Capítulo 17

476 65 57
                                    

Sale del ascensor y se encamina hacia su escritorio contento de estar de regreso. Sobre su mesa espera un arma y una placa acompañados de una nota. "Tenga cuidado". Lo tendrá, pero también se encargará de que todo termine bien.

Se sienta y observa el escritorio frente a él, pensando en Emilio y que es cierto que nunca lo volverá a ver sentado ahí. Lo extrañará como integrante del equipo, tanto como ahora. Solo espera que cambien pronto al insoportable que tienen ahora, es insufrible. Aunque sabe que Emilio lo pondrá en su sitio cuando vuelva.

- Bienvenido de nuevo - le dice Sian cuando llega.

- Gracias. ¿Hay alguna novedad?

Antes de que tenga tiempo a responderle, aparece Gibbs y les dice que tomen sus cosas y lo sigan. Le sonríe durante unos segundos y se da cuenta de que no es el único que ha tenido una charla con el director. Se puede hacer una idea de la que se debió armar.

- ¿A dónde vamos? - quiere saber Sian una vez están en el auto.

- Han encontrado el cuerpo de Christian McKenzie hace unos minutos.

Aprieta el pie contra el acelerador y sabe el motivo. Tienen que llegar antes de que lo haga la CIA y se queden sin nada.

Mira pensativo por la ventana sin entender nada. No cuadra. McKenzie muerto no tiene ningún sentido, él es quien dirige el juego, no puede quedarse fuera.

Se fija que llegan a una zona residencial, llena de mansiones a ambos lados de la calle. Paran frente a una enorme casa de dos plantas y bajan del coche para dirigirse al interior. En el salón encuentran el cuerpo del hombre, tumbado en el sofá como si estuviera descansando, pero un disparo en la sien delata su estado. En la mano derecha sostiene un arma.

- ¿Se ha suicidado? - pregunta Sian con extrañeza.

El expediente que memorizo cuando encontró a Emilio le viene a la mente pero no consigue encontrar el detalle que lo martiriza. Se esfuerza por encontrarlo y de pronto lo recuerda.

- No se ha suicidado.

- ¿Cómo estás tan seguro? - pregunta Gibbs.

- Era zurdo - explica. - No pudo hacerlo con la mano derecha. Todo esto es un montaje. Y quien lo hizo debía conocerlo bien, no hay ninguna entrada forzada.

Gibbs lo mira pensativo y después de mirar a su alrededor, lo agarra suavemente del brazo y se alejan un poco.

- ¿Tu amigo lo conocía? - pregunta resaltando la palabra amigo.

- Sí, pero desconozco la confianza que tenían entre ellos.

- ¿Lo crees capaz de hacerlo?

- Sí - responde sin vacilar.

- La próxima vez que lo veas avísame sin falta.

La orden es clara, no deja lugar a dudas. Pero no tiene muy claro querer hacerlo, no sin saber que Emilio está a salvo antes de sacar todo a la luz.

El ruido de varios coches parando en la entrada les indica que ha llegado la CIA, se acabó su tiempo en la casa.


*****

Las luces de la calle se empiezan a encender y la noche a refrescar pero necesitaba tomar un poco de aire, alejarse de todo junto con Sarah durante un rato y tras recogerla de la guardería ha salido a dar un paseo con ella.

No sabe cómo pero ha terminado en el cementerio, buscando lápida por lápida hasta encontrarla. Se queda ahí parado con la pequeña en brazos sintiéndose estúpido por haber visitado ese lugar.

Traición; Emiliaco (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora