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- Mejor utiliza la camisa Negra-

Hoy era la cena de Navidad. Estaba algo retrasado y Zayn no tardaría en pasar por mi. Había intentado vestirme yo solo, pero mi ansiedad me obligó a llamar a Harry para asegurarme que mi ropa se viera bien.

-Bien, ahora la cambio. ¿Estás seguro que me veo bien?- desabrocho la camisa blanca y la lanzo al otro lado de la habitación

-Te ves, fantástico. ¿Estás nervioso?- pregunta con una sonrisa divertida

-Mucho. No quiero equivocarme en nada- me miro al espejo unos segundos antes de hacer contacto visual con la pantalla donde mi amigo rodaba los ojos.

-No seas un exagerado, cariño. Todo saldrá de maravilla, además, Puedes confiar en Zayn. Él te ayudará en todo-

-Si, creo que tienes razón ....-

-Siempre la tengo- Toma una gomita y la mete a su boca- ¿Le compraste algo?

-Claro- busco la pequeña caja sobre la mesita de noche y me acerco de cuclillas hasta Harry- Mira

-Liam...es hermoso. Me encanta- Hace un gesto con la mano llamando a Louis - Cielo, mira esto

El ojiazul se acerca sentándose en la pierna del más alto y abre su boca con asombro.

- Es bellísimo, ¡le va a encantar!- asegura con una sonrisa

-Eso espero, me gustó bastante cuando lo vi en la tienda- rasco mi nuca con nerviosismo.

-¿Qué significa el cerebro y el corazón?- pregunta el ojiverde peinando su cabello con los dedos

-Es Zayn...es como una metáfora. Todos sabemos que el Yin Yang es un equilibrio entre lo bueno y lo malo...por lo tanto, al darle esto, quiero que siempre recuerde eso. Poner su corazón y su mente en cada cosa que haga, en cada paso que de conmigo...- Ambos en la pantalla me ven con una expresión de ternura

-Dios, Liam...Me has quitado el lugar al más meloso del año- dice Harry frotando su nariz

-Callate-

Unos toquidos en la puerta me hacen respingar. Reviso mi reloj...5 para las 6, en punto. Plancho con mis manos la chaqueta blanca sobre mi cuerpo y suspiro.

-Es hora de irme. Les contaré que tal todo cuando vuelva-

-Bien, diviertete Li- Louis se despide con una ultima sonrisa y cuelgo la llamada.

Camino hasta la entrada de la habitación y giro la perilla.

El morocho se encontraba del otro lado con una camisa blanca ceñida y un largo abrigo en color ocre. Su cabello peinado hacia atrás y esas gafas transparentes que le quedaban tan lindas.

Era un Dios griego.

-Hola, mi amor- se adentra a la habitación con una sonrisa, no sin antes dejar un húmedo beso en mis labios.

-Hola...Amor- rasco mi nuca nervioso

-Sigues nervioso cada que me dices algún apodo cariñoso- sonríe burlón y me toma de la cadera - No lo tienes que hacer si te sientes incómodo

-No es eso- enredo mis brazos en sus hombros- Solo que no encuentro tu apodo cariñoso

-Bueno, el tuyo será Amor o bonito- besa mi boca por unos segundos- Porque eres bonito y eres el amor de mi vida

-¿De tu vida? ¿Tanto me quieres?- pregunto arqueando una ceja

- Si- besa mi cuello y se separa unos centímetros para buscar algo dentro de su bolsillo - Te tengo un obsequio

The Hills // Z.P [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora