The Hills // Z.P [EDITANDO]

XXXIII

El sonido del cristal quebrándose me hace despegar la mirada de la ventana. Una de las ultimas botellas de Whisky cayó al suelo.

No tenía razón del tiempo que había pasado mirando el amanecer. Mis manos ya ni siquiera podían moverse bien, y la cabeza me daba vueltas por todo el alcohol en mi sistema.

Me levanto desganado para ir directo al cuarto de baño, hoy daría el ultimo intento.

El día que Liam se fue, intenté buscarlo como un loco. Pero fue inútil.

Miro mi reflejo a través del espejo y no puedo evitar soltar un suspiro. Me veía realmente mal, mi cara pálida y aún más delgada de lo normal. Mis ojos hundidos por el insomnio y algunos moretones que me había hecho las noches anteriores.

Mis nudillos aun ensangrentados de la noche anterior se apoyan sobre el concreto mientras cierro los ojos frustrado. Necesitaba hablar con él.

Necesitaba disculparme.

Miro mi teléfono ya casi sin esperanzas, pero aún nada. No me contestaba, no quería hablar conmigo. Y algo en mi pecho dolía de pensar en lo mucho que lo arruiné para que se sintiera inseguro de volver a la habitación porque yo estaba aquí.

Una lágrima resbala por mi mejilla. No paraba de verlo en mis sueños, no paraba de repetir en mi cabeza aquel momento después de su partida.

Cuando fui yo, cuando hice lo que tuve que hacer desde un principio...

-¡Zayn!- la agitada voz de Safaa me llamaba desde lejos.

La violenta tormenta caía sobre mi cuerpo, pero no podía sentir nada. Él se había marchado. Se había llevado lo poco y mucho que tenia...

Era increíble como en tan poco tiempo él se había convertido en mi todo, en alguien que quería conservar hasta que las colinas más bellas del mundo se desvanecieran. Pero ahora yo mismo había arruinado eso...lo había roto.

-Hermano- posa sus manos sobre mis hombros para levantarme- Vamos.

La sujeto de la mano aceptando su ayuda. Mi ropa estaba empapada, mis ojos derramaban lágrimas casi imperceptibles.

Me guía de vuelta a la entrada de la casa pero me rehuso a entrar.

-Zayn...-

-No- niego con la cabeza soltandome de su agarre

-¡Zayn! ¡Ven aquí!- mi padre grita desde los escalones con una expresión dura

No podía volver ahí, no quería tener cerca a ninguno de ellos.

-No hasta que él se vaya...- miro hacia la cara ensangrentada de Dimitri, quien sonríe con cinismo.

Estaba claro que mi padre jamás lo correría. No le convenía, y además, lo quería incluso más que a mi, su propio hijo.

-No seas ridículo, él no se irá. Deja de hacer todo este escandalo por tu amiguito y entra a la casa. - Reclama señalando la puerta

-¡El no era un amigo papá! ¡Ya basta! Él era mi novio...- bajo la mirada hasta mis humedas palmas

Su cuerpo se queda estático con una expresión casi irreconocible.

-No, Zayn. No vas a ser uno de esos asquerosos enfermos- mueve sus piernas a gran velocidad hasta quedar a unos cuantos pasos de mi. Su ropa comenzaba a empaparse y su ceño se fruncía con enojo cada vez más.