Sian le habla pero él no presta atención, tiene clavada la mirada en el calendario sobre la mesa, contando de nuevo los días que han pasado, como si no lo supiera ya. Diez días desde que Emilio se marchó de la casa usando una mala excusa.
Siempre supo que su relación no sería fácil, que entre reglas y manías sería una relación complicada y corta. Pero para su sorpresa desde que pasaron de ser simples amigos a más que amigos en aquella noche de cine todo había ido como la seda. Poco después se sorprendió a si mismo aceptando su propuesta de casarse. Y meses después pusieron la cereza al pastel cuando adoptaron a una bebé recién nacida, lo mejor que habían hecho los dos juntos hasta el momento. Y ahora, a solo un mes de celebrar su primer año de vida todo se estropea.
- Joaquín, ¿me estás escuchando? - le pregunta Sian.
Levanta la cabeza hacia su compañero y se da cuenta de que lleva ignorándolo un buen rato. Intenta centrar su atención de nuevo en el caso. Un marine fue asesinado hace dos días con dos disparos en el pecho. Y parece ser que el tipo solo es la punta del iceberg de una enorme trama de tráfico de información. Unos archivos clasificados han desaparecido en el Pentágono y es prioritario que se encuentren.
- Ale cree que mañana tendremos al dueño de la bala.
- Genial, esperemos tener esto cerrado cuanto antes.
- ¿Te encuentras bien? - quiere saber mientras lo mira.
- Claro, solo estoy algo cansado, Sarah lleva un par de días dando guerra por la noche - explica.
- ¿Has sabido algo de Emilio?
- Todavía no pero ya es mayorcito para hacer lo que quiera - responde fingiendo indiferencia.
Toma su chaqueta y mochila dispuesto a marcharse a casa, no quiere que le sigan preguntando, además es hora de recoger a Sarah de la guardería y descansar un poco, lo necesitan.
*****
Abre con mucho cuidado la puerta trasera del coche para no despertar a la pequeña, quien se ha quedado dormida en su sillita en el trayecto de la guardería a casa, toma todas las pertenencias de la niña y las propias para encaminarse hacia el edificio pero se da cuenta de que algo no va bien. Hay luz en el interior de su departamento.
Desenfundando su arma lentamente y sin hacer ruido para no alterar a Sarah, sube las escaleras con ella en brazos hasta el tercer piso en donde tienen su hogar, o lo que queda de él.
Abre despacio la puerta, apuntando hacia el frente y temiendo que la niña se ponga a llorar, y justo en ese momento abre los ojos.
- ¡Apa! - chilla ella emocionada.
A Joaquín siempre le ha sorprendido la capacidad que tiene Sarah para reconocer sus voces e incluso olores.
Efectivamente, parado a media sala se encuentra Emilio, sonriéndole como si no hubiese pasado nada y eso hace que la preocupación que sintió durante todos estos días desaparezca de un plumazo dando lugar a una rabia inexplicable.
- Buenas noches, mi amor.
- ¿Qué haces aquí? - pregunta guardando el arma.
- En teoría es mi casa. Quería ver a mi princesa.
Se acerca a ambos y toma a la pequeña en brazos mientras está se ríe a carcajadas con las tonterías que le hace.
Antes de tener tiempo a hacer las preguntas adecuadas y que más rondan en su cabeza, Sarah empieza a llorar reclamando su cena. Deja que sea él quien se encargue de ella, ya que necesita un momento a solas para pensar, para aclarar el lio en el que se ha convertido su mente.
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Traición; Emiliaco (adaptación)
FanfictionJoaquín Gress y Emilio Marconi trabajan para el Servicio Naval de Investigación Criminal o NCIS por sus siglas en inglés y a pesar de estar casados el uno con el otro, su matrimonio no es impedimento para ser compañeros de equipo. Esa rutina les fun...