El gran Final... la Última Batalla

503 46 9
                                    




EL GRAN FINAL, LA ÚLTIMA BATALLA.
Sakura caminaba tranquilamente por las calles de la sociedad de almas, la chica observaba como los shinigamis corrían de un lado a otro, toda una movilización entera, estaban preparándose para mañana o posiblemente hoy en la noche, así que tenían que despejar el área lo más rápido posible sin contar que muchos shinigamis tenían que quedarse en los refugios para proteger a los civiles, por esa razón la movilización comenzó desde que apareció el Sol.
Podía apreciar el esfuerzo que hacían todos los presentes, los capitanes y tenientes hasta el mismísimo Kyoraku estaba ayudando a evacuar los civiles, eso era sorprendente, muy a su pesar, podía ver la valentía, responsabilidad, nobleza, y alma de los shinigamis.
No le gustaba admitirlo pero sin duda los había juzgado mal ¿Cómo podría decir ahora lo mucho que los aborrecía? ¿Cómo podría decir que son unos seres egoístas que solo se ven a sí mismos? ¿Cómo podría volver a juzgarlos cuando ella misma está viendo lo que hacen para proteger hasta la última persona?
Sin duda alguna ya no podía con que criticarlos, ya no podía culparlos por su desgracia, ya no tenía sobre quién recargar culpas, lo ocurrido fue solo un grandísimo error, un error que costo tres vidas en el pasado y que ahora quien sabe cuántas vaya a costa.
Ya ni siquiera podía odiar a Byakuya, ese odio ese sentimiento tan temible que tenía hacia él ya no podía estar ahí, ¿Cómo odiar a alguien que tuvo una miserable vida? ¿Cómo odiar a alguien que simplemente siguió el último deseo de la persona a la que amaba?
Y entonces fue cuando entro en otro dilema.
Sus padres ya tenían prácticamente planeado hasta su funeral, ellos sabían todo, y en vez de pararlo, de arrancar la raíz antes de que comenzara a crecer decidieron seguir regándola y como consecuencia ahora un imponente árbol estaba firmemente plantado próximo a caer ¿Pero a cuantos afectaría su caída?
Fue entonces cuando se puso a pensar en lo egoístas que fueron Kakashi y Hana, se llevaron a un niño de catorce años entre las patas, arrastraron a la muerte a su propio hijo y a la soledad a su otra hija, ella no era quien para juzgarlos, no era mejor ni peor que ellos, aparte había sido criada de la mejor manera durante sus cinco años de vida, ellos fueron grandes padres, que le dejaron grandes enseñanzas y esos cinco años son recuerdos que jamás podría olvidar.
Aun así sabía que tanto el Hatake como la Haruno la habían cagado en algunos aspectos, enterarse de la vida de sus padres casi al final de la suya no era muy grato que digamos.
Habló con Kuchiki, estuvo hablando con él toda la madrugada, aunque realmente él hablaba y ella preguntaba, una vez que ambos decidieron que sus vidas son una mierda y llegaron a una tregua, la chica se dispuso a ir a hablar con Obito, él le comento varias cosas más sobre Kakashi y Hana y poco a poco el rompecabezas se va armando.
Solo le faltaba algo, algo para terminar de entender esto, ¿Qué tenía que ver Aizen con su madre?
Ella sabía que media sociedad de almas estaba tras ella ya que al parecer era muy popular entre los hombres, pero ¿También ha sido popular en el corazón de aquel bastardo?
-¿Ayudando Haruno? -Pregunto con burla el peliblanco al ver como la chica ayudaba a una niña a encontrar los refugios, si bien todos estaban ayudando ella también lo haría, después de todo no tenía nada que hacer.
-Sí, al igual que tú. -Respondió mientras le daba una manzana a la niña la cual sonrió y luego corrió hacia el gran edificio de madera el cual estaba custodiado por cientos de shinigamis.
-No eres la mala persona que aparentas ser.
-Jamás eh aparentado ser alguien que no soy. -Respondió. -Solamente actuó desinteresadamente cuando de ustedes se tratan. -Comento
-Seguimos sin agradarte. -Hablo divertido al ver el gesto de la chica.
-No me agradan, pero puedo ver su coraje para protegerse entre ustedes, eso me gusta. -Dijo mientras observaba a Kyoraku ayudar a varias personas más a llegar hasta él refugio número 7.
-Sí, es una guerra después de todo, hay que pensar en la gente.
-Hmp
-¹ todo esto ¿Cómo estas justificando tus días de ausencia en el mundo humano?
-Con una beca. -Respondió con simpleza.
-¿Beca? ¿Qué es eso? -Pregunto curioso
-Bueno no es por presumir pero soy muy inteligente, así que varias Universidades me quieren tener entre sus alumnos, así que esa fue mi excusa para irme, tengo un clon mío en el mundo humano, en estos momentos debe de estar tomando un vuelo a Boston para ir a arreglar varios papeles para mi futuro ingreso.
-Ya veo, muy bien jugado así cuando vuelvas ya tendrás a donde ir ¿Cierto?
-Sin duda.
El pequeño capitán se quedó mirando la tranquilidad de esa chica rosa, no se inmutaba ante nada, se veía bastante tranquila y confiada, a unas cuantas horas de estar por enfrentarse a Sosuke, se veía como si fuera un día normal.
En momentos como estos el peliblanco no podía evitar sentir cierta angustia y frustración, después de todo esa chica iría a enfrentarse contra un hombre poderoso, no cabe duda que ella es fuerte, lo demostró cuando pudo obtener su bankai aún sin ver, eso no quitaba el miedo que él sentía porque le ocurriera algo a la chica.
Él quería ir y matar a Aizen con sus propias manos, la mayoría de los capitanes querían hacerlo, pero para su mala suerte, era esa chica a la que le correspondía ir, ella era la única que según tenía la fuerza suficiente para ir a enfrentarlo, y ellos eran los únicos que podrían acabar con arrancar's.
Solo le quedaba tener fé, si eso era, creer en ella, a pesar de todo tenía que creer en ella y rogar a los cielos para que no le ocurriera nada, para que no hiciera algo imprudente que acabara con su vida, que no se sacrificara como lo hiso su familia.
El peliblanco suspiro, después de todo puede ser que esta sea la última vez que esté hablando tranquilamente con ella, no sabía que iba suceder, tal vez alguno de los dos moriría, y no quería quedarse callado, no quería cometer ese error dos veces así que con un grande suspiro hablo.
-Creo que ya sé por qué no tuve oportunidad con tu mamá, Haruno.
La chica dejo de ver el refugio para mandarle una mirada llena de curiosidad al peliblanco.
-¿Por qué?
-Porque estoy destinado a estar contigo. -Respondió con firmeza, observando detenidamente los ojos jades de la chica los cuales lo veían con sorpresa.
-¿Qué? -Pregunto anonada.
-Mira sé que eres ciento diez años menor que yo, que soy más de la generación de tus padres que de la tuya, también sé que sientes atracción por el hijo de Isshin Kurosaki ¿Pero sabes algo? No me interesa, si ambos logramos salir vivos de esta, voy a perseguirte por el resto de tu vida hasta que estés casada conmigo.
-Hitsugaya tú me estas confundiendo con mi madre. -Hablo después de varios minutos de shock. -Bueno después de todo tenemos la misma apariencia y...

Dos almas, un mismo camino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora