XIV

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El agua corre por mis muslos haciéndome tambalear, estaba muy cansado. Sinceramente no me sentía bien, mi cabeza me jugaba sucio siempre que encontraba un segundo de relajación y me traía recuerdos del morocho.

Tenía miedo de ir al gimnasio, pero debía hacerlo por dos razones: no era tan cobarde para abandonar mi tiempo de ejercicio solo porque tengo asuntos con alguien y porque quería hablar con Zayn. No sabía que había ocurrido exactamente entre nosotros pero no seguiría mortificandome o haciéndome el ciego con la situación, si así funcionaba para él, bien. Pero yo ya lo había pensado y quería arreglar todo, por mi bien emocional.

Salgo de la ducha cinco minutos después y me pongo la ropa deportiva negra que estaba sobre mi cama. Louis me había preparado el desayuno antes de irse muy temprano esta mañana, y quería reírme. Para que el más bajo se levantara en plena madrugada es que la obra estaba demasiado interesante.

La obra.

Reviso una ultima vez mi mochila asegurándome de llevar todo lo que ocuparía durante el día y libero un suspiro antes de cruzar la puerta.
La hora de confrontar a Zayn había llegado.

Mis dedos se movían ansiosos dentro de los bolsillos del pantalón como queriendo distraerme, pero era inútil. Podía sentir algunas gotitas de sudor bajar por mi cuello. ¿Cómo iniciaría la conversación? "Hola ,¿qué hay?"
Niego y bajo la mirada hasta mis pies. No quería sonar estúpido, pero Dios, ni siquiera sabía si estaría ahí y ya sentía ganas de volver a la habitación y no salir jamas.

En realidad, el morocho también me la ponía difícil. Es decir, hay aproximadamente 5 bares diferentes en la zona de la universidad y casualmente todo sucedía en el que yo trabajaba, que coincidencia.

Frunzo el ceño y chasqueo la lengua mirando la puerta de entrada, tenia que hacerlo. Por mi, por él y por la paz que esto me traería después.
No estaba listo para un rechazo, sinceramente había soñado que el morocho me besaba y me decía lo mucho que le gustaba, pero claro que Harry no había desaprovechado la oportunidad de hacer añicos esa esperanza, y tenía razón.

Las Falsas esperanzas destruyen .

Sujeto con mas fuerza mi mochila como queriendo aferrarme a ella, y entro hasta la sala principal del gimnasio.

Estaba ahí.

Levantaba un par de pesas en las manos y miraba hacia la nada , algunos suspiros salían de su boca. Se veía perfecto, su cabello alborotado de recién levantado y su camiseta con un corto caminos de sudor que caía por su espalda.

Bajo la mirada al suelo y camino hasta las bancas sin decir nada, mi corazón palpitaba en mi pecho con ganas de salir de él. No podía hablarle. Dios. No podía , si fuera por mi haría como que ni siquiera noto su presencia pero sería bastante tonto de mi parte dado que somos los únicos que estamos acá.

Lo medito un momento mientras saco mis desgastadas vendas y comienzo a enrollar mis puños, el morocho se encontraba dandome la espalda pero sabía que me había escuchado llegar.

-Hola...-

Mis labios lo habían pronunciado sin siquiera meditarlo, pronto el pelinegro gira un poco su vista hacia mi sin dejar de mover las pesas de arriba hacia abajo, tenia unas ojeras enormes y su semblante no se veía muy bien, era algo blanquecino.

-Liam-

Mueve su cabeza dándome un gesto de saludo y regresa a su posición anterior dejándome ahí. ¿Por qué era tan difícil hablar con el?.
Giro hacia la derecha y me adelanto a los sacos de siempre, instalaría mi lugar de ejercicio, no quiero presionar la situación.
Lo tomo sobre mi hombro y camino sintiendo la cálida mirada del otro sobre mi, era tan típico de él hacer eso . Quería voltear, quería mirarlo a los ojos y decirle lo mucho que me gustaba pero no podía, mi puto corazón tenia miedo , y no era raro. Tenia razones para estarlo.

The Hills // Z.P [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora