Una hoja de papel palidecía ante lo blanco que había quedado el rostro del heredero. Su boca entreabierta, intentando articular palabra; sus ojos celestes, fijos en el sujeto de su grito, quien, a su vez, también empezaba a tornarse pálida.
-¿La conoces ya, hermanito? - dijo la secretaria, en un intento de calmar el ambiente; que, desgraciadamente solo logró tensarlo más.
"..."
El silencio reinó el salón por unos segundos que parecieron horas, mientras el rubio del otro lado de la enorme puerta de la mansión intentaba recuperar la compostura. En vano, por supuesto.
- Tomaré eso como un sí - Byakuya se dispuso a avanzar, aclarar lo sucedido, decir algo, pero las palabras de su hermana parecieron detener su paso en seco - Así que tu nombre es Touko Fukawa - continuó la rubia, mientras tornaba su mirada a la escritora.
La mente de la pelimorada se oscureció en pensamientos, mientras articulaba un débil "Sí".
"¿De verdad esto está pasando?" "¿'Hermanito'?" "De todas las personas de quien tenía que ser amiga Akira, tenía que ser la hermana de Byakuya Togami" "¿¡Cómo es posible que pase tanto en tan solo dos días!?"
- Mi nombre es Shinobu Togami. Encantada de conocerte. - La voz cálida de la secretaria la sacó de su trance, pero no hizo mucho por disolver sus preocupaciones - ¡Viviremos juntos a partir de ahora! ¿Les parece si se acomodan mientras la cena está lista? Pueden tomar una ducha, relajarse un poco y descansar. Seguramente ha sido una noche estresante, merecen un respiro.
- Te lo agradezco enormemente, Shinobu. Trataremos de no incomoda...
- ¡Nada de eso! Esto será un cambio de aires. - insistió la rubia, interrumpiendo a la apenada sirvienta - ¡La casa estará animada luego de tanto tiempo!
- Le agradezco mucho su amabilidad... - dijo débilmente Touko, mientras desviaba tímidamente la mirada al suelo.
- ¡No hay nada que agradecer...! Vamos, las acompañaré a sus habitaciones.
La tensión en el aire parecía haberse disipado en las animadas palabras de la secretaria. Hasta que su rostro se tornó apenado, al tiempo en que murmuraba algo casi inaudible. "Es cierto..."
- Había olvidado algo... Tengo solamente una habitación disponible en cada ala... - dijo la secretaria en un tono apenado, mientras inclinaba la cabeza en una especie de reverencia - Lo siento de veras por los inconvenientes... Touko no había logrado asimilar lo que eso significaba, su mente estaba ahora completamente en blanco.
- ¡Byakuya! - dijo con firmeza, haciendo que tanto escritora como heredero dieran un pequeño salto - Acompaña a Touko a su habitación, yo iré con A-chan.
Eso había sido el golpe de gracia de los agónicos diez minutos que habían pasado: parecía que el alma iba a salirse de ambos. Akira notó la expresión de su joven ama, la tomó de la mano y murmuró "Todo estará bien, nos vemos luego", antes de ser llevada del brazo por la nuevamente animada secretaria.
Byakuya, por otra parte, seguía todavía inmóvil fuera de la mansión. Las jóvenes amigas desaparecieron en uno de los pasillos de la mansión. Entonces supo que era tiempo de volver en sí y se dispuso a entrar.
Los pasos avanzaban, amenazantes, hacia la escritora; o, al menos, eso sentía la pelimorada, sin saber que ambos estaban igual de nerviosos. Pero... ¿de qué?
- Sígueme. - dijo en voz baja el heredero, mientras avanzaba por el pasillo opuesto al que había tomado su hermana hace un rato.
Con cada paso que daba, el heredero sentía que sus pensamientos volvían a la normalidad. No podía decirse lo mismo de su acompañante, unos pasos más atrás. Su mente iba a mil. Del blanco absoluto pasó a preguntarse de todas las maneras posibles cómo llegó a ese punto. De una confesión humillante a vivir en casa de quien la rechazó.
Byakuya avanzaba sin prisa. En su mente, solo incógnitas que giraban en torno al encuentro de ayer, con aquella "Fukawa". De pronto, una idea lo llenó de determinación. Y así, había regresado el frío y calculador Byakuya Togami.
Giró en un pasillo una vez más. Touko Fukawa, con sus ojos enterrados en el suelo, no reparaba en el recorrido que había hecho por la mansión. Siguió ciegamente a su guía hasta llegar a un oscuro pasillo. En el fondo, un portón de lujosa madera adornada con vitrales en la parte superior.
- Fukawa.
Solo eso logró escuchar antes de sentir su espalda chocar con suavidad contra una de las paredes contiguas. No lograba ver nada. Sintió algo cálido al lado de su cuello, pero no pudo asimilar qué estaba pasando hasta que sintió esa misma calidez, pero, ahora, rodeándola por el frente.
- Me dijiste que todo estaba bien. No creo que perder tu hogar entre en la definición de "bien" - murmuró el heredero mientras acercaba con cada palabra su rostro al de la escritora.
- No... No...creo que hubiera sido de tu interés... Saberlo - respondió ella, intentando voltear su rostro hacia un costado. Por desgracia, quizás, para ella, era donde el heredero había posado su mano.
- Quién sabe. Pudo haber sido solo un ataque de curiosidad. Quizás...
- No... No somos amigos... Yo... Cometí un error. Era el resultado esperado, pero eso no importa ya - lo interrumpió, con su voz quebrada en un rumor casi imperceptible, mientras giraba su cabeza lentamente al frente.
- Supongo que es así. Aunque... - la escritora podía sentir la respiración del heredero, que, entre murmullos, parecía hacerse cada vez más pesada. Se acercaba cada vez más y más, hasta que quedaron solo unos milímetros entre sus labios y los de ella. - Creo que nos volveremos más cercanos ahora.
De pronto, avanzó. La escritora se sobresaltó, solo para sentir el roce fantasma de unos labios sobre su oreja derecha.
- ¿Hay algo más que me estés ocultando, Touko Fukawa?
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Los Besos de una Escritora (Fanfic TogaFuka)
FanfictionTouko Fukawa decide por fin declararse al heredero de Pico de la Esperanza, Byakuya Togami. Ella no esperaba más que un predecible rechazo, sin pensar que eso les traerá a ambos situaciones aún más románticas.