojos cristalizados de su esposa supo que no era una mentira propiamente tal.

-¡YO NO PUEDO TENER HIJOS! DE QUÉ ESTÁS HABLANDO.

- Cálmate...y-yo, lo siento Esteban.

- ¿Lo sientes? ¿Por qué lo hiciste? – preguntó en llanto.

- Porque me enamoré.

El llanto de ambos pareció explotar, aquel juramento ante Dios poco a poco parecía ser solamente un vago recuerdo.

-¿Quién es ese maldito? ¡DIMELO! – gritó tomando su brazo.

- ¡Suéltame!

- HABLA.

- Leonardo – mencionó débil.

Su sorpresa fue tanta que sintió que el mundo se le vino abajo, el vínculo entre él y su mejor amigo era algo que Esteban valoraba mucho.

Salió sin más hablar en dirección a la casa de Leonado, al llegar y notar que la situación entre él y Yenny era similar a la reciente con su esposa supuso que ya todo estaba planeado.

Un golpe en la cara de su mejor amigo se hizo sentir, era tanta la rabia que tenía que no era capaz de medir la fuerza de sus golpes.

-Esteban basta – pidió Yenny llorando.

- ERAS MI HERMANO – reclamó.

- Perdóname.

- ¿Qué te perdone?

- Me enamoré, te juro que no fue con intención.

- NO JURES – gritó en acompañamiento de un golpe.

- QUE TE FALTÓ ¿EH? – reclamó Yenny.

- Mírame imbécil. Esto no te lo perdonaré nunca y olvídate de ella porque no la volverás a ver.

- Está embarazada, es mi hijo y no te los puedes llevar.

- Eso...lo veremos.

Por más que Leonardo intentó detenerlo no fuecapaz de conseguirlo, la traición a su mejor amigo quizás fue el peor error que pudo cometer.

La magia del amor ~ Chriserick~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora